ASCENCIÓN EN CAÍDA

ASCENCIÓN EN CAÍDA

PRÓLOGO.

PRÓLOGO:

Año 17, después de la llegada del Aheterium:

La vista poco a poco comienza a despejar su neblina inicial, el paisaje borroso se enfoca gradualmente ante mis ojos. Junto con la claridad visual, regresan los mareos y los dolores físicos que acompañan a mi maltrecho cuerpo.

“Ah… ¿Qué? ¿Qué sucedió?” Balbuceo, tratando de comprender y recordar por qué me encuentro en este lamentable estado.

Una sensación quemante se manifiesta en cada músculo a medida que mi visión termina de enfocarse por completo.

Mis ojos entonces se abren con horror, al apreciar plenamente el paisaje dantesco que me rodea, un grito ahogado en mi garganta.

“¡Q-QUE DEMONIOS!”

Observo con creciente desazón la ciudad de Oriana, – la ciudad donde crecí, llena de recuerdos contradictorios, algunos amargos pero también de momentos dulces y

felices qué, de igual manera, ahora yacen aplastados bajo estas ruinas manchadas de sangre y estos sonidos agónicos de las personas que suplican ayuda.

“¡A-yud..a! ¡P-por favor…” Los gritos balbuceantes de un hombre atrapado bajo los escombros taladran mis oídos.

Sus piernas destrozadas forman un ángulo grotesco, la sangre manando a borbotones.

Más allá, una mujer yace cerca de un cadáver irreconocible, con los miembros arrancados y esparcidos en un charco sanguinolento.

“¡Nooo! ¡Mijooo! ¡Mi hijoooo!” Aúlla desconsolada, abrazando lo que una vez fue un pequeño cuerpo.

Un panorama aterrador, desolado y horripilante que sigue extendiéndose ante mis ojos.

El señor Orlander sale abruptamente de entre una pila de escombros, apenas raspado. Sus ropas están hechas jirones y su expresión es de profundo horror.

“Finalmente, te detuviste, Cedric… Maldita sea, ¿por qué hiciste esto?” Pregunta con voz temblorosa.

Los recuerdos vuelven a mi mente uno a uno.

Cada persona, anciano, niño, mujer, cada ser humano débil que destrocé de manera cruda e inmisericorde.

Las imágenes se acumulan incesantemente. Cuerpos retorcidos, miembros dispersos, charcos de sangre y vísceras.

Una masacre sin nombre.

“No lo sé, señor Orlander…" Le respondo, "No sé qué fue lo que me pasó…” con voz ronca, todavía aturdido.

Orlander suspira decepcionado, negando con la cabeza.

“Pero…” Prosigo tras una pausa cargada de tensión. “Lo que sí sé, es que todo este escenario, todas estas muertes y estos llantos… Me tienen muy satisfecho y feliz”

“…”

“No me arrepiento de nada.”

----16 años atrás----

El aire de mis pulmones sale con relajación mientras mi pecho sube y baja, mi respiración es fresca y relajada.

Siento una textura suave y húmeda en mi espalda.

Hmm, ¿Qué será? ¿Césped? Tal vez... No lo sé, me siento relajado, tengo los ojos cerrados disfrutando este momento solo para mí.

La brisa acaricia mi piel con suavidad.

Abro los ojos lentamente y ahora veo el cielo extendiéndose hasta el horizonte, las nubes flotando y danzando, proyectando sombras frescas sobre mí.

Waaa... Parece el paisaje que te imaginas mientras una melodía relajante suena, transportándote a un lugar de serenidad absoluta.

de hecho, es bastante gracioso... no tengo idea de por qué estoy aquí, pero estoy tan a gusto, que eso no importa por ahora.

Este momento de paz es como un bálsamo para mi alma.

Por desgracia, una nube que cubre el sol se mueve perezosamente, permitiendo que los rayos me den directamente en la cara.

Me enojo de inmediato, ¿Por qué demonios tiene que ser así? Habiendo tantos lugares en el mundo para dar, tiene que ser en mi cara.

Maldición...

Me muevo ligeramente, pero un suave dolor se manifiesta en mi espalda.

Hum.

Me llevo una mano hacia la molestia, tratando de tantear con el tacto, Pero es difícil.

Aunque después de un rato lo consigo.

"Parece un piquete de mosco... ¡Auch! Duele más de lo que pensaba, parece que es más que una herida normal, que demo..!"

Me encuentro explorando mi cuerpo regordete, moviendo lonjas de piel suave para seguir tactando, hasta qué.

"ah... Q-que es est..."

La cautela por la herida se acaba, la sangre me hiela y mi boca se amarga como si hubiera probado un limón. Me doy cuenta de algo más... Escalofriante.

Mis manos...

Cuando me toco la pequeña herida, observo que mis manos son extremadamente... Pequeñas... Y gordas. Como las manos de un bebé.

Pero... ¡Q-QUÉ!

Inmediatamente trato de ponerme de pie, pero ahora mismo es como si el instinto que uno tiene hubiera desaparecido, no puedo hacerlo... Es más, no se cómo hacerlo.

¿p-pero y esto? ¿Porque no puedo ponerme de pie?

Mi respiración se agita mientras trato desesperadamente de ponerme de pie, una y otra vez. Solo para caer de espalda y mancharme de lodo.

Además, estoy usando un pañal... Un pañal que está lleno de 'algo'

puajj, no puede seeeerr.

¿Cómo llegué aquí? No lo sé, no hay nada... Como si fuera nuevo, mi mente está vacía. No hay recuerdos, no hay pasado, sólo un presente desconcertante en el que aparentemente soy un maldito bebé.

es algo difícil de explicar.

El pánico se apodera de mí y empiezo a llorar.

"W-w... ¡WGHAAA!"

En medio de mi llanto, escucho cómo una puerta se abre tras de mí, el sonido chirriante cortando el aire.

Sigo moviéndome como un gusano en el pasto, lleno de mugre y mi cuerpo me pesa, no puedo hacer nada, no puedo pararme y correr.

Pero empiezo a pedir ayuda desesperadamente aunque mis palabras no son más que chillidos de rata y balbuceos de bebé.

¡Ayuda! "¡GHAA!"

Ayuda "GHAA"

"¿P-por qué no puedo hablar?"

La sombra de una mujer se posa sobre mí, oscureciendo mi visión. La veo de cabeza, su rostro enmarcado por mechones de cabello castaño que danzan con la brisa.

Tiene ojos cafés, profundos y expresivos. Es joven, no pasa de 30 años y además es muy linda... Pero su expresión no es nada amigable.

"Ay no... No, no, no, no... ¡NO PUEDE SER!" me grita con un enojo desconocido.

"¡QUÉ ESTÁS HACIENDO AHÍ, NIÑO?! QUÉ NO TE ACABO DE DEJAR DORMIDO EN LA CAMA?"

"¿Eh? ¿De que habla esta mujer?" Pienso, jamás la he visto en mi vida.

Trato de hablarle, pero en vez de palabras solo salen sonidos raros propios de un infante.

"Aghagdhah." Es todo lo que sale de mis labios, un balbuceo sin sentido que solo parece enfurecerla más.

"Tch... Nada más me quitas tiempo... anda, vente... Te voy a volver a bañar. ¡AY NO! ¡ESTÁS TODO COCHINO!" Regaña, su ceño fruncido crea arrugas en su frente.

Sin darme tiempo a reaccionar, me toma de un brazo con brusquedad y me lleva adentro.

¡No puede ser! De la nada una mujer desconocida me está cargando como un animal rumbo a lo desconocido.

Tengo tantas preguntas en mi cabeza.

por alguna extraña razón, comienzo a moverme en sus brazos mientras lloro, tratando desesperadamente de liberarme de su agarre.

Pataleo, manoteo y me sacudo.

"Por dios, Ademir ¡YA DEJA DE MOVERTE."!! Farfulla la mujer con molestia, sacudiéndome como maraca, sentí mi cerebro en mí estómago y mi riñón en la boca.

Ni modo, si no puedes con la bestia, deja que te coma.

Me he resignado en los brazos de aquella mujer, en una posición incómoda donde se observa el cielo despejado del día.

Derrotado y con la cabeza colgando, veo una cosa que capta mi atención en ese cielo azul, una cosa extraña que nunca había visto en mi vida.

Mis ojos se abrieron como platos cuando veo algo hermoso, observo algo que desafía toda lógica... 2 lunas... ¡2 LUNAS! Brillando incluso en el día como 2 hermanas que solo se tienen la una a la otra, abrazadas, rodeadas de nada mas que un color azul celeste.

Es muy bello, un paisaje tan bello que compite con un campo de flores en plena primavera, un oasis en medio del desierto o una noche estrellada.

Es tan bello que me dió náuseas.

Puajj.

O quizá las náuseas sean por culpa de la mujer quien me está cargando bruscamente.

Las náuseas crecen tanto que empiezo a vomitar un líquido lechoso color blanco con algunos grumos.

Ahora no solo estoy con el pañal lleno, sino también vomitado.

La mujer detiene bruscamente su camino hacia lo desconocido.

"¿¿??"

"¡Q-que has hecho!" Grita la mujer de la nada, se enoja aún más y me revienta la nalga con un tremendo manotazo.

¡AAHH!

El dolor explotando en mi piel sensible.

¿QUE LE PASA? ¿PORQUE ME PEGA?

"¡YAA ME MANCHASTE!" Ruge, su voz retumbando en mis oídos.

Giro mi vista y efectivamente, el final de su vestido y parte de sus pies están todos manchados de líquido blanco.

La he vomitado.

Mientras la mujer me zarandea de un lado a otro yo empiezo a pensar:

No lo entiendo, no entiendo qué pasa, no entiendo qué demonios estoy haciendo en el cuerpo de un bebé, no entiendo por qué hay dos malditas lunas en el cielo y tampoco entiendo quién es esta mujer.

Maldita sea... ¿En qué lío me he metido?

***

"Tuc, tuc, tuc..." Hace el reloj, reventando el silencio de la habitación, cada segundo marcado por su incesante tictac. Y no dejo de preguntarme a mi mismo ¿qué demonios estoy haciendo aquí?

Estoy asfixiante, las cobijas envuelven mi cuerpo como una prisión de tela, sofocándome de calor y frustración.

La mujer de hace rato, no tengo del todo claro quien, pero me he dado una idea, me trajo a una pequeña casa de madera, polvosa y decaída, con una atmósfera densa y una rara melancolía.

Me bañó con una intensidad tan brusca, que dejó mi trasero rosado, luego me mal cambió, me acostó y aquí me dejó.

No había nadie más en la casa y alcance a ver una foto donde aparecía ella, otro hombre y creo que yo, a menos que haya otro bebé en este lugar.

Con eso que ví, pienso que es nada más y nada menos que mi madre.

"Kjjhaaaaaa." Suelto amargamente, tratando de mover mi cuerpo pero fallando miserablemente.

La habitación es sencilla, una cama individual con almohadas y colchas en el borde para no caerme.

Hum... Pero no creo que esa sea una barrera efectiva contra un bebé.

Frente a mí, hay una ventana, donde puedo apreciar las lunas en todo su esplendor.

Estoy confundido. ¿Por qué demonios habrá 2 lunas en el cielo?

Ya son aproximadamente las 10 pm, la noche ha caído y, por ende, las lunas brillan intensamente en el cielo oscuro.

Una es la típica luna blanca, con cráteres asimilándose a cicatrices post-acneicas de un adolescente inseguro. La otra, es más pequeña, como menos de la mitad del tamaño de la luna principal.

Su brillo es de un color rojizo inquietante y es más bien un tipo de roca, no tiene la forma perfectamente circular de su compañera. Supongo que la razón de que se vea a la par de la luna normal, es porque está más cerca de la Tierra.

Mi vista ahora se clava en el techo, ya estoy más tranquilo pero mi mente sigue girando con preguntas sin respuesta.

¿Cómo he terminado aquí? Siendo un bebé, sin recuerdos previos pero con una extraña capacidad de observar, pensar y analizar.

Por más que trato de recordar... No hay nada, no hay ninguna imagen, ni un solo recuerdo que pueda darme una pista de cómo llegué a esta situación surrealista.

pfff.

Tampoco puedo andar por ahí tratando de investigar, no tengo la manera ni la edad suficiente.

Mis pensamientos son reventados como un globo por un sonido aterrador proveniente de afuera, son unos chillidos y sollozos desgarradores que me ponen la piel de gallina.

¿Qué demonios es eso?

Cada vez suenan más intensos, siento un terror frío invadirme, contraste con la calidez de las mantas que me rodean.

¡Espera! ¿Esa voz es de...?

Los llantos vienen de afuera, penetrando desde la vieja puerta de madera hasta mis sensibles oídos.

Es mi madre, que por alguna razón está llorando.

¿Por qué está llorando? ¿Acaso le hice algo? ¿O hay algo más que no sé, algún dolor oculto que la atormenta?

No lo sé, no sé nada de nada y esa ignorancia me corroe por dentro.

Por ahora, creo que debería descansar, o al menos tratar, esto es demasiado abrumador para un bebé procesar todo esto de una sola vez.

Buenas... Noches...

******* PARTE 2 ******

Así pasan los meses directamente, atrapado en un cuerpo pequeño.

Ahora me encuentro en una carriola mientras paseo con mi madre, observando el cielo despejado que me rodea, a excepción de las dos lunas tan bellas y únicas.

Despertar como bebé, sin poder hacer nada más allá de chillar y dormir fue espantoso, pero gracias al tiempo, he aprendido a vivir con ello y me he tranquilizado.

Mi nombre es Ademir Graymond y tengo la impresionante edad de 1 año y medio. Vivo en una ciudad industrial llamada Monreal en un país llamado Veneria, llena de fábricas que contaminan el aire, Pero que extrañamente atrae a las masas.

Lo que veo es asqueroso, un hervidero de gente, vagabundos, damas, niños malcriados, obreros y nobles estirados.

Un auténtico circo.

Pero tranquilos, no me quejo. A mi madre tampoco le gusta venir a mezclarse con la chusma, por lo que la mayoría del tiempo me quedo en mi casa, lejos de tanta bulla, solo que ahora me arrastró a comprar víveres.

Pero si, la mayoría de gente que vive aquí da asco, solo con el olor tendría para vomitar todos mis órganos, pero afortunada o desafortunadamente me he acostumbrado al olor a basura y pipí que emiten vagabundos, perros callejeros y los desechos de las fábricas.

Ahora mismo siento cómo la marcha de la carriola se detiene en un lugar donde los malditos ruidos son fuertemente molestos, incomprensibles y torturantes: chillidos de niños, ladridos de perros y los balbuceos de las ingenuas personas que no tienen nada que hacer en sus casas y vienen a perder el tiempo en la ciudad.

Mi poca tranquilidad es interrumpida de repente, por una gran masa de cueros arrugados que aparece en mi campo de visión,

"¡Mira qué bebé tan lindo!"

Es una anciana sonriente, con dientes amarillentos y podridos que no hacen más que darme ganas de vomitar.

"¡A-AHHHHH! Maldición, ¿de donde salió esa cosa? que asco, puedo oler su aliento a cebolla podrida.

Quisiera retroceder y alejarme de esta vieja, pero estoy atrapado en la carriola, indefenso y vulnerable mientras la anciana comienza a chillar y hacer caras extrañas esperando que reaccione tiernamente.

Qué asco, ¿quién dejó la puerta del infierno abierta? Ya se les escapó un demonio.

Siento mi estómago revolverse, el vaivén que hace la carriola junto al asco que me provoca la anciana, provocan finalmente que el vómito parecido a yogurt salga de mi boca.

Maldita sea... ¡AHHH!

"Oh no... Has vomitado, ¿tesoro, te encuentras bien?" Dice el demonio, mientras me acaricia la mano.

"Ay Ademir... ¿Por qué vomitaste? ¡Cielos!" Una voz familiar interrumpe y se une a la fiesta. Sus manos se me acercan y con un pedazo de tela me limpia el vómito.

Es mi madre.

"Ay, no lo sé, tal vez porque el saco de huesos me ha echado el resuello de la cebolla que se comió la semana pasada."

"Ay no te preocupes querida... Los bebés hacen eso todo el tiempo." Dice la anciana con una sonrisa desdentada.

"Sí claro... Adiós, me tengo que ir." Responde mi madre, quien de igual manera se repudia de aquella anciana, alejándome rápidamente de la vieja bruja.

Ella es Clarissa Graymond, Es una mujer joven y linda, no pasa de los 30 años, de lindas pecas como estrellas en el cielo y cabello castaño como las hojas del otoño.

Visiblemente inexperta y hasta un poco torpe.

Ella es mi madre, una mujer que me causa muchos sentimientos.

Por un lado, me gusta mucho que ella sea mi madre, una mujer joven y humilde con un solo hijo, lo suficientemente capaz de sacar el trabajo de ama de casa correctamente.

Agradezco que sea ella y no una mujer como la anciana asquerosa de hace rato.

Por otro lado, al ser solo ella y un bebé como yo, llega a sentirse totalmente sola, por ende se la pasa triste, no maneja correctamente sus emociones y hasta incluso llega a tener ataques.

Llora por las noches hasta quedarse dormida, cuando no está triste está enojada, estresada y frustrada.

Conmigo se comporta de una manera muy brusca. Cuando lloro inconscientemente, llega un punto donde se estresa y me zarandea como maraca.

Las veces que he llorado inconscientemente, se desespera tanto que solo me zarandea como maraca de arriba a abajo o de un lado a otro o a veces simplemente me encierra en mi sucia habitación.

Es una mujer colapsada, y me hace sentir un tanto triste, como un esoectador en su triste vida.

Después de un rato, la carriola se detiene frente a nuestra casa, un pequeño hogar encima de una colina. Tiene buena vista, hasta eso. Puedes ver parte de la ciudad y el mar que se extiende por el horizonte.

Entramos y mi madre me coloca en el suelo. Inmediatamente, siento la textura de la madera debajo de mis manos y rodillas mientras comienzo a gatear, queriendo moverme por la casa.

Observo la cocina y el comedor a mi derecha, separados por una pared junto al recibidor. Frente a mí, las escaleras llevan al segundo piso, y al lado, un espacio con muebles acoge librerías y fotos de mi madre, también hay flores secas y polvosas en jarrones.

Desde mi posición en el suelo, escucho a mi madre encender la radio.

Las voces de los locutores llenan la habitación con un tono grave y urgente.

"Las últimas noticias desde el frente no son alentadoras", dice un locutor. "Celestia continúa perdiendo territorio ante el avance implacable de las fuerzas de Zyrionia. Los informes indican que las bajas entre nuestros valientes soldados son alarmantemente altas".

La radio informa sobre la situación actual que se está viviendo en este lugar: una guerra entre dos territorios enteros que buscan tener en su poder una extraña sustancia muy rara.

No sé mucho los detalles.

Solo sé que esa sustancia se encuentra debajo de la superficie de la luna rojiza, y según lo que he escuchado, buscan llegar a ella para extraerla.

Una basura.

Veneria, la ciudad donde yo vivo, se encuentra en el continente llamado "Celestia", por lo que no sé si es cosa de mi mala suerte o es algún dios queriendo jugarmela.

Veo cómo los hombros de mi madre se hunden y cómo sus manos tiemblan ligeramente mientras ajusta el volumen de la radio.

"Dariel... Por favor vuelve con vida." Susurra a la nada, preocupada y con los ojos lagrimeando.

Dariel Graymond, el hombre de aquella foto familiar que mire nomás llegar aquí.

Un hombre físicamente fuerte, barbón y con el cabello medio largo, de piel blanca y ojos marrones.

Él es mi padre.

El papel del hombre es ser un soldado en la guerra, y ser el culpable de los llantos nocturnos de mi madre, ya que no se sabe nada de él desde que se fue a pelear en una batalla.

Una madre con problemas psicológicos, un padre probablemente muerto, un mundo en guerra, humanos ambiciosos y ancianas que escaparon del infierno.

El paraíso perfecto para un bebé de 1 año y medio.

Espero con todas mis fuerzas poder sobrevivir y encontrar un poco de paz en medio de este caos. Pero por ahora, solo me queda observar y tratar de entender este mundo al que he llegado, con la esperanza de que algún día las cosas mejoren.

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Comments

ჹსizმႦჹႵႹ

ჹსizმႦჹႵႹ

es muy buena esta novela

2024-06-04

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