ACELDAMA

En los años que los bisabuelos de María vivían, se enfrentaron mucho con la familia de la Vega, los primeros en atacar a la familia Mendiola fueron los de la Vega, el deseo de poder y la ambición los llevaron a matar a varios integrantes de esa familia, el deseo era acabar con todos para poder apoderarse de sus tierras.

Muchos tíos, primos y hasta los abuelos de María fueron asesinos, fue una noche trágica, una de tantas, muchos años después ocurrió otro enfrentamiento y ambas familias se volvieron a vestir de luto, al punto que los vecinos y gentes del pueblo, nombraron la finca de los Mandiola, ACELDAMA " Campo de Sangre".

María aún tiene familia en la capital, primos, tíos, y medios hermanos, hijos del primer matrimonio de su padre, tienen buena relación con ella, Raúl, Felipe y Carmen, tienen su propia fortuna herencia que la difunta madre de ellos le había dejado, aman a su hermana, pero no les gusta estar en aquel lugar, ya que les recuerda a su difunto padre a quien armaron mucho,

_ debemos ir a visitar a María

_ si Carmen, he pensado que fuera bueno ir, aunque sea unos días

_ Sabías que Bernardo está saliendo con la hija del señor gobernador

_ ese maldito solo quiere posición y poder, él no la ama y lo peor es que la pobre de Prudencia no se da cuenta.

Bernardo viajó a la capital, el gobernador quería unir a su hija en matrimonio con el chico, claro que para la familia de la Vega sería bueno, por eso, don Carlos quería que su hijo ya terminara de insistirle a María con el tema de las tierras, ya buscaría otra manera de deshacerse de la chica.

_ buenas noches

_ hola mi amor volviste

_ mi hermosa Prudencia, si volví mi amor

_ papá quiere hablar contigo

_ sabes sobre qué?

_ sí, quiere que nos casemos, dice que está pasando el tiempo y quiere nietos

_ lo esperaré, vamos al despacho

Cierto era que Prudencia estaba enamorada de Bernardo, pero él no, solo le importaba su dinero.

El padre de Prudencia llegó, el señor Valentino, gobernador, dueño de muchos negocios, con una gran cuenta en el banco y Prudencia era su única hija, heredera de todo.

_ buenas noches, muchacho, ¿cómo estuvo ese viaje, cómo están tus padres?

_ todo bien, señor Valentino, me mandó a llamar, usted dirá

_ quiero que te cases con mi hija, ya llevan unos años de novios y creo que es tiempo de que tú y ella se hagan cargo de lo que un día le quedará como herencia, yo no duraré mucho, estoy viejo y quisiera aunque sea ver un nieto correr por esta casa,

_ no diga eso, aún lo veo fuerte aunque esté mayor,

_ si, pero nunca se sabe, entonces que? ¿Te casas?

_ si señor que Prudencia, escoja la fecha y nos casaremos.

Habían pasado dos meses desde que Bernardo se había ido a la capital, hacía un mes que se había casado, María seguía en la finca y tenía deseos de ver a su amado, no sabía nada de él.

Los hermanos de María fueron a visitarla, todo marchaba bien, La familia de la Vega se había ido una temporada a la ciudad por lo del matrimonio.

Bernardo pasaba muy ocupado en la compañía que su suegro le puso a administrar, llegaba a casa cansado, pero siempre atendía a su esposa, quería darle el nieto a su suegro, Prudencia era una mujer celosa, posesiva, en ocasiones se ponía histérica porque Bernardo llegaba tarde, él había llegado a sus límites, ya ni la soportaba, en ocasiones se acordaba de María, la deseaba, ya que era una mujer muy apasionada, se entregaba con amor, la deseó.

Ese mismo día se fue a la finca, quería verla necesitaba verla, tomó sus llaves y se subió a su auto para ir hasta donde ella estaba.

María supo de la llegada de Bernardo, y no tardó en ir al lago, sabía que él iría por ella allí.

_ mi amor, tanto tiempo

_ nena, te extrañé

_ Por qué no había venido?

_ he estado muy ocupado, debo volver mañana

_ Por qué tan pronto?

_ por asuntos de mi papá, mi familia volverá mañana aquí, pero yo estaré un tiempo en la ciudad, te prometo volver pronto.

Bernardo y María esa tarde hicieron el amor, el lago tenía una pequeña casa de descanso y allí María se entregó a su amado, ella amaba mucho a Bernardo, no le importaba nada más que estar con él.

_ cuando nos casemos te cederé todo. Bernardo abrió los ojos de sorpresa

_ querida, dame tiempo, sabes que es difícil para nuestras familias está relación,

_ lo sé, pero ya quiero vivir contigo

_ María por favor, ten paciencia, hay cosas que debo resolver, además ese poder me lo puedes dar sin estar casados.

_ lo sé, pero quiero que sea así. Bernardo no dijo nada más y volvió a hacerla suya.

Bernardo volvió a la ciudad, a su vida normal, al infierno de matrimonio, ya que así lo llamaba, no soportaba a su esposa Prudencia, pero tenía que aguantar si quería seguir teniendo lo que tenía, una vida lujosa.

Había pasado un mes y medio desde que Bernardo y María se había visto, ella comenzó a sentirse mal, en ocasiones se sentía cansada, con mucho sueño, y a veces vomitaba, se dio cuenta de que su periodo no había llegado, tendría que hacerse una prueba, pero no le diría nada a sus hermanos y mucho menos a Don Patricio y a Doña Juana.

Muy temprano se fue a la ciudad, iría a hacerse unos exámenes, no podía hacerlo en el pueblo, ya que todos se darían cuenta, cuando fue a la clínica le hicieron los exámenes y por la tarde tendría que ir por las pruebas, después se fue a la mansión de sus hermanos.

_ hermana y ese milagro

_ milagro hermanita, ambas rieron

_ que te trae por acá

_ vine a hacer unas cosas y pase a verlos, Raúl y Felipe dónde están?

_ tenían una junta, estarán aquí por la tarde.

_ en la tarde debo salir, pero volveré me voy a quedar unos días,

_ está bien, si quieres te acompaño

_ no tranquila hermana, no tardaré, quiero que cenemos juntos.

María se fue, la clínica en búsqueda de los resultados de los exámenes, al llegar se le fue entregado los resultados, los cuales abrió con mucho nerviosismo, pero a la vez feliz pues si salía positivo, sentía que Bernardo se casaría con ella, cuando los abrió y leyó, se dio cuenta de que estaba Embarazada.

_ POSITIVO, dijo para sí.