Tras la traición de su padre y la ruptura de su familia, Rose se muda a la ciudad buscando un nuevo comienzo.
En el exclusivo colegio Goldline, todo podría ir bien… si no fuera por Malory, su prima, que la odia y está dispuesta a convertir su vida en un infierno.
Pero Rose no es tan frágil como parece.
Hay algo en ella que despierta cuando está en peligro… algo que no se detendrá ante nada.
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Prólogo
Rose es una chica hermosa. ¡Toda una diosa!; Sin embargo la vida no siempre puede ser de color rosa.
Hace años, Rose estaba en su cuarto a punto de dormir. Sus padres acababan de leerle un cuento y ella estaba sin energía. Esto pasó de un momento de paz y tranquilidad a una tormenta de gritos y reclamos.
—¡¿Qué es lo que pasa contigo?! —exclamaba la madre de Rose.
—Baja la voz, la niña podría despertarse —dijo el padre de Rose en voz baja, tratando de calmar a su esposa.
—¡No me importa si ella se despierta y sabe toda la verdad! —empujó a su esposo—. ¡Eres un infeliz! —gritó muy enojada.
Rose se levantó de la cama, temblando, se recargó en la puerta para escuchar lo que sus padres decían.
—Marcia, tranquilízate. Fue solo una vez y además es imposible que esté embarazada —dijo el padre de Rose.
—¡¿Cómo fuiste capaz de hacer algo así?! —exclamó y empezó a llorar—. ¡Explícame cómo el primo de tu hija también será su hermano, Sebastián! —el llanto se hizo cada vez más fuerte.
—Baja la voz —dijo Sebastián y se acercó a su esposa.
—¡No! ¡Aléjate! —ella agarró un sartén—. ¡No me toques con las manos con las que la tocaste a ella! —levantó el sartén con intenciones de golpearlo.
—¡Deja ese sartén donde estaba! —gritó asustado de lo que pudiera hacer.
—¡Hazte a un lado! ¡Mi hija y yo nos vamos en este momento! —dijo amenazándolo con el sartén.
—Mamá —dijo Rose con una voz quebrada, llamando la atención de sus padres—, ¿Por qué gritan? —preguntó tímida.
—¡Mi amor! —Ella corrió hacia su hija para abrazarla —. N-no te preocupes, todo está bien. Pero tú y yo nos tenemos que ir en este momento —respondió Marcia nerviosa.
—¿Tú y yo? —preguntó Rose con una cara de inocencia.
—Sí, mi amor. Nosotras solo estamos estorbando en la vida de tu padre —contestó Marcia mirándola con tristeza.
—Marcia, no voy a permitir que... —dijo Sebastián pero fue interrumpido.
—¿Esto es por mí? —preguntó Rose con los ojos llorosos.
—No, mi amor. Esto es por él. ¿Quieres que tu papá sea feliz? —respondió Marcia.
—S-sí —contestó Rose a punto de llorar.
—Pues hay que dejarlo ser feliz. Sube por tus cosas, nos iremos a la casa que nos dejó tu abuela —dijo Marcia con la voz rota.
—¡Ustedes no se van! —gritó Sebastián enojado.
—Mamá, ¡Tengo miedo! —dijo Rose espantada y corrió a los brazos de su madre.
—¡Basta, Sebastián! Ni siquiera lo hago por mí ni por ti, lo hago por ella. ¡¿Acaso pensaste en lo que dirán, en lo que le harán?! —gritó Marcia desesperada.
—Marcia... —dijo Sebastián.
—Solo déjanos ir, ¿Quieres? —dijo llorando y con la mirada en el suelo.
—Bien, llévate mi camioneta.
—Después te escribo para que firmes el divorcio —dijo con una mirada fría para después levantarse—. Pero de ahí, no quiero siquiera escuchar tu nombre —cargó a su hija y subió por sus cosas.
En ese entonces, Rose solo tenía 7 años, no entendía bien lo que pasaba, e incluso creía que era su culpa.
Después de empacar y subir todo a la camioneta, lo último que Rose escuchó de su padre fue...
—Adiós... Rosie —dijo Sebastián con lágrimas en los ojos.
—A-adiós —dijo Rose asomada por la ventana y llorando.
Después de tres largas horas, llegaron a la casa de la abuela y Rose no dijo una sola palabra.
La casa estaba amueblada y la madre de Marcia había dejado en una caja fuerte bastante dinero. Ellas podían empezar una nueva vida ahí.
—Puedes agarrar la recámara que quieras. Sube tus cosas y mañana las acomodamos. Descansa —dijo Marcia.
—Hasta mañana —respondió Rose y subió.
Pasaron los años y Rose paso a la tercera fase.
En este mundo existen 4 fases.
1-.Primera fase: 6 años (de los 6 - 12)
2-.Segunda fase: 5 años (de 12 - 17)
3-.Tercera fase: 3 años (de 17 - 20)
4-.Cuarta fase: 3-5 años (20+)
Aunque después de todo lo que pasó, ellas lograron salir adelante y lo que vivió Rose en su antigua escuela fue increíble, esta no estaría dispuesta a darle la misma cara.
Era el primer día de Rose. Ella, como era de esperarse de semejante belleza, era el centro de atención y nadie podía quitarle la mirada de encima.
—Muy bien. Bienvenidos sean a este su primer año. Me presento, soy la profesora Marisol Carranza. Vamos a empezar por presentarnos, iremos conforme a la lista, ¿de acuerdo? —dijo la profesora.
—Sí, profesora —contestaron los alumnos.
—Bien, entonces empecemos. Aguilar Torres Emily Rose.
—Presente —contestó Rose.
—Bienvenida. ¿Cómo te gusta que te llamen? ¿Emily o Rose? —preguntó la profesora con una sonrisa.
—Ambos me gustan, pero la mayoría de mis conocidos me llaman Rose, dicen que soy como las rosas —contestó Rose con una sonrisa.
—Pues claro, eres igual de hermosa —comentó un compañero.
—Gracias —contestó Rose nerviosa y sonrojada.
—Bueno, Rose ¡Cuéntanos sobre ti! —dijo la profesora.
—Pues, anteriormente vivía en un pueblito a tres horas de aquí, pero me mudé por asuntos familiares y bueno... ¡Me gusta mucho vivir aquí! —dijo Rose muy feliz.
—Un asunto familiar ¿eh?... ¿Se le llama asunto familiar a tener un primo que a la vez es tu hermano? —dijo una compañera.
—¿Disculpa? —preguntó Rose confundida.
—No hace falta explicarlo a los demás ¿O sí?. Mientras tú y yo entendamos, es más que suficiente ¿No crees? —dijo con una sonrisa y mirada retadora.
Rose solo se le quedó viendo y no dijo nada. Mientras, todos murmuraban en el salón.
—Chicas, chicas, basta. Vamos a continuar y no toquen temas privados, por favor —dijo la profesora.
Rose no dijo nada, se mantuvo callada pensando en como esa chica sabía lo que había pasado, hasta que...
—Smith Torres Malory Raquel —dijo la profesora.
No puede ser...
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Lyn 🥀