Latentis

En una amplia oficina estaban en una acalorada discusión entre el emperador y el archiduque Fenty, este último estaba muy molesto por lo que estaba sucediendo en sus pensamientos tenía ganas de darle una paliza al príncipe heredero por ser un pantalón sueltos, pero que se podría esperar de alguien que tiene rumores car comiéndole la nuca.

— Por esto no quería que se hiciera público el compromiso — le grita el archiduque a punto de saltar encima del príncipe que estaba a un lado

— Lo sé archiduque, pero le daré la mayor recompensa por los inconvenientes— habla el emperador tratando de mantener la calma

— Pero padre por qué, si yo no amo a la hija del archiduque — habla al fin el tonto del príncipe heredero

— Cállate, sal de aquí antes de que me arrepienta de perdonarte — le grita a su tonto hijo,

El emperador niega con la cabeza no encuentra la lógica de que su tonto hijo se haya atrevido a arruinar un compromiso que podría ayudarle cuando esté en el trono en el futuro tal parece que solo hace pensar con lo que trae entre las piernas.

Cuando el príncipe sale de la oficina se encuentra a cierta chica bebiendo el té tranquilamente, no puede creer como su padre se atreve a defender a una chica tan vil como la que le habían puesto de prometida, siempre escuchaba como decían que intimidaba a su amada Jazmín, una persona tan mala como ella no puede ser emperatriz.

Una hora más tarde sale el archiduque cargando una gruesa carpeta con documentos que ameritan que ahora él es dueño de un condado que tiene las cinco minas más importantes del Imperio y este colinda con su archiducado, también está la recompensa monetaria que le entregaron por la ruptura ya se imagina la cara del príncipe al saber de dónde su padre tomó el dinero.

Él sabe que su preciada hija es incapaz de humillar a alguien de bajo estatus, aún no cabe como es que alguien se atreve de hacer esos malos rumores de su hija aunque viéndolo bien es bueno así no tiene que casarse con alguien como el príncipe.

— Antes de regresar a casa pasaremos al ministerio de finanzas — le dice a su hija

— Ah, sí está bien padre — le responde

— Hija no estés triste pronto conocerás a alguien mejor — se siente mal por su princesa

— No importa padre total ni me gustaba ese príncipe — dice ella

Y es cierto desde que tiene memoria sabía cómo sería su futuro y no porque sea adivina más bien por qué es una renacida y recordaba perfectamente su vida pasada donde su hermana menor le contaba sobre las historias que leía y entre ellas estaba Amor Dulce una historia que cuenta como la bella protagonista sufre humillaciones por parte de la villana o sea ella Daphne, y como en toda historia quién la defendía era el encantador príncipe que estaba comprometido con la villana, aunque este príncipe no era tan bueno tenía un defecto y eso era que solía ser un liberto con las mujeres y el alcohol, pero esa vida la dejó por su amada protagonista Jazmín, la villana fue desterrada del Imperio por intentar asesinar a la prometida del príncipe, mientras la villana salía a dar un paseo por el lugar donde vivía fue apuñalada por una doncella que no conocía, solo se menciona que la chica era de cabello café y piel clara con unos ojos color miel.

Meneo la cabeza para dejar de pensar en esa historia ahora esta es mi vida y debo de cambiar mi futuro, aunque ya lo he empezado a cambiar empezando por el principio cuando conocí a esa joven Jazmín Vitaly esa chica está loca ella sola se dio una cachetada y justo yo levanté mi mano para rascarme la mejilla y justo llegó el príncipe y me reclamó por haberle pegado a su dizque, amiga.

Luego de hacer tantas paradas al fin emprendimos nuestro viaje de regreso al archiducado que está ubicado en el norte del Imperio Lunne, aunque mi padre aún sigue molesto por la ruptura del compromiso aunque está molesto porque él ellos fueron los que pidieron el compromiso y ahora vienen a romperlo como si todo fuera un juego.

Al llegar al primer bosque que está saliendo de la capital los soldados comienzan a hacer un hechizo paso de viento que es de crear un portal para teletransportarse hasta el archiducado Fenty, todo esto se puede hacer gracias a nuestra raza élfica porque si somos elfos que vivimos en el mundo humano para cuidar nuestras raíces desde hace milenios no se ven criaturas mágicas tan fácilmente aunque los humanos tienen dones especiales no se compara con la magia pura de un ser mágico completo.

Unos minutos más tarde ya estamos en el archiducado, nuestro territorio está protegido por una barrera invisible que nos alerta cuando un humano intenta entrar a fuerza a nuestros previos, y así podemos estar alerta a cualquier ameniza aunque sabiendo mi naturaleza no comprendo como la anfitriona de este cuerpo en la novela muere apuñalada eso es algo que no me cabe en la cabeza.

Al solo entrar al castillo siento como unos cálidos brazos me envuelven completamente.

— Qué alegría que ya volvieron, como les fue — preguntó mi madre

— El compromiso se ha cancelado — le digo

— En serio, eso es grandioso así ya no tenemos que soportar a ese príncipe merodeando por todos lados — habla ella

— Si es lo mejor, aunque después vengan a molestar los sacará a golpes por inoportunos — habla mi padre

— Vengan vamos a cenar, ya es tarde — menciona ella

Camino atrás de ellos escuchando como se alegran de que no tenga que casarme con un príncipe tan tomó y pantalones sueltos, debería de agradecerle a Jazmín por quedarselo, como decían en mi país el que se lo quede pierde y yo aquí ya gane.

— Supongo que el emperador les dio una compensación por su impertinencia —pregunta mi madre

— Lo mejor que pudieron hacer fue cancelar el compromiso y así nuestra hija no tendría que casarse con ese príncipe, pero si nos entregó varios tesoros que nos serán muy útil —dice mi padre

Dapne