CAPITULO XX. Tranquilos, todo esta bien. Revisión médica.

Eduardo vigiló el sueño de su amada Eliza. Luego que él llego, Eliza durmió tranquilamente alrededor de una hora. Y luego poco a poco, despertó.

Eliza fue sintiendo el abrazo de su esposo, y sonrió. Le dio un pequeño beso en el brazo ajeno. Asi Eduardo se dio cuenta que su esposa despertaba.

-¿Cómo te sientes, princesa? –

-Mejor. Gracias por venir, amor. –

-Sabes que haría lo que fuera por ti. – le respondió para darle un beso en la frente. Incorporándose, lentamente, le dijo - Vamos al hospital. –

Eliza se levanto poco a poco y se sentó, acariciando su barriga. Y lo vio algo sorprendida.

-No quiero ir al hospital. Me siento bien. –

-Debemos ir, princesa, por favor. –

-¿Para qué? – preguntó Eliza seria.

Eduardo suspiro.

-¿Cómo te sentiste desde ayer? – preguntó Eduardo mirándola serio.

Eliza lo miró, pensativa.

-Siendo sincera, desde que Miguel me dijo lo que le había sucedido en la escuela, sentí mucha incomodidad. Pero te aseguro que no fue n… - Eduardo no la dejó terminar de hablar.

-¿y hoy, cómo te sentiste? –

Eliza lo miro, mordiéndose el labio, pensó que él tenia razón.

-Me desperté con la misma incomodidad. Hoy me sentí más cansada en el trabajo. Y sentía que no podía caminar, con la incomodidad en el vientre luego de salir de la escuela y de hablar de nuevo con la maestra. – dijo ella desviando la mirada.

“Eduardo tenia razón, debían ir al hospital” pensó apenada.

-¿Ves? ¿Entiendes, por que hay que ir al hospital? – le pregunto Eduardo mirándola a los ojos.

-Si, esta bien. Tienes razón, amor. No quiero que le pase nada a nuestro bebe. – le dijo ella con los ojos cristalizados por las lágrimas, mientras lo abrazaba.

-Esta bien, tranquila. No pasara nada. Todo esta bien. –

Eduardo le dio un beso en los labios a su esposa. Acaricio su barriga y le hablo a su hijo, para que estuviera tranquila. Eliza sonrió al ver la forma en que Eduardo le hablaba a su barriga. Siempre lo hacia mientras creía que ella dormia, era la primera vez que lo hacia estando ella despierta.

Entonces él, la miro a los ojos. Esos ojos castaños que tanto lo hipnotizaron cuando se conocieron. Acarició su cabello con ternura.

-Te amo, Eliza. Todo estará bien. – y besó sus labios tiernamente.

Ella aceptó el beso, que enseguida reconforto su corazón, y le hizo olvidar los malos recuerdos de sus pesadillas. Entrelazó sus dedos en el cabello castaño claro, y corto de su amado, mientras el beso seguía tiernamente. Luego se separaron, y Eliza miró los ojos grises de su esposo.

-Yo también te amo, mi príncipe. Gracias por estar con nosotros y cuidarnos. – le dijo ella con una sonrisa, y con una lágrima recorriendo su mejilla. El le acaricio la mejilla.

-Vamos a despertar a Miguel. Iremos al hospital para que revisen que todo esta bien con nuestro bebé. –

Y se levantaron a despertar a Miguel y prepararse para ir al hospital.

************

Ya en el hospital, en la consulta con el médico especialista, le tomaron una muestra de sangre, mientras esperaba su turno para realizarle una ecografía.

Como siempre, llevaron a Miguel con ellos. Este se encontraba sentado en unos asientos cercanos, jugando con un carrito, esperando a sus padres. Eduardo estaba cerca de Eliza en otra sección, pero podía ver a su pequeño jugar con el carrito.

Y Eliza sentada esperando la llamaron, sosteniendo la mano de su esposo.

-Eliza Rojas – llamo una de las enfermeras.

Eduardo la ayudó a levantarse y la guío al consultorio. Allí la enfermera la ayudó a cambiarse y ponerse una bata azul, y luego la ayudaron a acostarse en una camilla. La obstetra le sonrió para calmarla, y le hizo varias preguntas sobre como se sentía, mientras le colocaba el gel frio en el abdomen, preparándola para realizarle la ecografía.

-Puede mi esposo pasar, por favor? – preguntó Eliza asustada por que no sabia que vería la doctora en las imágenes.

-Claro, señora. – la doctora llamó a la enfermera, le pidió llamar al esposo de Eliza. – Tranquila, señora Eliza. Todo estará bien. – le dijo la especialista. Ella era una de los médicos que atendió y atendía a Eliza, y conocía la condición de ella. Por lo tanto, sabía que ella y su esposo habían pasado por situaciones traumáticas, y la joven mujer aún asistia al psicólogo debido a eso. Entonces, sabia que debía tratar con mucho cuidado a la mujer.

Eduardo hablo con la enfermera de recepción para que estuviera al pendiente de su hijo Miguel. Luego habló con el pequeño para que supiera en cual consultorio estaría con su mami, revisando que su hermana o hermano estuviera bien dentro de la barriga de su mama.

-Esta bien, papi. Aquí me quedó con la señorita enfermera. – le dijo el niño.

Eduardo lo beso en la frente y le dio las gracias a la enfermera y entro al consultorio.

Al entrar vio a su esposa con una expresión de preocupación en sus ojos castaños. Parecía a punto de llorar. Al escuchar la puerta ella volteo a mirarlo, y le extendió su mano. Él se acerco, tomándole la mano y besándole su delicada piel trigueña, se sentó donde le indico la doctora.

-Bien. Comencemos con el estudio. No se preocupen, estén tranquilos los dos. – les dijo la médico con una sonrisa.

Y luego de colocar el gel frio, tomó el transductor, y comenzó a pasarlo por su gran vientre, poniendo sumo cuidado en lo que las imágenes reflejaban en la pantalla.

Fueron varios minutos los que estuvo la especialista observando las imágenes y revisando varias partes del vientre, moviendo el transductor de un lado a otro de la gran panza de Eliza.

Luego de culminar el estudio, imprimio algunas imágenes para darles a los preocupados padres, y revisó los resultados del examen de sangre, hematología y otros.

-Les tengo buenas y no tan buenas noticias. – comenzó por decir la doctora.

Eliza y Eduardo se asustaron. Eliza se quedo en silencio, pero Eduardo si reaccionó.

-Diganos, Doctora, ¿qué sucede con nuestro hijo? – pregunto Eduardo preocupado por ambos, su hijo, pero sobre todo por su esposa.

-Tranquilos, por el momento todo esta bien. El bebé esta a término, y está creciendo bien. Sin embargo, ya hay poco espacio y poca cantidad de líquido amniótico. Esa situación, en este momento comenzó a tener consecuencias, muy leves para ambos, madre e hij@. Así que la no tan buena noticia es que hay que programar la cesárea antes de lo esperado. – explicó la médico.

-¿Qué tanto?- pregunto Eliza.

-Yo recomendaría en una semana. Pero lo ideal es hacer una revisión en una semana y tomar una decisión, si esperar un poco más o realizarla ese día. Por ahora, debe regresar a revisión en una semana, y si siente cualquier situación, incomodidad o dolor fuera de los normal, volver inmediatamente a la consulta. – les siguió explicando la especialista.

Eliza y Eduardo se miraron.

-Haremos como usted nos indique, Doctora. Gracias. – respondió Eduardo.

-Estamos para servirle. Recuerden, cualquier situación anormal, llamen y vengan rápido al hospital. Que estén bien. Pasen con la secretaria. – les dijo dándoles un papel con las indicaciones explicadas.

Eduardo y Eliza se abrazaron algo preocupados. Y luego Eduardo ayudó a su esposa a cambiarse. Y fueron a buscar a Miguel, para juntos, volver a su apartamento.

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play