CAPÍTULO 1

Me despierto de golpe por culpa de la estúpida alarma, no pude dormir bien anoche por esa rara pesadilla, no entiendo porque solamente sueño con eso cada año, en la misma fecha y a la misma hora y lo peor de todo es que cuando sueño con eso me siento vacía, me siento incompleta como si faltara algo o alguien.

-¡Lia levántate rápido que ya nos tenemos que ir!.

Mierda se me olvido que nos teníamos que ir temprano.

Hoy me mudo con mi familia para Miami porque a mis padres los trasladaron del trabajo. Aún no me agrada mucho la idea, aquí en Colombia tengo a mis amigos, está toda mi vida y no quiero cambiar eso.

No me gusta terminar mi último año en otro país, sin mis mejores amigas que son como mis hermanas, ¡que feo! No se como voy a vivir sin ellas, las voy a extrañar muchísimo. Mi único consuelo aunque no es no es muy grande es que estudiaré junto con mi hermano, porque perdió el año pasado.

Me levanto y corro a bañarme, que bueno que ya había empacado todo sino no fuéramos salido hoy. Termino de bañarme y me pongo un short con un suéter, me hago un nudo y se ve parte de mi ombligo, cojo mis tennis adidas y me dirijo hacia abajo.

-Mamá ya estoy lista -dije bajando las escaleras.

-Ya era hora, ya me estaba poniendo viejo -espeta mi hermano.

-¡Cállate Dylan! tu eres peor. -Quien se cree para decirme eso el se demora más que yo.

-Hermanita- dice enfatizando la palabra-. Esta belleza no se mantiene sola, necesita de cuidado y tiempo.

-Entonces cállate y no molestes.

-Pero si ese es mi pasatiempo favorito - me guiña el ojo.

-Pues buscaste otro -respondo enojada.

-Pero dime, que es mejor que molestar a esa hermana tan linda que tengo -enuncia riéndose.

-Eso diría yo, tengo un hermano taaaaan lindo -expongo con sarcasmo.

-¡Basta ya! dejen de pelear que se nos hace tarde, Dylan trae las maletas de tu hermana -nos recrimina mi mamá.

-Si si ya voy -responde.

Hay que gran hermano tengo pero a pesar de lo molestón que es lo quiero mucho, mejor no lo digo en voz alta no quisiera subir su gran ego.

Llegamos al aeropuerto. Ya es hora de despedirme de este país para empezar de nuevo en Miami. Entramos en el avión y duermo en todo el viaje.

-Cariño, despierta que ya llegamos. -Me susurra alguien.

Después me sacuden el hombro. Abro los ojos y mi madre me está mirándo con una sonrisa, le devuelvo la sonrisa y me paro a buscar mi equipaje y salgo con mis padres y mi hermano. Tomamos un taxi ya que los carros están en Colombia y todavía van a tardar en llegar.

Me asomo y veo que estamos por un barrio de gente rica, a mis padres le va bien en el trabajo y por eso no nos falta nada aunque siempre nos han criado de una manera humilde -no todo en la vida es dinero- es lo que nos dicen.

Llegamos y veo una casa inmensa, es muy linda tiene un toque moderno, es de dos pisos de color gris, es más grande que la casa en donde vivíamos.

Si es así por fuera ya me imagino como es por dentro. Entramos y veo que es aún más hermosa. Tiene una sala muy moderna adornada por muebles, tiene una cocina muy bonita y grande, vamos al segundo piso y veo que aquí quedan las habitaciones, en el patio hay una piscina grande. Que bacano, cuando tenga calor ya se a donde ir.

-Lia tu habitación es la del fondo -me anuncia mi papá y me entrega una llave.

-Ok papá.

- Y Dylan tu habitación es la anterior de la de Lia, y la de nosotros es la primera, las demás son para las visitas. -Le da la llave a mi hermano.

-Ok.

-Bueno mis niños vayan a desempacar -nos ordena mi mamá.

-Bueno.

Me voy a mi habitación, cuando abro la puerta me quedo paralizada es hermosísima me adentro más y veo una enorme cama con unas sábanas violeta, las paredes son de color azul cielo. Abro una puerta y veo que es el baño, es muy grande tiene una bañera y las paredes son negras. Abro la otra puerta y veo un armario muy bonito y grande, hay un espejo de cuerpo entero y un gran espacio para la ropa. Tendré que comprar mas para ocupar todo ese espacio. Empiezo a desempacar toda lo que traje. Organizo el cuarto a mi gusto y termino.

-¡Niños bajen a cenar compramos pizza! -nos grita mi mamá.

Corro hasta la cocina, tengo mucha hambre y me encanta la pizza. Llego y ya están comiendo mis padres y mi hermano.

-Que linda familia tengo, que hasta me esperan para comer todos juntos -reclamo sentándome.

-Hay enana deja tu sarcasmo, apenas empezamos a comer -me asegura mi hermano. Él sabe muy bien que no me gusta que me llamen así.

-No me llames así imbécil -dije mirándolo con rabia.

-Hija y esas palabras. -Me replica mi mamá.

-Perdón mamá se me salió.

-Espero que no vuelva a pasar ya siéntate y come.

-Ok.

Me senté y empecé a comer esa deliciosa pizza.

- Ma', ¿en qué colegio vamos a estar?. -Pregunté mientras me metía una gran porción de pizza.

-Se llama American High School y empiezan las clases dentro de tres semanas.

-Ah ok.

Terminamos de comer y subo a mi habitación. Llamo a mis amigas y les cuento sobre la casa, mi cuarto, el moderno baño y demás cosas relacionadas a la mudanza. Así duramos bastante tiempo hablando hasta que me entra sueño y les cuelgo. Cuando me acuesto me recuerdo de la pesadilla que me acecha desde hace tiempo, pero esta vez sentía una vaina diferente. Sentía que estaba cerca de algo importante. Como si estuviera incompleta y ahora estoy cerca de ese algo que me complementa.

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