¿Puede una mujer ser adicta al se*o?
¿Qué es la ninfonania? ¿Tiene cura esa enfermedad?
¿Qué problemas futuros acarrea una viol*ción?
¿Puede un hombre ser el veneno y antídoto de una mujer?
William no supo que le pasó, conecto la mirada con la pequeña mujer y quedó hipnotizado, ella supo como provocarlo, la manera como se balanceó y levantó las piernas mostrando la pequeña tela que cubría lo que él deseaba ver lo puso nervioso y hasta excitado, por un momento se le antojó bajarla del escenario, llevársela y castigarla por alterar el orden de su mie*bro.
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DIAGNÓSTICO
Luisa Montes era huérfana, no conoció a su padre, su madre le dijo que había muerto por una enfermedad de transmisión sexual por no usar protección.
Su madre Luisa Pérez más adelante encontró nuevamente el amor. Su padrastro se llamaba Carlos Mora tenía en ese entonces aproximadamente 40 años, a Luisa este hombre le parecía divertido y buena persona, la llevaba a comer helados, le explicaba las tareas y hasta le leía cuentos algo que su madre no hacía.
Carlos perdió su trabajo, por lo tanto, pasaba la mayor parte del tiempo en casa, mientras su esposa trabajaba.
Él se encargaba de recibir a la pequeña Luisa y estar pendiente de sus necesidades, puesto que la madre trabajaba todo el día.
Carlos despidió a la mujer del servicio para recortar gastos entonces él se encargaba de todo lo relacionado con la casa.
La pequeña Luisa, era bella, demasiado llamativa, su belleza era increíble y aunque muy joven, sus gestos, actos y manera de hablar la hacían ver un poco más grande de lo que realmente era.
Carlos se empezó a llenar de pensamientos indecorosos su cabeza y corazón estaban vueltos un lío.
A Carlos le provocaba todo, su cabello como el fuego, sus labios rojos y su cuerpo que ya tomaba fuerza.
Cuando le leía cuentos, la miraba diferente y le daba besos de buenas noches en sus mejillas color rosa, varias veces entro a su habitación sabiendo que la pequeña estaría vistiéndose, para contemplarla.
A Carlos ya le habían salido propuestas de trabajo, pero él no quería dejar sola a la pequeña, temía que alguien le hiciera lo prohibido.
Todo siguió su curso y la experiencia del hombre mayor llevó a Luisa a experimentar con él cosas, su inocencia robada por el astuto hombre que supo envolverla en medio de la atrocidad, ella confundida pensaba que su padrastro quería lo mejor para ella.
La bella Luisa crecía y su cuerpo también se tornó más adulto. Carlos estaba feliz,
no permitiría que alguien se le acercara.
La madre de Luisa enfermó y tuvo que dejar su empleo, Carlos consiguió empleo para sostener a su familia.
Luisa quería ir a fiestas, salir con amigas y mientras su madre se lo permitía su padrastro se lo impedía, como todo niño, Luisa se quejaba con su madre y la pareja terminaba en discusión.
Luisa empezó a colocarle seguro a su puerta para que su padrastro no ingresara. Este se había puesto agresivo y ella no se sentía cómoda, le ocasionaba dolor.
Carlos perdió el control de sus acciones y como la niña ya no cedía como antes, decidió llegar temprano a casa, ingresar al cuarto de la jovencita y tomarla por la fuerza, cubrió la boca con su mano y empezó a hacer con ella lo que le plació.
Su madre se encontraba en una cita médica y al sentir el estruendo corrió y lo que vieron sus ojos fue espantoso.
Gritó fuerte y los vecinos se alarmaron, el hombre como pudo se vistió y salió huyendo, la pequeña Luisa yacía tirada en la cama envuelta en sangre, ella al intentar apartarlo recibió fuertes golpes de su padrastro y este abuso de ella en diferentes momentos sin contemplaciones, ocasionándole lesiones.
A Carlos lo encerraron, ahí pagó con creces lo que le hizo a su pequeña hijastra, en la cárcel a los abusadores le pagan de la misma forma.
Él intentó defenderse diciendo que la niña le permitía hacerlo, pero para ley era abuso así Luisa lo permitiera, ya que él había manipulado a la pequeña para lograr su cometido.
Cuando Luisa se recuperó por completo se encontró con su madre desahuciada, al parecer la situación con su padrastro había empeorado su enfermedad y a los dos meses la señora Luisa Pérez Murió.
A luisa la llevaron a un hogar para infantes cuando tenía 14 años. Los médicos y psicólogos que estaban llevando el caso de la jovencita estaban asustados, puesto que la niña no habia mostrado tristeza ni depresión al contrario se mantuvo calmada.
Los médicos temían que la jovencita explotara en algún momento y sucediera lo peor.
Luisa quería escapar de ese lugar se sentía atrapada y ella no estaba acostumbrada a eso, la chica mantenía deseos sexuales inexplicables, ella deseaba ser amada como la amaba su padrastro antes de enloquecer.
Luisa planeó su huida, debía ser cautelosa y astuta.
Cuando cumplió 15 años Luisa cayó en depresión, por primera vez después de todo lo que le había ocurrido estaba experimentado tristeza, luego tuvo crisis de ansiedad y por último presentó deseo sexual compulsivo, tuvieron que medicarla. Hasta que un psiquiatra le diagnosticó ninfomanía.
La iban a mandar a una clínica, era solo una pequeña y en el hogar infantil no podían ayudarla.
La chica decidió huir ese mismo día en la noche mientras la mayoría dormía.
La chica burló la seguridad, y corrió tanto como pudo, detuvo un taxi y se subió, ella no sabía a donde dirigirse entonces le indicó al joven conductor que la llevara a un lugar donde pudiera hospedarse.
Cuando la llevó al sitio, él hombre le dio el costo, Luisa se puso de todos los colores, ella no tenía dinero.
"¿Cómo me piensas pagarme preciosa?" Dijo el conductor, que para la joven no se veía nada mal.
"¿Tienes como protegerte?" Preguntó la chica.
El hombre dijo:"Por supuesto"
"Bien, pero tengo unas condiciones" Dijo la astuta jovencita.
"Por comerte, hago lo que sea" Dijo el hombre tocandose.
"Pagame el hospedaje de tres días en ese lugar y me tendrás"
"Que astuta me saliste, hermosa, pero estoy de acuerdo" Dijo el hombre excitado.
Luisa pensó que tres días serían suficientes para encontrar un empleo y dejar a ese imbécil viendo un chispero pues estaba segura de que volvería.
Ingresaron al lugar el tipo pago por tres días y este se imaginó una vida con la pelirroja que lo había cautivado.
La pequeña mujer cumplió, tuvo sexo con él, no fue la gran cosa pensó para sí misma, pero lo necesitaba.
La chica buscó empleo por dos días y no encontró nada por su edad, ella no sabía hacer nada, solo bailar.
El dueño de la residencia que la veía llegar una vez más triste le preguntó: ¿Qué le ocurre a la hermosa jovencita?
"Estoy buscando empleo, pero soy menor de edad" Dijo la pelirroja.
Él hombre de aproximadamente 30 años había visto a la mujer demasiado joven, pero no pensó que fuera menor."¿Qué edad tienes?"
"Tengo 17 señor, este año cumplo 18" Mintió la pelirroja, no quiso que este tipo llamara a los encargados del hogar infantil.
El hombre miró fijamente a la chica y le pareció no haber visto a una mujer tan hermosa como ella y esos gestos que hace con su boca, su sonrisa y su cuerpo, no podía creer que con únicamente mirarla podría tener una erección.
"Bien, me llamo Stuart ¿Cómo te llamas?"
"Luisa... Luisa Lane" Sonrió nerviosa.
"¿Cómo la serie?" Río Stuart.
"Si mis padres eran tan creativos y fanáticos de Superman" Dijo la risueña pelirroja.
El hombre dudó un poco y dijo:¿Y tus padres?
"Están muertos" fingió llorar la pequeña.
"Está bien, no llores, no hablaremos más de eso. Te ayudaré con una identificación falsa para que puedas conseguir empleo"
Dijo Stuart abrazando a la pelirroja.
Luisa supo que tampoco esto sería gratis, pudo sentir la erección del hombre en su abdomen y al parecer él quería que lo supiera, la niña se aprovechó de esto y dijo: "El hombre que me trajo me acosa, y cree que soy de su propiedad, podría ayudarme diciendo que me fui"
"Claro que si Luisa, cuenta con eso" Dijo el tipo que también creyó que la pelirroja se quedaría con él por siempre.
Stuart cambio a Luisa de habitación y cuando llegó el taxista buscándola este le dijo que la niña se había marchado.
Stuart le mostró la identificación a Luisa, esta feliz lo abrazó y le dio un beso tímido en la mejilla, este tomó el rostro entre sus manos, la besó desesperadamente y empezó a desvestirla, ella solo preguntó: ¿Tienes protección? Y Stuart asintió.
Y la pelirroja tuvo sexo con el hombre.
Al día siguiente fue en busca de trabajo, no había comido nada, caminaba todas las calles y en todos los empleos necesitaba experiencia. La jovencita estaba aburrida de lavar la ropa diariamente porque solo traía con ella lo que había sacado del orfanato, le urgía tener dinero.
Cuando eran las 6 de la tarde y había decidido irse al motel con Stuart, se encendieron las luces de un hermoso club con nombre "POLE DANCE"