Renací Para Salvar Al Villano

Miro al emperador fruncir el ceño de molestia. Una vez dije que la historia era clasificación +19. Era por el hecho de que Elenor era la compañera de todas las noches de él.

— ¿Acaso estas sorda?... Quítate la ropa. Ya no lo volveré a repetir.

Yo aún me quedo sin moverme a ese petición tan atrevida. Mi dedos tiemblan igual que mis piernas, no se qué hacer. De pronto. El emperador se levanta de su silla enfadado y estado al frente de mi, trata de quitarme la ropa, sin embargo, retrocedo, contra la pared pegue mi espalda. Extrañado de mi actitud, nuevamente me observa con enfado.

— ¿De que te asustas?... Para ello te traje aquí. Elenor. Busque dentro de todas la menos problemática pero tú...— tomándola de la muñeca, rápidamente se acerca a sus labios—... Pero veo que serás la peor de todas.

Todas... Muchas ya han pasado por este lugar. Siendo sirvienta a sus órdenes no es una tarea nada fácil y por ello renunciaban o se rendían causando que el emperador la desechara. Además, su miembro era demasiado grande y lastimaba a las anteriores. No lo he visto pero la novela describía ese hecho. Al ser un hombre con el corazón congelado, no sentía nada de empatía con su acompañante. No le importaba lastimarla de una brusca o salvaje para complacer su lujuria.

Intenté zafarme de su agarre. Muestro resistencia. ¡Esto no era lo que quería!. ¡Ahora estoy segura de ésto!

— ¡No es un maldito sueño!

— no... Estas delante de mí y créeme que no soy una fantasía...— su asentó ruso realmente lo hace parecer un infeliz mafioso.

« debí de haber huido en camino hacia acá. Pero... Pensaba que estaba soñando, y segundo, si todo esto es real, perderme en el bosque no sería para nada una buena idea, hay bestias en este territorio. Sin embargo, ahora que tengo al emperador frente de mí, ¿Quién es la bestia ahora?»

— oh. Parece que ahora te rindes...— muerde más abajo de mi cuello. Aprovecha que ya no estoy a la defensiva.

— lo admito. No puedo luchar con este cuerpo débil ante su fuerza, majestad. Pero... Realmente no sentiré ningún placer al ser tomada a la fuerza...

— ¿Que?...— su mano suben mi menton para mirarlo fijamente—... Tú placer no me importa. Realmente no. Eres muy elocuente y rebelde por lo que veo. Hablas una vez más y te echo de aquí. Tú verás que prefieres. El frio invernal del bosque o en mi cama.

— cualquiera de los dos son el mismo tema. Pero, es de mi preferencia el bosque, ahí podría conseguir más calor que con usted. Por lo menos, no sentiré repulsión mientras que me obligan a algo que no quiero.

Indignado. Agarra mi muñeca y me saca de la habitación de un solo jalon.

— bien. No aceptaré a ninguna mujer que se revele ante mí.

De un solo movimiento, cierra la puerta bruscamente delante de mí. Respiraba agitadamente. No podía creer lo que hice y dije. Era para que estuviera muerta.

— señorita Shawn. Por favor, sígame.

«¿Que?... El mayordomo está a mi lado ofreciéndome una mano. ¿En que momento apareció?»

— de seguro le tengo que seguir hasta la salida...

— no. ¿Salida?... El emperador no me a ordenado nada. La llevaré a su habitación.

Supongo que me correrá tan pronto que lo llamé para lo dicho. Aún así, trataré de escapar cuando vea la oportunidad. Caminamos como a la vez habla.

— ha... Una cosa más. Si intenta salir sin permiso del emperador. No podrás lograrlo. Verás, las puertas están hechas de hielo sólido y al menos que él lo desees, no saldrás de este castillo.

«¿Fui muy obvia?... Pues claro, veía las puertas y ventanas con una posibilidad de escapar»

— no tardará mucho en pedirle...— susurré para mí mismas, pero al parecer me escuchó.

— el emperador no le gusta perder sus cosas hasta que se aburra.

— no soy un objeto. Soy una persona con sentimientos y valores... Pero-...

— aquí nadie tiene empatía. En este lugar a nadie le importa los sentimientos. Señorita Shawn. Ni siquiera yo. Que soy solo una creación de él.

Antes de que pudiera preguntarle. Me señala con su mano que ya habíamos llegado a mi recámara.

— tendrás todo lo que necesitas. Un baño propio, un armario con ropa de invierno y para trabajar aquí. Su cena será traída cuando sea la hora.

— oye... Espera un momento... Yo no...

Dejándome con las palabras en la boca. El mayordomo se va. Miro rápidamente la habitación. Realmente estaba ordenada y equipada como si estuviera esperándome. Era más grande que en la que tenía en el palacio de la capital. Me siento al borde de la cama. Me duele la cabeza.

— ¡Fuí una idiota!... ¡¿Como pude creer que estaba en un sueño?!... ¡Esto es real!... ¡Él es real!... Dios mío... ¿Como huiré de aquí?— enterrando mi cara en ambas manos, lágrimas comienza a deslizarse entre mis dedos. Sollozó de una manera que no tuviera consuelo.

Media hora después. Alguien toca mi puerta. Lo más probable que sea para sacarme de aquí.

— estoy lista para irme...

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