John My Beloved

Dulce dolor, algo que me mataba lentamente y se consumía. Mi seguridad era inexistente sabiendo de la existencia de Narciso, el me miraba y se acercaba, habían leves toques en mis hombros y brazos, sabía que era intencional y eso era asqueroso, pero lo ignoraba. Por otro lado, Alejandro se veía horrible, luego de desmoronarse en mi casa y llorar de aquella manera, su apariencia era horrible y poco hablaba, se la pasaba con sus audífonos puestos y con su cara pegada al pupitre sin dejarse ver, en la pocas ocasiones que la alzaba veía ojeras bajo sus ojos y se veía tan pálido, todo el mundo me miraba y me culpaba pero ellos no sabían nada, no sabían que la culpa lo estaba consumiendo al igual que a mi y mi familia, este era el precio de las acciones ajenas.

Para este entonces yo ya estaba muy cansada de todo, me sentía miserable y acabada, era como si la muerte me susurrara en el oído que pronto me llevaría a mi, era lamentable pero no podía esperar a que sucediera, en cierto punto tenía a mi familia pero eso no contrarrestaban las horribles pesadillas, mi falta de apetito y las noches de insomnio, mi mamá lloraba casi a diario cuando veía cómo mi cuerpo estaba cada vez más delgado y mi hermano dejó de pasar tiempo en la casa, mi hermana y Jacobo eran los únicos que me sostenían cuando sentía mi mundo tambalearse y eso me asustaba, ellos se preocupaban por mi y si yo simplemente acababa con mi vida, eso sería doloroso para todos, por eso aún respiraba.

Supongo que me sentía culpable, creía que siendo dura podría sobrevivir pero el amor y la paciencia siempre habían matado todos los males del mundo, así que a la salida, él seguía tirado en su puesto incluso cuando el profesor ya había salido del aula y estábamos solo nosotros dos, él seguía con su frente pegada al pupitre hasta que sintió mis manos en su cabello, alli me miro con sus ojos cristalizados, nos miramos por un momento hasta que nos abrazamos con fuerza.

Suponiendo que me ves como una estupida, no habia caido en sus garras pero no podia ver a otra persona derrumbarse por lo que me habia pasado a mi, asi que lo abrace hasta que nuestros sollozos salieron de nuestra garganta, nos quedamos asi varios minutos que me hicieron sentir una gran opresion en mi pecho mientras sentia como sus gruesas lagrimas mojaban mi camisa, el me tenia demasiado amarrada pero no me sentia incomoda, el era simplemente un mocoso demasiado idiota en esta epoca al igual que yo.

Él me soltó, acuno mi rostro en sus manos y beso mi frente, me pidió perdón en un susurro y luego salió del salón dejándome sola, quizá si había caído un poco, lo odiaba pero tambien lo queria muchisimo, estaba creyendo en sus palabras hacia mi y eso fue la peor parte, mi venganza siguió siendo primordial, pero ahora que lo analizo mientras de lo cuento, lo mejor hubiera sido que yo me hubiera alejado y ya, estaba enferma por venganza aunque mi parte blanda aún existía como en ese momento, pero aún había una parte envenenada de mi que quería verlo sufrir tanto como yo sufrí. Ese momento que lo abrace se esfumó de mi mente y solo sentí ganas de destruirlo todo, aun lo amaba pero también lo odiaba, había mostrado debilidad ante él y eso me había parecido patético así que mi plan de venganza se elevó en mi pequeña mente.

Cada vez que pienso en esto, es como si estuviera escuchando aquella canción que decía: "So can we pretend sweetly. Before the mystery ends? I am a man with a heart that offends with its lonely and greedy demands, there's only a shadow of me in a matter of speaking I'm dead" entonces solo pienso que esa agrandar aun mas mi dolor, cuando te digo que este año fue mil veces peor es porque lo fue, estaba más que claro lo destruida que había quedado en 2016 pero en 2017 quedaría totalmente hecha polvo, destruida y llorando, pataleando y muriendo. era como estar viviendo el mismísimo infierno y eso era un desastre, mirando el cielo estrellado pero sin poder ver el brillo de las estrellas, fundida en una eterna oscuridad que aún tiene manchas en mi piel a estas alturas, era como estar muriendo pero aun respirando, estaba muerta en vida.

Más tarde, llegué a mi casa y me di cuenta que mi hermana no estaba, llena de rabia deje mi mochila en la habitacion y sali de mi casa directo a la de Alejandro, el tambien estaba solo asi que solo me abrí de piernas sin dejar que tocara mi cuerpo y el lo hizo, demasiado duro y violento, no me había gustado pero debía crearle la ilusión de que volveríamos y así pasó, luego de que eyaculara, le di un beso sin sentimiento y volvimos, aquí es donde empieza la verdadera toxicidad.

Para agosto, hice como si nada el dia de mi cumpleaños mientras mi familia había organizado algo pequeño en la sala, pero yo simplemente me encerré y escuche sus quejas, dormí un rato hasta que mi hermana toco la puerta y entró a la habitación con un trozo de torta:

— ¿Debimos preguntar si querías algo?— pregunto ella, me sentí tan culpable que no fui capaz de mirarla a la cara y ella solo dejó la torta al lado de mis piernas para luego abrazarme— Se que es difícil para ti pero estamos haciendo un esfuerzo para que te sientas cómoda.

— Perdón— me disculpé en su abrazo.

Era real, yo me estaba comportando como una idiota cuando ellos lo unico que querian hacer por mi era mejorarlo, a su modo y yo solo los rechazaba, en ese momento me senti como una mocosa mimamda y senti culpabilidad. Tome el plato de torta y me dirigí al comedor, allí estaban sentados mi mama y mi hermano comiendo con aburrimiento, me senti muy mal de verlos asi por mi actitud, así que me senté al lado de mi mama y mi hermana al lado de mi hermano.

— Perdón— me disculpe tomando con el tenedor plástico un pedazo de torta y metiendola en mi boca— No quiero que piensen que no aprecio sus intentos por hacerme sentir mejor, es solo que no quiero arruinarlo.

— Te amo— susurro mi mamá y sentí como una parte de mi corazón se ablandaba.

Comimos las torta tranquilamente mientras ellos hablaban, la verdad yo solo había comido la mitad de esta y eso hizo que me miraran con preocupación pero no hablaron mucho de ello, supongo que fue para no incomodar, más tarde mi mama saco la pesa de debajo de su cama y nos citó a todos en la sala:

— Vamos a pesarnos— dijo ella y todos nos quejamos, yo sabía que esto solo sería fuente preocupación para todos pero no quería causar problemas al negarme, así que solo pedía a algún dios que mi peso fuera saludable aunque era imposible con lo poco que estaba comiendo.

La primera en pesarse fue mi mama y su peso fue bueno, luego mi hermano y mi hermana, ellos habían subido unos kilos pero nada del otro mundo, cuando me toco a mi sentí como algo se acomodaba en mi pecho, con lentitud me acerque al peso y lo mire dudosa, cuando me acomode en este, todos miraron la cosita que muestra el número y suspiraron, sabía que era preocupante pero no mire hacia abajo para saber, no quería verlo y ellos lo notaron:

— Pesas treinta y ocho kilogramos— hablo mi mamá, mirándome con seriedad.

— Perdon— no sabia exactamente de qué me estaba disculpando pero me sentía un  pedazo de mierda, tocando mi nuca con mi mano fría.

— ¿Qué vamos a hacer?— cuestiono mi mamá.

Pensar en eso me dio dolor de cabeza, no era algo facil y mas que nada con mi enorme pérdida del interés por los alimentos que solo consumía cuando el dolor de cabeza me estaba matando y no podía pensar en otra cabeza, en esos momentos comía cualquier cosa y ya estaba, pero ahora con mi madre sabiendo mi peso, no era algo agradable de ver y más con su expresión sobre mi cuerpo, como encontrando la solución mientras más me miraba, me sentía en una situación estresante y no quería eso, en ese momento solo quería encerrarme en mi habitación y olvidar absolutamente todo pero no podía echarme a correr con mis hermanos y mi madre rodeandome de esta manera, así que debía afrontarlo.

Pasar por toda esta situación era como estar en alguna escenas estresante con Danse Macabre de Camille Saint-Saëns de fondo, era realmente como querer tirarme de algún lugar alto y solo olvidarlo todo después, en ese momento solo podía querer encerrarme lejos de todo.

— Vamos a tener que pedir cita medica— susurro mi mama y yo solo pude aceptarlo ¿Con que derecho me iba yo a quejar?

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