Tres chicos... Una chica... Un amor... Una venganza...
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-Pisa el acelerador, estoy segura de que no vamos a alcanzar a llegar -reniego por milésima vez
-Deja de ser tan pesada, estamos treinta minutos adelantados al vuelo, no va a llegar aún
-¿Cómo estás tan seguro? -lo desafió mirándolo de mala gana -¿Qué tal si el avión despegó antes? ¿O tuvieron un recorrido mucho más rápido de lo normal?
-¡Por Dios! ¿Cuál fue el mal que yo hice para merecer una hermana como tú? -exagera mientras estaciona el auto en un semáforo en rojo y agita los brazos hacía el cielo dramatizando
-Cállate, deja de ser un bebé inmaduro
-Mira quien lo dice, la enana que no alcanza la alacena y que no deja de lloriquear en todo momento
Golpeo su brazo y le saco la lengua mientras me cruzo de brazos frunciendo el ceño. Odio cuando se comporta de esta manera.
-Ya enana, sé que estás nerviosa pero te prometo que estaremos ahí en el aeropuerto antes de que Cainán llegue
-¿Lo prometes?
-Lo prometo -me mira a los ojos y puedo ver la sinceridad en su mirada
-De acuerdo, seré menos molesta el resto del camino -le digo riendo
Escucho como se ríe y pone el auto en marcha cuando el semáforo cambia a verde.
Subo la música de la radio del auto y empiezo a cantar a todo pulmón, mientras mi hermano sonríe y me mira de vez en cuando por mi posible carismática y divertida interpretación musical.
Cuando llegamos al aeropuerto bajo corriendo y voy hasta la sala en donde voy a esperar a Cainán, mi novio. Luego de dos años sin vernos por fin iba a poder tenerlo entre mis brazos y llenarlo de besos.
Media hora después por fin pude ver un cabello castaño peinado en punta, un par de ojos color avellana completamente resplandecientes y una sonrisa iluminada llena de felicidad cuando logra reconocer mi rostro en medio de toda esta gente que nos rodea.
Corro con todas mis fuerzas hasta que me lanzó a sus brazos, él logra cargarme en el aire mientras gira conmigo sobre su propio eje.
-Te extrañé tanto -le digo mientras me aferro a su cuello -Tanto, tanto, tanto que no puedes darte una idea
-También te extrañé pequeño mono araña
Las lágrimas de felicidad se desbordaban por mis mejillas y su calidez calmaba los fuertes latidos de mi corazón que latían desbocados sobre mi pecho por la emoción y la ilusión que me causaba el poder tenerlo a mi lado.
-¿Tienes hambre? -me pregunta sin bajarme de sus brazos aún
-Sí, te he preparado todo un festín, mi hermano nos está esperando afuera, ya sabes que no le gusta esperar en lugares donde hay mucha gente
-¿Cómo olvidarlo? -dice riendo
-Bájame para que pueda ir caminando
Me baja con cuidado y me da un beso en los labios, corto pero cariñoso, esos besos que tanto extrañé.
Me toma de la cintura y salimos del aeropuerto, hasta el estacionamiento donde veo a mi hermano estacionado lo más alejado de la gente.
Al vernos baja del auto y sonríe.
-Ya era hora, me tiene más de media hora esperando por ti -dice Flynn, mi hermano mayor mientras se cruza de brazos
-Lo siento pero en mi defensa el vuelo llegó a tiempo -se disculpa Cainán mientras lo abraza
-Lo se, la insoportable es ella -gruñe mientras me da una mirada enfadada
-Silencio, dije que te lo compensaría con los brownies
-Bla, bla, bla, no puedes impedir que haga mis dramas, los brownies sellaron el trato el cual no estipulaba que yo no pudiera quejarme con tu novio
Cainán solo ríe mientras me abraza por la espalda y me da un beso en la mejilla.
-¿Nos vamos entonces?
Todos entramos al auto y mi hermano conduce con tranquilidad hasta mi casa en donde está esperando la fiesta que le organice, para celebrar su llegada.
-¿Cómo estuvo el vuelo? -le pregunto mientras me acurruco entre sus brazos
-Estuvo tranquilo y la gran mayoría me la pasé durmiendo
-Eres como un oso perezoso, el más lindo de todos -le digo mientras lo beso
-No se como soportaras en estos días todo el amor de dos años almacenados en ese pequeño cuerpo, va a estallar en cualquier momento te lo juro -dice Flynn riendo mientras nos ve por el retrovisor
-Creo que podré con eso -dice Cainán mientras me acaricia el rostro con cariño
Llegamos a la casa que ha sido mi hogar desde que soy una bebé, donde pase la mejor infancia de mi vida a lado de mi papá y de Flynn.
-¿Tu padre ya terminó con la mudanza? -me pregunta mi novio mientras Flynn se adelanta corriendo para comerse los brownies que esperan sobre la mesa del comedor
-Solo quedan unas cuantas cosas y muebles que va a donar para la caridad -le digo lamentándome
-¿Va a venir Palixena?
-Le he pedido a mi papá que no viniera y después de una fuerte discusión conseguí que ni ella ni su hija vinieran
-Cariño... -dice mientras se detiene en medio del jardín y me toma de la mano
-¿Qué pasa?
-Ella va a ser tu madrastra y su hija va a ser tu hermanastra
-Ya lo sé
-¿Y no crees que sería bueno que trataras de llevarte bien con ellas?
-Las soporto en las reuniones familiares, en los desayunos y eventos importantes, creo que hago suficiente caridad con ellas -me encojo de hombros -Además pronto me iré a la Universidad y no tendré que verlos, solo te tendré a ti, justo lo que necesito
Sonríe con tristeza y me besa la frente.
-Vamos a entrar -le digo emocionada
Lo tomo de la mano y entramos a la casa, el primero en recibirlo es mi papá quien sonríe como si hubiera regresado a casa su propio hijo.
-Cainán -dice lleno de felicidad mientras lo abraza
-Hola señor Emir, ¿Cómo se encuentra?
-Maravillosamente bien ¿Qué tal el vuelo?
-Honestamente me la pase más dormido que despierto
Ambos sueltan una carcajada que llena toda la casa de alegría lo que me hace pensar que no necesito nada más. Solo esto.
-Vamos que Daryl se esforzó mucho en preparar cientos de platillos -dice mi papá mientras lo toma de los hombros y lo lleva con él
Camino detrás de ellos hasta la terraza, la cual me esmeré en arreglarla con cientos de globos, la piscina con pétalos y velas que flotaban en la superficie.
La gran mesa al centro estaba llena de comida y bocadillos que duré horas preparando.
-Todo es maravilloso -dice Cainán con lágrimas en los ojos -No te merezco
-Nos merecemos uno al otro -me levanto de puntitas y lo beso en los labios dulcemente