Dark Paradise

Oh hermoso octubre, llegó como una suave brisa fría y eso fue bueno, mi mamá se había contactado con algunos psicólogos pero miserablemente era dinero que no teníamos en nuestras manos, igual por esa época no era realmente importante para mi el futuro, teniendo en cuenta la manera en la que el pasado me atormentaba cada tanto pero eso no era lo peor del tema, mi orientación se vio descubierta por una de las amigas de mi ex, asi que no solo era un puta y mentirosa, también era una desviada y confundida.

Los comentarios eran jodidos y agréguenle la presión de sentir a alguien siguiéndote a todos lados, mas mis hermosos traumas sobre el abuso y maltrato, el resultado es alguien con insomnio y depresión, con ataques de ansiedad y ganas de morirse. Estaba realmente jodida por esa época pero intentaba buscar un soporte, buscaba intentar lo último para no ocasionar más dolor a mi familia pero era difícil. Era como haber perdido una parte de mi y estar en luto por ello.

Pero la compañia era reconfortante, tener a Jacobo a m lado desde la mañana hasta que el sol se escondía era algo que me hacía sentir demasiado bien como para seguir respirando, tener a mi hermana todas las tardes mientras escribía canciones era reconfortante, ser arrullada por mi mamá en las noches me llenaba de calidez y tener charlas con mi hermano en la madrugada era relajante. Tenía a todas estas personas a mi lado que me ayudaban aunque no lo intentara o siquiera se dieran cuenta, ellos eran un buen motivo para seguir respirando y volver a encontrar mis ganas de vivir.

La segunda semana de octubre estaba en el suelo de la cocina de mi casa junto a Jacobo haciendo una estupida maqueta para química y hablando de cualquier bobada hasta que:

— ¿No tienes impulsos de volver a hacerlo?— cuestiono Jacobo señalando las cortadas en mi brazo.

— Claro que lo tengo— confesé dejando de lado la plastilina— Era mi manera de canalizarlo todo.

— ¿Y entonces?—

— Mi mamá me revisa todas las noches— y era cierto, en esa época ella me hacía desnudarme frente a ella para comprobar si lo seguía haciendo— No quiero hacerla llorar más.

— Tienes un bonito corazón— comentó él sonriendo y luego despeinandome un poco.

Bueno, y este es el momento en que mi corazón siente una pequeña alteración, lo cual en esa época era rarisimo porque nunca había pasado cuando nos abrazabamos, tomábamos las manos o cualquier otra cosa,

— Me van a cambiar de colegio— le confesé.

Esta decisión ya la había tomado todos luego de lo sucedido, mi mamá era la más afanada por hacerlo y no la culpaba, estaba cansada de pensar en los amigos de él cerca de mi, teniendo en cuenta que luego de la sentencia que le dieron, intentaron golpearlo pero mi hermano estaba cerca y ellos no querían testigos y menos al gritón de mi hermano cerca.

— Eso es bueno— Jacobo se veía conforme— Seguiré viniendo a tu casa todas las tardes, tenlo por seguro.

— Eso espero—

—  A veces siento que te estás ahogando— soltó de repente él, ganando toda mi atención— O que te estás perdiendo.

— Me siento perdida— confesé, la verdad era bueno hablar de esto con él porque no me sentía juzgada pero no lo hablaría así de la nada, siempre esperaba a que él lo notara— Como si una parte de mi estuviera ya muerta.

— Siempre mueren partes de nosotros para que nazcan otras— dijo con simpleza para luego invitarme a sentarme a su lado— Es necesario que mueran algunas partes de nosotros.

— Siento que murió la parte más bonita de mi— susurré y él soltó una risilla mientras tomaba mi rostro en sus dos manos y me miraba fijamente.

— Te veo igual o más encantadora que antes— dijo suavemente mientras yo lo miraba mal.

— No en belleza física, baboso— regañe y él acarició mis mejillas.

— Los ojos son la puerta del alma, segun las personas— empezo a explicar, me senti pequeña en esos momentos bajo su profunda mirada de color verde— Y cuando miro tus ojos, solo veo algo totalmente encantador— luego de decir eso, solto mi rostro— Como dijo la diosa Lana Del Rey: Every time I close my eyes, it's like a dark paradise. No one compares to you, i'm scared that you won't be waiting on the other side—dijo él en manera de poema mientras lo miraba raro porque yo no era bilingüe e incluso mi español era bastante cutre.

— En español—le pedí y él soltó una carcajada— Aquí no somos bilingües.

— Cada vez que cierro mis ojos— empezó a traducir mientras apoyaba mi cabeza en su hombro— Es como un paraíso oscuro, nadie se compara a ti— seguía mientras tomaba mi mano y entrelazo nuestros dedos— Estoy asustado de que no estés esperando en el otro lado.

— Que poético— susurré y él sonrió.

— Es como te veo a ti, contigo misma— explicó y tenía bastante lógica— Cada vez que cierras tus ojos es como si volvieras a tu paraíso oscuro de recuerdos— él puso su cabeza sobre la mía y me sentí bastante reconfortada— Tienes miedo de no volver a encontrarte a ti misma.

— Me analizas mucho— susurré.

— Porque me importas mucho— confesó y sentí cómo algo se instaba en mi estomago, haciéndome sentir extraña— Nos apoyamos mutuamente, recuerdalo.

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