QUIERO A MI PAPÁ

En Cartagena Colombia estaba Rina y Octavio luchando por darle lo mejor a su hija Rosa Angélica de 10 años, ellos eran una familia humilde, dejaban a Rosa Angélica en la escuela y se iban a trabajar, Rina trabajaba hasta las 12 del día haciendo limpieza en casas fe familia, no le pagaban bien, pero le servía para que su hija tuviera lo necesario y no acostarse sin comer; Octavio vendía jugos en el centro de la ciudad, no había podido encontrar un buen empleo porque no tenía experiencia, él era contador, pero lamentablemente la experiencia supera todo, era algo triste porque él siempre decía, ¿como iba a tener experiencia si no le daban la oportunidad para tenerla?, asi nunca la iba a tener, y para poder ejercer su trabajo tenía que tener alguna persona de influencia que pudiera abogar para que le dieran la oportunidad; lamentablemente no conocía a nadie, solo el presidente de la acción comunal del barrio, pero el solo velaba por sus intereses.

Rosa Angélica se daba cuenta lo duro que era la situación en su casa, ella decía que iba a estudiar para ayudar a sus padres, ella era una buena niña, respetaba a sus padres, no les daba mortificaciones porque ya tenían mucho con la cituacion económica que tenían en casa.

12 AÑOS DESPUÉS

Álvaro Sandoval, tenía 25 años Trabajaba con su padre, dueños de una naviera y varias aerolíneas; sus padres consiguieron todo lo que habían querido, lo lograron con mucho trabajo y sacrificio, entre ellos no ver crecer a su hijo, no le dedicaron tiempo por lograr su objetivo.

Álvaro entendió porque sus padres no se despegaban de sus computadoras cuando estaban en casa, el estaba haciendo lo mismo, sabía que no podía descuidar el trabajo; sin embargo dijo que no haría lo mismo con su hijo cuando lo tuviera, le iba a dedicar tiempo, compartir momentos juntos, tenía que siempre escoger un día para dedicarle.

Álvaro estaba con dos empresarios cerrando un contrato de una de las Aerolíneas en un lujoso hotel en Cartagena Colombia, tenía que conseguir que los empresarios trabajarán con él, porque al día siguiente tenía que regresar a España a cerrar otro contrato.

Mientras los dos empresarios revisaban el contrato que se iba a firmar, Álvaro miró a la entrada del lugar y vio a un joven de su edad con una niña en brazos junto a una mujer.

Él sonrió porque aquel joven ya empezó a formar su familia, el también quería una y tener sus hijos, era lo que más anhelaba, pero tenía que conseguir una buena mujer, las que lo rodean solo quieren vivir de fiesta en fiesta y gastando dinero, por eso él sabía que no tenían instinto maternal, y el tampoco las tomaba en serio.

Él vio cada movimiento que hacía el joven con su hija y la mujer que él aseguraba que era su esposa, los tres sonreían felices, la mujer le dio un tierno beso a la niña, ella con sus tiernos brasitos le dio un abrazo a los dos y un beso a cada uno; esa escena lo conmovió, él se preguntó ¿será que algún día yo podré estar así? ¿Tendré mi propia familia?.

Su anhelo de tener hijos y formar una familia fue porque era hijo único, no tenía con quien compartir o jugar; el siempre quiso tener un hermano o hermana con quien poder hablar y formar pequeñas peleas de hermanos, pero lamentablemente nunca supo lo que significaba eso, pero lo quería vivir atraves de sus hijos.

Los empresarios lo sacaron de sus pensamientos y le dijeron que firmaban el contacto con ellos por un año, para ver como les iba y después miraban si lo extendían o no.

Después que firmaron todo el pendiente de los contratos, los empresarios se marcharon del lugar, Álvaro no podía sacarse la imagen de la niña abrazando a sus padres, el soñaba con estar asi con hijos y una buena mujer, se fue a su habitación para descansar un poco, pero no sabía lo que le tenía preparado el destino esa noche.