CAPÍTULO 2

Ya han pasado tres semanas y la he pasado súper aburrida, extraño mucho a mis amigas aunque hablamos todos los días pero no es lo mismo. Hoy entramos al colegio estoy muy nerviosa nunca en mi vida he cambiado de colegio aunque no se me hace muy difícil hacer amigos, pero siempre uno tiene sus miedos de estar en un ambiente diferente y para rematar estoy en otro país y hablan otro idioma. Que bueno que nuestros padres nos metieron en clases de inglés porque sino estuviéramos fritos. En el colegio nos enseñaban pero no a profundidad. Las clases de inglés nos ayudaron mucho, sabemos hablarlo a la perfección.

Me levanto de mi hermosa y suave cama para bañarme e ir al colegio, hoy tengo mas flojera que nunca. Abro el armario para ver que me pongo. Quiero algo cómodo y lindo. No es que me apasione mucho la moda pero siempre me gusta vestirme bien aunque nada exagerado solo algo cómodo. Tampoco me gustaba mucho ir de compras pero mis amigas siempre me convidaban.

Al final me decido por ponerme un jean blanco roto en la rodilla, una blusa blanca sin mangas que dice panda bear, unos converse blancos, un collar dorado de cadenas y me amarro una camiseta en mi cintura. Mi look es mas a lo cómodo que a lo lindo aunque aveces hay excepciones. Me gusta mas los tenis que los tacones, me gusta mas los pantalones que los vestidos pero eso no quiere decir que no los use.

Cuando ya estoy vestida me encargo de peinarme y maquillarme, tampoco me gusta hacer eso, o sea que lo haré rápido y sencillo. Dejo mi pelo de color castaño claro suelto para que se seque al natural ya que en las puntas se me hacen ondas y para maquillarme solo me pintos los labios de un rosado bajito, me hecho pestañina, un poquito de rubor y ya estoy lista para ir al colegio.

Bajo las escaleras y me dirijo hacia el comedor.

Ya sentada espero mi rico desayuno preparado por mi madre. Que bueno que todavía esté en casa ya que no quería hacer el desayuno. Como mis papás trabajan desde temprano y la señora encargada de la cocina tenía un día libre a la semana me tocaba hacer la comida. Y ahora que nos mudamos deberán contratar a alguien rápidamente, no pienso cocinar.

Después de terminar de comer nos vamos al colegio en el BMW M8 rojo de mi hermano, el cual llegó la semana pasada de Colombia.

Tardamos aproximadamente medio hora en llegar. Mi hermano aparca el carro entre un mercedes y una camioneta negra. Cuando bajamos todos nos quedan viendo, como somos los nuevos, además, Dylan es un hombre guapo, aunque no me gusta aceptarlo, con su 1.87m de altura, su cuerpo definido, su pelo negro medio largo despeinado y sus lindos ojos mieles verdosos, las chicas se lo comen con la mirada.

-Hola, mucho gusto mi nombre es Carly, ¿son nuevos? -nos dice acercándose una chica guapa, de ojos azules y pelo rubio.

Ruedo los ojos, se nota que somos nuevos, para que pregunta lo obvio.

-Hola preciosa, el gusto es mio, mi nombre es Dylan y el de mi hermana Lia y si, somos nuevos -responde coqueto mi hermano.

No tiene vergüenza, apenas llegamos y coquetea con la primera mujer que se le aparece.

-Si quieren puedo llevarles a secretaria para que busquen sus horarios -expone coqueta.

-Claro linda, sería un honor que una dama tan bella me dirigiera.

-Siganme. -Se voltea y camina por un pasillo largo, después sube unas escaleras hasta el fondo donde se ve una pequeña oficina.

-Listo ya llegamos, si quieren se pueden sentar conmigo en la cafetería, ¡suerte!. -Le tira un beso a mi hermano y se va.

Tocamos la puerta y una voz de mujer nos manda a pasar. Entramos en una oficina chiquita, sus paredes son de color café, tiene un pequeño sofá y en el centro hay un escritorio.

-Hola chicos, ¿en qué puedo ayudarlos? - nos habla una señora de mediana edad, robusta, de pelo castaño oscuro y con anteojos.

-Venimos a buscar nuestros horarios, somos Dylan y Lía González.

-Aah son los de Colombia, ¿no? -expresa abriendo un cajón.

-Si señora.

-Bueno, aquí están sus horarios. -Nos entrega una hoja a cada uno. -Que les vaya bien, si tienen alguna inquietud no duden en avisarme -menciona amablemente.

-Ok, gracias -articulamos saliendo de la oficina.

Reviso mi horario y veo que me toca matemáticas las dos primeras hora, no puedo ser mas de mala.

-Dylan, ¿qué te toca a primera hora?.

-Matemáticas ¡que horror!.

-¡Uy si!, pero que bueno que no me toca sufrirlo sola. No entiendo porque tienen que poner esta materia a primera hora y el primer día de la semana ¡que feo!.

-Pero tu de que te quejas si tu eres buena en matemáticas.

-Que sea buena no signifique que me muera por ella, además a esa hora lo que tengo es sueño y lo último que quiero es pensar en números.

Mi hermano se ríe y deja de prestarme atención ya que se le salen los ojos por ver a todas las chicas que pasan, especialmente las que tienen faldas cortas y escotes.

Por andar regañando a Dylan en mi mente no me di cuenta que pasaba un muchacho corriendo. Y de repente se escucha un ¡pum!.

Se me nubla la vista y no es por el choque, siento una corriente por todo el cuerpo, como si tuviera miles de hormigas en todo mi cuerpo, jamás había sentido algo parecido. Es una sensación rara, no entiendo porque lo siento. No he tocado ningún cable para decir que me estoy electrocutando.

Cuando se me aclara la vista levanto la cabeza, y veo a un chico en el suelo muy guapo, como de 1.89m de alto, pelo castaño claro, ojos avellana y un cuerpo fibroso.

Aturdida todavía por el extraño suceso me levanto y recojo mi bolso, que se me calló por el impacto. Miro al chico que también se va levantando y tiene una rara expresión. ¿Será que sintió lo mismo que yo?.

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