Capítulo 19.

Maxi

¿Celos?, sí, los siento. No puedo soportar la idea que hable con otro, y menos cuando ese otro le trae ganas. Mi gata, es un belleza de mujer. Con ese hermoso cuerpo, con esas curvas que hacen volver loco a cualquiera, con esa limpia y brillante piel canela, con sus ojos negros; grandes y expresivos.

Paso mis manos por sus muslos subiendo hacia sus nalgas, y sintiendo bajo ellas como tiemblan sus piernas por mi roce. No puedo hacerle daño, jamás me lo perdonaría ella, y yo tampoco lo haría. Me detengo y levantó su vestido. Me tiene en un hechizo, la condenada gata. La doy de nuevo la vuelta dejándola acostada; su respirar es pesado, sus cabellos negros caen en su rostro. Con mi mano los hago a un lado. Me inclino más a ella y tomándola desprevenida; la beso. Me aferró a sus labios de manera dominante, ahora es mía. Jodidamente ella está marcada en mi alma, mi cuerpo, cada parte de mi le pertenece. Y es donde me digo a mi mismo, que ella llegó a poner mi mundo y mis perspectivas de cabeza.

— Creí que estabas enojado — Murmuró una vez me separé de su boca, me eché hacia atrás y la mire a los ojos—. Ya que estas más tranquilo, ven acá.

Palmeo la cama, y por inercia lo hice. Me acosté a su lado, se giró. Quedamos frente a frente, a escasos centímetros de tocar nuestros labios. Mi corazón empezó a retumbar fuerte en mi pecho, y jamás había sentido esta sensación, que poco ortodoxa para mí, es indudablemente agradable.

— Eres muy guapo, Maximiliano — Sonreí, eso ya lo sé, no tienes que decírmelo, gata—. Pero te ves ridículo cuando te dan esos celos tan estúpidos. No me voy a ir de tu lado si es eso lo que te preocupa. Soy una mujer de palabra, y no voy a romper nuestro trato. Luke, es mi amigo desde que era pequeña y Esteban es mi sangre. No debes tenerle celos a ellos, si al fin de cuentas, tú eres el que me tiene cada noche.

Antes que pudiera protestar a su excelente lógica, se subió encima mío, y ahora fue ella quien me beso. Sus labios se han vuelto mi perdición; como delicadamente mueve su boca a la par con la mía. Cortó el beso, cuando empecé a descender mis manos por su espalda para llegar a sus caderas. Sonrió de lado, bajándose de encima mío. Se levantó de la cama quedando de pie frente a ella. Me apoye en los codos y vi como empezó a quitar su vestido, cayendo este a sus pies. Su ropa interior negra de encaje quedo al descubierto. Joder, no me voy a poder contener más. Pero, ¿Qué está planeando mi gata?.

— Debes ser más paciente, señor Lombardi — Dijo deslizándose de nuevo en la cama, pasando sus manos por mis piernas—. No sé cómo le haces para no perder el control.

— Debo tener mente fría para todo — detuvo las manos en mi prominente erección, y la froto lentamente. Esta mujer me quiere matar.

— ¿Para todo? — Susurró, se deshizo del cinturón y bajo la cremallera—. No te veo que estés frío.

Removió la ropa interior hacia abajo, y tomándolo en su mano empezó masturbarme de arriba hacia abajo. Condenada gata, me está provocando y no sabe en qué se metió.

Suelto un gruñido, echando la cabeza hacía atrás. Su mano me envuelve y me hace poner mucho más duro, cada que va aumentando el ritmo. Ya no soporto más, necesito sentirla.

— Gata — Advertí, sube sus ojos hasta que llega a los míos, una fuerte corriente me atraviesa al ver ese brillo. Un brillo que no había visto desde que la conocí—. Quiero sentirte.

— No, señor Lombardi — Me soltó, y se subió ahorcajadas sobre mí erección. Empezó a mover las caderas de adelante hacia atrás, luego en círculos, muy lentamente haciéndome agonizar. Sus manos descendieron por su cuerpo, acariciando sus senos, su vientre y volver a subir. Es como si estuviese bailando sobre mí.

— No tienes idea de cómo me pones — Mordió sus labios y llevo sus manos a la espalda, desabrocho el sostén y lo lanzó lejos. ¡Maldita diabla!. Sus pezones duros me incitan a ser tocados, a morderlos... ¡Joder!. Cierro los ojos, dejándome llevar por su movimiento, como siento caliente y húmeda su vagina. Hasta que se levanta un poco, y su mano toma mi pene para llevarlo a su entrada. Abro los ojos, la tomo de la cintura fuerte; hundiéndome en ella. Un gran gemido escapa de nuestras bocas al unísono. Ansiaba sentir su estrechez, su humedad y, de cómo expertamente menea su cadera; con desespero y a la vez con calma. Haciendo que la penetración sea más duradera, llena de gozo, llevándonos a otro lugar donde su cuerpo es mi salida a todo. Su boca estalla violentamente encima de la mía, sin dejar ese sensual ritmo, que a gran velocidad me está volviendo loco. Acaricio su espalda subiendo y bajando mis palmas por ella, apretándola más a mí. Muerdo sus labios y gime, bajo mi boca por su cuello mientras se aferra fuerte, envolviéndome de una manera indescriptible. Joder, la gata supo calarse en mí, me tiene como un maldito demente a sus encantos, a sus enojos, y a esa fría mirada que calentó a mi corazón que según yo, no nació para amar y ser amado...

Hundo mis dedos en su carne, y la muevo más rápido por las caderas, me tiene a punto y no creo aguantar más. Nuestras miradas se enlazan mientras nuestros cuerpos se mueven al mismo ritmo, y nuestros corazones laten a la par. Me acerco a sus labios y la beso suavemente sin dejar de movernos hasta explotar al unísono, un gran suspiro sale de mis labios mezclado con el ¿Tierno beso?.

Sólo sé que ella es mi gran debilidad, sólo me puedo caer ante ella, y solamente ella es quien me puede manejar a su antojo. Pero, eso no se lo puedo dejar ver, ¿Dónde quedaría ese hombre que yo mismo construí en años?, uno de acero, que no siente, que no demuestra, y mucho menos decia sentir amor... Y, ahora una gata de piel canela, con ojos y cabellos negros como la noche, me tiene embrujado, dominado, me tiene a su entera merced.

— Estoy y estaré a tu lado, Maxi — Susurra ella cayendo dormida entre mis brazos—. Siempre...

Dejo un beso en su frente y la abrazo por la espalda. Me pierdo en su aroma enlazado con el mío, hasta que no demoró en caer en el sueño junto a ella. Así, unidos uno entre el otro, los dos con nuestros temores de avanzar y dejarnos llevar...

Pero en este negocio de mierda, siempre habrá ese algo que nos deje abajo, de mí depende que no conozcan mi punto de quiebre.

Hola, mis amores. Les pido paciencia por favor, he estado enferma y por eso no había escrito. Y, el que guste dejar la historia por la demora en los capítulos, lo puede hacer. Igualmente agradezco al que siga en ella. Estaré subiendo de a poco, por favor no me presionen que así no puedo escribir bien. Gracias por comprender, les mando un fuerte abrazo. Y, cuidensen mucho. Dios los bendiga.

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Comments

Alejandra Campos Badilla

Alejandra Campos Badilla

Lo ciento querida autora tienes que cuida tu salud primero así podrás seguir escribiendo bendiciones y te deceo pronta mejoría Dios te bendiga y cuide

2024-04-16

1

Betza07🇻🇪✌🏼

Betza07🇻🇪✌🏼

Si Emily se enamoró de 2 pues yo me enamoré de 3 😍😂 padre e hijos🔥🔥🔥

2024-02-23

6

Tania Solsol Rengifo

Tania Solsol Rengifo

me muero y bien muerta jaja

2024-02-15

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