Flora, una doctora que trabajaba en un Instituto, fue transportada por un extraño libro, ingresando de forma 'accidental' en una novela que le resultaba desconocida.
Una voz sonaba en su cabeza de vez en cuando ¿Ayudar al protagonista? ¿Hacer que la protagonista lo vea y que ambos se reconcilien?
¡No puede quedarse con el hermoso protagonista ¿Porqué debería ayudarle a su hermana mayor?!
Es la villana de la novela, la tipa cruel a la que todos odian, sin embargo ¿Porqué el protagonista la busca tanto y parece interesado en ella? ¿No debería pasar tiempo con la persona que amaba?
¡Sus tareas se están saliendo de control!
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Un libro extraño.
El sonido de las campanadas del instituto resonó con fuerza en todo el lugar, anunciando a todos los estudiantes la salida de clases.
Los timbres en los pasillos tintinearon con la dulce melodía de despedida, alegrando a todos los jóvenes alumnos, quienes daban por terminado un pesado día de trabajo educativo, pero sobre todo porque las vacaciones de invierno comenzaban.
-Hoy mi hermano menor celebra sus 18 años, me dijo que invitará a tres amigas ¿Qué dicen, se anotan?- Una mujer de veinte y tantos años yacía de pie sobre la terraza del edificio principal del instituto, viendo a los estudiantes dirigirse a la puerta principal de este.
Ella y otra de las jóvenes que estaba a su lado vestía con el uniforme de educadora, en cuanto a la otra joven, vestía con una bata blanca que llegaba hasta sus rodillas.
Era la doctora del instituto, encargada de curar a los niños.
-Claro, el joven Li es un chico encantador y bien portado, por supuesto que iré, además, fue mi estudiante hace un año.- Respondió la otra chica vestida como profesora, animada por la invitación.
-¿Y tú, Flora? ¿Te apuntas?- Le pregunto animada la profesora que hablo primero a la joven doctora, mirándola con grandes expectativas.
La chica sonrió y empujando sus gafas hacia atrás, no pudo evitar soltar un suspiro.
-Primero iré a la biblioteca a por unos libros y luego las alcanzo. También tengo que comprar un regalo para el chico, era uno de los más atendidos cuando estaba en el instituto.- Respondió Flora con una sonrisa casual, soltando una risita.
Las dos chicas no pudieron evitar reírse también -Un niño travieso.- Dijeron las tres al unísono.
Flora agitó sus manos hacia sus amigas al verlas irse, despidiéndose hasta la hora que llegara la fiesta.
Al perderlas de vista, dio media vuelta y caminó con dirección a la biblioteca del Instituto mientras tarareaba una canción. Se sentía de buen humor.
Bajo la luz tenue del atardecer, ingresó al lugar, dirigiéndose directamente hacia la zona de libros médicos. Necesitaba algunas indicaciones sobre como tratar a sus estudiantes más sensibles.
Entre tantos libros, sus ojos buscaron los que le parecieron más importantes, encontrando entre ellos algunos bastante satisfactorios. Finalmente, sus ojos cayeron sobre un libro de color negro que tenía escrito en su lomo algunas palabras poco entendibles.
Se veía extremadamente viejo.
-'Por él, cumplo mil tareas'- Leyó con un susurro, un tanto intrigada por el título, no pudo evitar extender la mano y tomarlo, viendo varios grabados sobre la gruesa capa que tenía por cubierta.
Encontrando algo bonitos aquellos dibujos, abrió el libro, tan solo para que una luz cegadora la rodeará, haciéndola desaparecer del lugar.
Los libros que Flora había sostenido en sus brazos hace unos momentos cayeron al suelo con descuido, y el libro de color negro floto en el aire por unos segundos antes de cerrarse de golpe y desaparecer.
No dejó un solo rastro de haber estado allí.
Cuando Flora abrió los ojos, un gigantesco bosque apareció a su vista, dejándola completamente aturdida. Su boca se abrió de par en par y sus párpados temblaron.
No tenía ni la mínima idea de dónde se encontraba.
"Nombre de la participante: Flora Chang. Edad: 23 años. Especialidad: Doctora. Compatibilidad con el libro: 79.5%" De repente, una voz sonó en la cabeza de Flora, sorprendiendola hasta el punto de soltar un grito.
Se puso de pie, asustada. Sus ojos buscaron en los alrededores, sin embargo, no había nadie más que ella en este desolado lugar repleto de árboles frondosos.
Encontrar ayuda aquí sería imposible.
"La participante es la más compatible con el libro hasta ahora, la novela seguirá su curso. Por favor, le pido a la participante dar inicio a la tarea." La voz volvió a sonar en la cabeza de Flora, haciendo que su rostro se pusiera pálido.
-¿Iniciar la tarea?¡¿De qué demonios me hablas?! ¡Necesito que alguien me explique donde estoy y que hago aquí!- Exclamo en un grito la joven, apretando los dientes después.
"Mi nombre es Tao Tao, mi trabajo aquí es indicarte las tareas que tienes que realizar en la novela. Tal y como mencioné antes, eres la participante que el libro ha elegido para jugar el papel de protagonista secundaria femenina en esta novela."
Flora palmeo su bata blanca y se tomo su tiempo para procesar toda aquella información tan extraña y ligeramente ridícula ¿Estaba en otro mundo?¿Un libro de fantasía o algo así?
Mientras ella pensaba en ello, la voz continuó.
"La participante está obligada a terminar todas las tareas con éxito, sino, podría recibir una sanción y no será enviada de regreso a su mundo. En cuánto a lo demás, si la participante cumple satisfactoriamente todas las tareas, con menos de cinco sanciones, será enviada de regreso a su mundo cuando termine..."
Flora soltó un grito al escuchar esas palabras -¡Espera! ¡¿Qué quieres decir con eso?!- Exclamó conmocionada, su corazón comenzó a latir con fuerza, oyendo esas palabras una y otra vez en su cabeza.
¿No podría regresar a su mundo?¿Obligada a cumplir las tareas para lograr regresar? ¡Esto es extorsión!
"La participante está entrando en un estado de nerviosismo, le pido se tranquilice. No es tan difícil como se escucha." Dijo aquella voz en un tono frío.
Flora tomó en cuenta el consejo y soltó un suspiro, inhalando y exhalando con suavidad para tranquilizarse. Cerró los ojos por unos segundos.
Ya más tranquila, pregunto -Déjame ver si entiendo, si logro terminar las tareas, podré volver a mi mundo, pero si no lo logró, no podré regresar. Además no puedo recibir más de cinco sanciones...- No pudo evitar pensar muy seriamente en eso.
Había más contras que pros, de eso estaba muy segura.
"La participante está en lo correcto." Respondió aquella voz con un tono alegre.
Flora suspiro y se resignó en silencio, ni siquiera podía negarse a participar pues estaba obligada a esto ¡Qué cruel era el destino!
-Esta bien, da inicio a la novela, ya no quiero escuchar tu voz.- Dijo Flora con resentimiento, enojada con el ser que la trajo a este extraño mundo de fantasías, que además, se veía antiguo.
"Gracias a la participante por aceptar. Ahora la introducción: La jugadora es la protagonista secundaria de la novela, cuyo nombre es Flora Chang, la segunda nieta del médico imperial, doctor del Emperador y la Emperatriz viuda..."
"Además, la participante es la hermana menor de la protagonista principal, ambas hijas del mismo padre. En cuanto a sus madres, tu eres la verdadera heredera, pues has nacido de la esposa principal y la protagonista de una concubina."
Flora escuchó atentamente con una expresión neutral, al menos se alegraba de poder conservar su nombre y apariencia.
"La protagonista secundaria tiene una muy mala relación con la protagonista principal, por lo tanto, es la villana de la novela, impidiendo que viva felizmente al lado del protagonista por celos y envidia, o al menos, eso es lo que parece ¡ATENCIÓN A LA JUGADORA, LA PRIMERA TAREA: CONOCE AL PROTAGONISTA!"
Flora sintió un escalofrío recorrer su cuerpo al escuchar esas palabras, una luz igual de cegadora a la que la trajo aquí apareció sobre ella, cubriéndola por completo.
Al momento siguiente, la luz desapareció, dejando a la vista a Flora, quien vestía completamente diferente de antes.
Un vestido de color blanco como la nieve cubría su cuerpo en casi su totalidad, pues lo único a la vista eran sus manos pálidas y cuello pálido. Varias cintas doradas caían de su cintura, decorando el vestido.
Dos horquillas con forma de loto blanco sostenían su largo cabello, que antes llegaba hasta sus hombros, en una cola de caballo alta, y sin embargo, llegaba hasta sus glúteos. El largo de su cabello se había triplicado.
Flora vio que en su cabello negro habían varias mechones de color blanco, como si fuesen canas, su ceño se frunció, parecería una abuela.
Dos zapatillas planas cubrían sus pies y su cuerpo desprendía un suave olor a hierbas frescas. En sus manos yacía una canasta repleta con hierbas medicinales algo familiares para Flora.
También había cúrcuma, raíces y hojas que servían para las mezclas.
Flora estaba segura de que así vestían las doctoras en la edad media, si así se podía llamar.
Entonces ¿Estaba en algún libro antiguo de fantasía?