Perdiendo El Juicio (Los Morozova III)

Presente

Agatha se termino de beber el ultimo trago de vino que tenía en la copa. Había sido un día largo, el trabajo sobraba en el escritorio. Se termino de quitar la ropa, tomo su toalla de baño y se metió en la tina, el agua estaba tibia y relajante, necesitaba mucho eso. movió los dedos de sus pies sintiendo el dolor por haber usado los tacones por tanto tiempo.

-Buenas noches - Magnum hablo desde la puerta, también estaba llegando del trabajo y la miraba con deseo

- Hola buenas noches - Agatha le sonrió, pero dentro de si misma dijo, que mierda va querer sexo, no tengo animo para eso - como estuvo el trabajo?

-terrible, pero creo que me puedes relajar un poco - Magnum entró y comenzó a desabrochar su pantalón

-Mmm no creo - ella sonrió como una gata - yo me estoy relajando, estoy perfecta. Mi dia también fue cansativo, gracias por preguntar.

-solo fue una sugerencia, - Magnum coloco mala cara y comenzó salir pero se giro y le aviso - tu celular no para de sonar

- gracias - Agatha fue la que coloco mala cara.

Suspiro y salió de la tina, podría ser algún cliente, o algun detective con alguna información importante, todos sabían que la debían de llamar solo en caso de emergencia. había colocado su celular para silenciar cualquier llamada de número desconocido, si estaba sonando era algo importante. Se enrolló en la toalla y busco el celular encima de la mesa del comedor. Era yo su jefe, era muy extraño que el la llamara en estas horas

-hola Tom, puedes hablar - contesto Agatha el celular

-Tenemos una emergencia, con uno de nuestros mejores clientes - le aviso Tom, se escuchaba que estaba agitado, escucho unos papeles y que él comenzaba a caminar

-se trataba de alguna flagrancia o robo...

-asesinato

-Tom, asesinato es una causa que yo tomaría con mucho cuidado.

-Agatha esto está fuera de toda amistad, te estoy hablando como tú jefe, estas obligada a tomar este caso, se que eres mi mejor persons para esto

-Para defender un asesinato se que tienes personas mejores que yo - Agatha tenía una promesa a su misma y solo aceptaría el caso,l uego de estudiarlo, si Tom la estaba llamando era por qué la había escogido a ella como defensa.

-Es mi última desicion Agatha, serás tu la abogada defensora

-solo defiendo al inocente, lo sabes.

-aun no conoces el caso...

-y por eso no lo puedo aceptar de una vez, necesito evaluarlo Tom

-Lo vuelvo a repetir Agatha, te estoy ordenando atender este caso, paso por ti en quince minutos, vamos a la casa de nuestro cliente - con esto Tom cuelga el celular.

Agatha deja con suavidad el celular sobre la mesa y lo mira por unos segundos, pensando, Tom estaba más agitado de lo normal, eso significaba que el caso era complejo y si el caso era complejo el cliente era posible culpable. Suspiro, iría con él, solo prorrogará la discusión, camino rápido hasta la habitación y busco un pantalón formal con una camisa negra.

- Vas a salir? Son las once de la noche - Magnum comenzó a reclamar, ya estaba con ropa de casa

-es un caso importante, Tom me llamo, eso no es normal - le respondió mientras se colocaba la ropa

-aun no entiendo cómo quieres formar una familia si no tienes tiempo ni para tu novio - se quejó Magnum sentandose en la esquina de la cama

-Para formar una familia primero deberíamos casarnos - comenzó a pelear Agatha - cosa que aun no has propuesto

-Claro que me quiero casar solo que tú no tienes tiempo para hacer eso - fue la disculpa que él le dio por aún no haberle hecho la propuesta

- Realmente que a veces eres una mierda - Agatha tomo su chaqueta y salió del apartamento.

se sentía agotada y con poca paciencia, eso la dejaba aun más malhumorada. Cuando salió del edificio vio el carro de Tom esperándola, se subió y lo miro con cara de pocos amigos.

-quita esa mirada de tu rostro, es poco profesional - la regaño Tom, que sonrió, la conocía desde que era una niña, la hija de su mejor amigo, era como su hija para él.

-estamos hablando de profesionalismo? cuando me estás haciendo tomar un caso en contra de mi voluntad - se quejó Agatha, se abrochó el cinturón de seguridad y Tom comenzó a conducir

-es mi trabajo como tú jefe Agatha, que tomes casos que se salgan de tu zona de confort

Agatha no podía creerlo, el casi nunca colocaba la balanza a su favor en cosas del trabajo, por ser el dueño del buffet de abogados. Ella prefirió callar y esperar que era la conversación tan urgente que tenía que tener con el cliente, condujo unos vente minutos y llegaron a un edificio de lujo, Tom tuvo presentarse dos veces y para poder guardar el carro en el garage tenía que colocar un código de seguridad. Luego de esa rigurosa inspección pudieron pasar y llegar a los elevadores, donde el saco una tarjeta, la paso por un lector y luego coloco su dedo para ler la huella dactilar.

-Dios, que cantidad de protección - se sorprendió Agatha

-en este edificio, solo viven personas importantes Agatha, esto es más que necesario - le explicó Tom.

Agatha siempre había sido su mano derecha, esa niña había heredado el alto intelecto de su padre, llevaba muchos casos con una facilidad absurda y siempre ganaba, si cliente salía más que satisfecho, en estos dos años Tom la había mandado a hacer una especialidad en el buffet de abogados de un amigo, la especialidad eran asesinatos y temas muy pesados. Agatha había sido como una esponja, absorbió todo el aprendizaje posible en ese tiempo.

-entonces estoy clientes tuyos, son muy importantes - suspuso Agatha, quería saber más -

-mucho Agatha, con ellos normalmente trato problemas de derecho económico, de terrenos o civiles básicos. Debes de tener bastante respeto con el dueño de la empresa - le advirtió Tom, quería que ella tomara el caso, pero si Nicolai no se sentia tranquilo y confiable, no iba dejar que Agatha lo defendiera - debes de hacerle saber. Nicolai Morozova que todo va a estar bien

-Morozova reconozco muy bien ese apellido, tienes abogados trabajando exclusivos para ellos

-si, tu papá también los conocio, bueno hablo con el padre de ellos, son nuestros clientes más antiguos y fieles.

-Entiendo

Se bajaron del ascensor, se acercaron a la puerta del apartamento y luego de unos minutos un hombre sin camisa, con algunas cicatrices en el pecho, rostro marcado, cabellos, ojos verdes. Agatha sintió la mirada del hombre, era de carácter fuerte

-puedes pasar Tom, siéntate - hablo el hombre, que Agatha supuso de una vez, que se trataba de Nicolai Morozova