Han pasado varios días desde el inicio del nuevo año. Eliza se ha sentido bien, aún cuando ha mantenido el reposo.
Eduardo luego de unos días de descanso, ha vuelto al trabajo. Sin embargo, siempre se mantiene al pendiente de todo lo que necesitan tanto Eliza como Miguel.
Miguel es feliz, junto a sus padres adoptivos. Y es más feliz ahora que le buscan una escuela cercana donde pueda iniciar sus estudios de primaria. El niño es muy inteligente, y estaba muy avanzado en los estudios que llevaba en la casa hogar. Pero lo ideal es que comience de a poco, a adaptarse al nuevo entorno que ofrece una escuela regular.
Hoy es día de Reyes. Aún cuando no se celebra mucho por las familias en esa zona, es un día feriado no laborable para algunos. Y algunas familias lo celebran, obsequiándoles algún presente a los niños en sus casas, o realizando alguna cena familiar.
Así que a Eliza se le ocurrió llevar a su niño mayor, al parque junto a su esposo que está libre hoy. Pero lo harán, luego de su control médico.
En este momento todos se preparan para salir. Miguel ya está listo y está sentado en el piso de la sala del apartamento, frente al árbol de navidad y el nacimiento, jugando con sus juguetes nuevos. Aquellos que le regalaron en navidad, y que con tanto cariño cuida, porque son los primeros presentes que recibió de sus padres adoptivos, en su nuevo hogar.
Eliza y Eduardo ya están listos, y buscan a su hijo, para así salir del apartamento.
Durante el recorrido en auto hasta el consultorio, van conversando y riendo, y también, van haciendo planes de lo que harán, al salir de la consulta con el médico. Eliza y Eduardo esperan que todo esté bien con el bebé. Porque aunque la mujer se había sentido bien en estos días, siempre existía la posibilidad de que cualquier cosa saliera mal. Y el riesgo aumentaba más para ella, ya que su embarazo dependía de la condición de su útero.
Ya en la consulta del médico. Dejan al pequeño Miguel con una de las enfermeras, mientras ellos dos pasan a la consulta, para que el médico revise a Eliza. Este la revisa, realizando una ecografía. Aún con la condición presente en el útero de la joven mujer, este se adapta muy bien al crecimiento y desarrollo del embarazo. Y el embrión en formación, es fuerte y sano. Todo acorde a la edad de gestación que presenta.
Luego de realizar la ecografía, y poner el sonido del corazón latiendo del bebé. Cosa que puso a ambos padres a soltar unas lágrimas de emoción. El médico le dio unas toallas de papel a Eliza para que limpiara el gel de su vientre, concluyendo el estudio.
- Vengan por aquí. - les indicó el médico con una sonrisa amable, levantándose y caminando a su escritorio.
Mientras Eduardo ayudaba a Eliza a terminar de limpiarse el gel y acomodarse la ropa. Luego, se sentaron frente al escritorio, observando al médico escribir en unos papeles pequeños y en el expediente de Eliza, lo que había visto durante el examen. Luego de unos minutos hablo.
- La señora Eliza está muy bien de salud según los exámenes que se realizó. Y el embarazo va muy bien. Hasta el momento todo es normal. Sin embargo, debemos programar la cesárea algunas semanas antes del termino del embarazo. - explico el médico.
- ¿Qué tanto es antes? - pregunto Eduardo preocupado.
- No, tanto como piensan. No se preocupen. Aún queda tiempo. Iremos observando el desarrollo del feto. A medida que vaya avanzando el embarazo. Les aseguro que todo estará bien. - concluyó con una sonrisa el médico.
- Gracias Doctor. - dijeron ambos a la vez con alivio.
El médico levantó el reposo absoluto a Eliza. Sin embargo, no debía excederse. Y aunque las mujeres suelen trabajar hasta el último día de su embarazo, recomendó que ella no lo hiciera. Que realizará otras actividades para mantenerse activa, pero que no volviera a trabajar hasta después de dar a luz. ¿La razón? No quería que Eliza se sometiera al estrés laboral, quería mantener seguro, lo más posible, este embarazo. Que ya de por si, es un milagro.
- Le aseguro que seguiré sus indicaciones, Doctor. Muchas gracias. - respondió Eliza sonriendo agradecida.
- Me aseguraré que cumpla sus indicaciones, Doctor. - confirmó Eduardo con una sonrisa de alivio, tomando la mano de Eliza.
- Bien. Nos vemos en doi semanas. Mi secretaria les dará la cita. Que estén muy bien. Y recuerden, cualquier situación que ocurra, sangrado, dolor, o algo que les parezca fuera de lugar, y no lo consideren normal, llámenme. Es mejor pecar de ser precavido, que perder por no preguntar a tiempo. Cuídense. - se despidió el médico.
Ellos volvieron a agradecer y salieron
Afuera Miguel los esperaba. Eliza se sentó con su hijo y le explico que todo estaba bien. Mientras Eduardo pedía la nueva cita a la secretaria del médico especialista.
Salieron felices del consultorio del perinatologo, rumbo al parque.
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Eliza está entrando en el segundo trimestre de gestación. Está feliz de que todo vaya bien con su embarazo. Ella y Eduardo, están contentos porque ya el proceso legal de la adopción de Miguel concluyó, con la ayuda de la directora de la casa hogar, y su abogado, y por fin son los padres legales del pequeño.
Miguel es el más emocionado de todos, ya que no lo podrán separar de sus padres. En la escuela nueva donde lo inscribieron, se ha adaptado, poco a poco. Como es el más inteligente de su clase, a veces lo fastidian un poco algunos niños, pero no es nada que no pueda manejar.
Mientras tanto, Eduardo trabaja, y está pendiente de su familia. Como Eliza no debe trabajar mucho, consiguió un trabajo de medio tiempo en una tienda, cerca de la escuela de Miguel, atendiendo al público. Es algo temporal y solo para mantenerse activa, y no estar sola en el apartamento. La enfermera que habían contratado, no pudieron pagarla más. Sin embargo, ya no era necesaria por el momento, porque Eliza se ocupaba de muchas cosas de su hogar, y de su hijo Miguel, por si misma. Ya que el embarazo no estaba tan avanzado. En este momento, es cuando más disfruta su embarazo, y ver su barriguita crecer.
Porque es poco probable en este punto del embarazo, un aborto espontáneo, a menos que aunado a su condición, exista otro factor. Y de eso se ha cuidado Eliza mucho. Sin embargo, si está al pendiente de otras situaciones, como evitar el estrés, para mantenerse lo más saludable posible.
Esto que sentían los tres integrantes de esta nueva familia, Eliza, Eduardo y el pequeño Miguel, se llamaba felicidad.
Pero a veces la felicidad tiene sus altibajos, y hay que ir maniobrando como un Capitán en un mar embravecido, para evitar las olas intempestivas.
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