— Hoy nos quedaremos aquí — Dijo él separando nuestros labios y juntando nuestras frentes—. Debo resolver unos pendientes, y pierdo el tiempo yendo hacia la mansión. ¿Te molesta?.
— Como crees, antes... te puedo ayudar en lo que quieras — Nuestra relación se está tornando extraña, pero no me desagrada para nada. Todo lo contrario me gusta—. Soy muy útil y aprendo rápido.
Se separó un poco, y sonrió. ¡Matame de una vez!, que sexy hombre.
— Eso le veré yo... a profundidad — Murmuró burlón, reí. Me pegué a su oído y relamiedo un poco mis labios, murmuré:
— Espero que así sea, porque muero por sentirte profundo en mi — ¡¿Qué mierda me pasa, y porque mierda le digo estas cosas?!. Me tomo de las caderas hundiendo sus dedos solo un poco para pegarme a su cuerpo.
— Te atenderé luego, gata. Pero debemos trabajar — Susurró con una gruesa voz. ¡Joder, todo me palpita con rapidez!.
— No quiero molestar y menos si es su intimidad, pero... tenemos trabajo que hacer, y los guardias llegaron al muelle para saber lo que había sucedido — Maximiliano suspiro pesadamente y me aleje un poco de él, para encontrarme con una sonrisa de oreja a oreja de su madre.
—Como sea, que se ocupe Remi. Estaremos en las cocinas — Gruño este, enserio que estoy por creer lo que me dijo su madre hace unos minutos, sobre su temperamento. Es demasiado serio y tosco—. No puedo cocinar yo, pero mi gata sí.
— Eh? — Quedé pérdida y desconcertada — Pero... yo no sé...
— ¿Crees que puedo hacer algo con este hombro así? — Me cortó levantándose del mesón—. No, así que tu vas hacer mis manos.
Y así me agarró de la mano, para salir del cuarto bajo la atenta mirada de su madre, que sólo sonreía al ver a su hijo. Salimos del barco y nos adentramos a una de las bodegas, después de pasar por un largo y angosto pasillo; llegamos a una puerta negra, donde Maxi la abrió y una inmensa sala nos recibió.
Ahí, en ese lugar habían muchas personas contando droga, cocinándola, empaquetando y sacando por la parte de atrás en canastas, otras revueltas en distintos tipos de frutas.
— Señor, está todo listo. La mercancía que debe salir hacia la isla, esta completa — Dijo un hombre bajo y un poco delgado—. Sólo falta la que debe enviarse a la señorita Emily.
— Todo está retrasado. Mejor iremos a entregar la mercancía nosotros y ustedes sólo encargarse de que la merca de Emily, llegue completa. Lo que menos quiero es tenerla como loca por aquí — Dijo Maxi, haciendo un gesto desinteresado. ¿Quién es Emily?, me pregunto para mis adentros. El hombre asiente y se pierde por una cortina de plástico — Gata, volverás a ver a tu familia.
Abrí los ojos a más no poder, mi corazón empezó a martillar desenfrenado por lo que dijo, ¡No, no pienso volver a ese lugar!. Mi cuerpo empezó a temblar, el nudo que se formó en la garganta no me dejó respirar hasta que empecé a ver todo negro y unos brazos fuertes sujetaron mi cintura.
— Ya está embarazada — Escuché un murmuró a lo lejos, trate de hablar pero mis palabras solo quedaron ahí, ahogadas en mi interior. No puedo soportar tener que ver, a los que algún día dijeron ser mi familia.
Ver a ese ser que perjudicó mi niñez, que me dejó a la deriva por contar una verdad. La vida se empeñó en colocar obstáculos en cada uno de mis pasos, donde cada uno fue un tropiezo sumado a una dura caída. De las cuales nunca pude salir, sólo quedé ahí; tirada en un hoyo lleno de oscuridad y el pequeño rayo de luz me lo brindó él.
— Gata — Escuché su voz, mis ojos aunque cerrados, mi corazón y mis sentidos reaccionaron a ella. A esa voz prepotente, gruesa y mortalmente seductora. Abrí los ojos lentamente con un dolor agudo de cabeza y totalmente perdida del lugar donde me hallaba—. Trae agua.
— Si señor — Otra voz desconocida para mi. llegó a mis oídos— Aquí tiene señor.
— Ahora largo — Maximiliano es así; frío, serio e insolente para con los demás, pero al verle con un gesto de preocupación hace desestabilizar todo mi ser—. Bebe un poco.
Me acerco el vaso a los labios, parpadeo varias veces mientras me acostumbro a la luz, y este me ayuda a beber el agua. El líquido baja por mi garganta, pero no hace ese efecto de menguar el nudo. Sólo provoca que está baje con dificultad, sintiéndola arenosa en mi boca.
— Seguro que no está embarazada — mencionó nuevamente la voz femenina de hace rato, pero esta vez sí reconocí.
— Mamá, ya te dije que no. Y no empieces con tus cosas — Reprendió Maximiliano a su madre, está se encogió de hombros y se cruzó de piernas en un sillón frente mío. Es donde me doy cuenta que estoy semi acostada en una cama y Remi está de pie junto al marco de la puerta. Mientras Maxi, está sentado a mi lado tomando mis manos y acariciándome suavemente con sus pulgares —. Es mejor que se vayan, Dina debe dormir, y acá a que lleguemos al puerto, tomará varios días.
—¡¿Qué?!. No, yo no puedo volver a ese lugar, Maximiliano. No me hagas esto, déjame bajar de acá, te esperaré en la mansión pero no quiero... — Me calló de un beso, tomando con sus manos mi rostro. Sus labios me hicieron suspirar y me calmó. Esa es la tranquilidad que me da él, y no entiendo el porque aún.
— Shhhh, todo estará bien, preciosa. Estoy contigo — Murmuró encima de mi boca, sin poder contenerme más, mis lágrimas bajaron por mi rostro, mojando nuestros labios.
Se que tarde que temprano debía afrontar mi pasado, pero aún no estoy segura, de volver a pisar aquella arena donde una vez reí, sin importar que, y fui feliz con mis padres.
Y toda esa felicidad, murió. Murió con el pasar de los días, cuando la vida me castigó y me llevo a lugares donde lo perdí todo, los cuales me llevo por caminos interminables. Pero ahora debo afrontar todo eso, y es momento de contar aquella marca que tengo grabada en mis recuerdos.
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Comments
Ibelitza Oliverovelis
está traumada
2025-02-03
0
MINNY@24💕
hay noo pues ábrete y dile que te hicieron para que no te lleve con ellos
2024-01-25
9
Vicky De Delgado
debería de decirle la verdad a Maxi, el xq no quiere regresar. o sino hablar con Maritza, ella la entendería y podría lidiar con Maximiliano
2024-01-06
1