Maxi
— Señor, ya todo está listo para desembarcar, los hombres de Luke esperan en el puerto — Informó William.
— Bien, que tengan todo preparado — Respondí viendo el radar—. La guardia costera estará ahí, avisen a la base; quiero todo despejado para cuando lleguemos.
— En eso estamos trabajando desde la madrugada, según había una embarcación frenada y por eso la presencia de ellos allí.— Levanté la cabeza y se calló de inmediato—. Ya mismo me pondré a trabajar en eso, señor.
Dio media y vuelta para marcharse de la cabina, escuché una risa burlona a mis espaldas, cuando me gire Dina; estaba con una de mis camisas, parada en el entrada trasera. Joder, todo le queda muy bien, pero verla con mi ropa es un deleite para mis ojos, sólo deseo comerme ese cuerpo cada maldito segundo que pasa del día.
— No cambias tu mal humor, eh — Aseguró acercándose hasta llegar frente mío, me gire y cruzándome de brazos la mire fijamente—. Willi, te estaba hablando de buena manera. ¿Acaso no puedes establecer una conversación con otra persona?. ¡Oh, cierto que no, si eres imponente, frío, serio...
— ¿Acabaste gata? — Corté su repertorio, así han sido las últimas dos semanas que hemos estado en el barco—. Y es William, no esa maricada de Willi.
— Deja de ser tan celoso, señor Lombardi — La tome de las caderas y con una mano le agarré del cuello—. Pero no puedo negar, que te ves jodidamente sexy cuando te pones así.
— ¿Así como? — Inquirí, respirando cerca a sus labios. Deslizó una mano por mi pantalón para frotar de arriba hacia abajo por encima—. La gata esta golosa, eh, ¿No te ha bastado estas dos últimas semanas?.
— Como me va a bastar, teniendo un esposo tan sexy — Murmuró mirándome a los ojos con picardía, ¡Maldita sea!, la haría mía como nunca antes si no fuese porque mi madre nos está mirando.
— Sigan en lo suyo, solo vine a buscar a William. Al parecer aquí tampoco está — Mi gata se giró con una sonrisa, la cual mi madre correspondió.
— Me iré a cambiar — Dijo risueña, giró la cabeza un poco y me dio un guiño, antes de desaparecer por la puerta.
Desde ese día, todo cambió para nosotros. Hemos establecido un vínculo mucho más grande, una confianza única; donde nada guardamos por dentro. No fue nada fácil escuchar toda su vida, como lloró en mis brazos por todo ese pasado que se la comía por dentro. Y, menos escuchar decir de sus propios labios; lo que hizo ese hijo de perra, cada detalle sólo alimento más ese deseo de sangre, el cual ella será la que lleve el mando.
— Estas enamorado, de tu gatita — Se burló mi madre, no recordaba que ella seguía ahí de pie.
— Que mierda dices, mamá — Mentí, para todos he sido el serio, el que no siente, el que es un maldito hijo de perra, y no lo niego. Lo soy.
— Ay si, y yo me chupo el dedo todavía. Somos estúpidos para el amor. Eso se hereda — Dijo sacando un cigarrillo, y antes de llevarlo a sus labios; Remi se lo arrebató de la mano—. ¡Maldito bastardo!.
— Tu no deberías seguir fumando, eso te hace daño para la edad — Dijo él encendiendo el cigarro, mi madre lo miro fijamente echando fuego por sus ojos—. ¿Qué?.
— Pequeño bastardo de mierda — Farfullo antes de darse la vuelta e irse como un demonio. Pobre del que se atraviese en su camino, de lo que se salvó mi padre.
— Que dramatismo, y solo por un puto cigarrillo — Remi, sigue siendo un estúpido adolescente, con una inteligencia única—. En fin, vinimos hacer negocios, ¿No?.
Asentí con la cabeza, mientras el daba caladas largas agarrando la carpeta que tenía sobre una mesa. La leyó detenidamente y luego de hablar por varias horas; de los nuevos tratos que se iban a cerrar, y los que descartariamos por falta de conocimiento, o simplemente no nos llamó la atención. Este negocio no es para cualquiera, y un principiante sólo sería un estorbo, del cual nos tendríamos que deshacer después.
— Inglaterra es tu territorio, Remi. No soy quien para meter mis narices en tus asuntos.
— Y no espero que lo hagan, pero los nuevos socios nos afectan directa e indirectamente a todos — y tiene toda la razón—. En la junta veremos esos puntos, se que a Emily no le gustará.
— Que importa si no le gusta, negocios son negocios; y ella lo sabe a la perfección.
— Como sea, siempre forma una tormenta en un vaso de agua...
— Señores, en cinco llegamos — Informó William entrando con Dina caminando a su lado. Me quedé mirando fijamente a mi gata, que sólo se encogió de hombros y este sólo se acomodó el cuello de la camisa nervioso.
— Ve a trabajar — Ordene este asintió y se perdió rápidamente—. ¿Qué hacías con él?.
— Señor celoso, nos encontramos por el pasillo — Remi se rió y fruncí el ceño—. ¡Mierda, esto es muy gracioso!.
Se echó a reír junto con Remi, salí de ahí y desde lejos sólo escuché como seguían con sus burlas. ¿Qué mierda me pasa?, jamás había sentido celos, pero ella ahora es mía, me pertenece, soy su dueño, mi marca esta tatuada en su piel.
¡Mierda, estoy actuando como un estúpido celoso y posesivo de mierda! Pero si no cuido lo que es mío, vendrá otro a disfrutar, y eso no lo voy a permitir.
— Señor, todo está despejado. ¿Van a desembarcar en lanchas? — Inquirió el capitán, asentí con la cabeza.
— Cambiaron la bodega la última.vez, ve por el lado sur.
— Si señor, se me olvidaba.
El barco llegó al puerto y los hombres empezaron a desembarcar toda la mercancía, Dina salió aferrada del brazo de Remi. Su expresión era neutra, si sentía algo; se lo estaba guardando muy dentro de ella, porque ni sus ojos se veían tristes. Camino con tal seriedad y frialdad, pareciendo un iceberg andante.
— Maximiliano — Saludo a mis espaldas Luke, espero poder controlarme—. Cuanto tiempo, eh. ¿Qué te hace venir a este lugar recóndito para ti?.
— ¡Luke! — Exclamó mi gata, corriendo hacia sus brazos. Este se quedó en silencio unos segundos en silencio antes de contestar.
— Mi hermosa nena — Todo se me revolvió por dentro—. Creí que jamás te volvería a ver, mi princesa celosa.
— Suelta a mi esposa, ahora — Sentencié, ambos se soltaron lentamente y con el ceño fruncido, Dina me miró—. Vinimos hacer negocios, no a esto.
— ¿Son esposos? — Murmuró él sin apartar la vista de Dina. La tome de la mano y jalándola hacia mí, contesté:
_ Lo somos — Afirme severamente aferrándome fuertemente de su cintura—. Mi madre y mi hermano nos esperan, Luke.
Con una sonrisa divertida asintió con la cabeza, me gire con Dina obligándole a caminar conmigo hacía la bodega, donde hablaríamos de la nueva sociedad.
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Comments
Mariela De Los Angeles Serrano
No solo el nombre heredaste de tu padre, 😂😂😂
2024-07-30
2
MINNY@24💕
jajajajjajaj lonpondras celoso Gatita no le muevas 😁🤣😂😂😂🤣
2024-01-25
5
Vicky De Delgado
definitivamente en esta familia abundan los celosos 🤣🤣🤣🤣
2024-01-06
2