Guido caminaba de un lado a otro preocupado, sabía que Fátima podría hundirlo por su acto impulsivo. Alza la vista y ve salir al médico que la atendió.
- ¿Señor Morante? - pregunta el hombre de lentes gruesos.
- Sí, soy yo. - el anciano lo ve con mala cara.
- La señorita D'alessio quiere verlo, - dice el hombre bastante serio - le aconsejo que ande por las ramas, esas marcas en el cuello de la señorita, pueden traer consecuencias legales. - advierte el médico.
Sin decir nada, Guido entra a la habitación, donde puede ver a Fátima, recostada, mirando hacia el techo blanco. Al sentirlo, giró su rostro, su reacción le dolió, sabía que le había hecho daño.
- No levantaré una demanda en tu contra, pues sé que la noticia que te di, no es para menos. - dice, tratando de secar alguna que otra lágrima que se le escapaba.
Guido por primera vez sintió odio hacia el mismo, la había lastimado, no solo de palabra, también físicamente.
- Quiero conocer a mi hijo, quiero saber por qué nunca me buscaste. - pregunta, tratando de sonar tranquilo.
- Si no te busqué fue porque la última vez que nos vimos fue en una situación poco agradable, mi mamá y tu madre, me prohibieron volver a acercarme a ti. - le cuenta - Decidí irme lejos, tenía a Sorrentino todo el tiempo, amenazándome con hacerme abortar.
Se sintió mal, no los había podido defender de ese miserable.
- No te sientas culpable, yo ocasioné todo eso, me busqué tu odio y tu desprecio a pulso. - dice, tratando de no hacerlo sentir mal - Solo te pido que protejas a nuestro hijo, él es todo lo que tengo en esta vida.
- No te preocupes, yo cuidaré de ambos, pero necesito que te cases conmigo. - dice y los ojos de la rubia se abren, casi saliéndose de sus órbitas.
¿Casarse?
- Piénsalo bien, casados y dándole mi apellido a nuestro hijo, Sorrentino quedará de manos atadas. - explica.
¡Tiene razón!
- Lo haremos, pero nada público, también haremos un acuerdo, no quiero que pienses que espero provecho económico de ti. - le dice la mujer.
- Se hará como quieras, todo será bajo tus condiciones. - concluyó.
La Fátima de hace 14 años era una mujer diferente a la que está acostada en esa cama de hospital.
Poco después el médico le dio de alta, no sin antes decirle que no se quedara callada ante actos de violencia. Todo eso se lo decía, sin despegar la mirada del hombre al lado de la bella mujer.
Salieron de la clínica y Guido la llevó al departamento donde ella se había mudado.
Tina cuando los vio juntos y observó las marcas en el cuello de su amiga, sintió gran enojo.
- Después te cuento. - habló, tratando de que su amiga no vaya a hacer algo imprudente.
Guido se despidió de ambas y se marchó a su casa, tenía tantas cosas en la cabeza, que no sabía como las iba a resolver, la que más nervioso lo ponía, era el hecho de que debía contarle a sus padres sobre su pronto matrimonio con Fátima, demás del hecho de que tienen un hijo en común.
Por otro lado, Fátima le contó a su amiga todo lo que pasó en la oficina de Guido, por la tarde.
- Todo parece una novela turca, creo que mi abuela estuviera muy entretenida viendo la historia tuya con el caramelo de tu ex y el vino añejo de tu otro ex. - dice con jocosidad la pelirroja.
- Lo sé, mi vida es un enredo, - su voz suena con frustración - yo misma me metí en todo esto.
.......
A la mañana siguiente, los dos, junto a sus abogados, dictaron el acuerdo prenupcial, luego se fueron al registro y firmaron el acta de matrimonio.
Para cuando Sorrentino quiso enterarse, ya era demasiado tarde.
Lanzó contra la pared del despacho el vaso de whisky que tenía en la mano.
- Maldita Fátima, me saliste más astuta de lo que pensé, pero ya te las cobraré, disfruta mientras puedas está victoria. - habló el hombre entre dientes.
Desde la cámara secreta, su padre escuchó aquello, debía ponerle un freno a su hijo. Entre él y su esposa, lo habían convertido en ese hombre que era en la actualidad.
El anciano mandó a investigar a esa mujer que había sabido enloquecer de ira al bueno para nada de su hijo, quien a diferencia de su hermano menor, no sabía lo que era ganarse una moneda trabajándola.
- Quiero que llames a mi hijo Alfredo, necesito que de inmediato tome el control de las empresas. - le dice a su secretario.
- ¿Está seguro de eso, señor? - pregunta su mano derecha.
- Plenamente, también manda a llamar a Massini, necesito hacer unas modificaciones en el testamento. - volvió a hablar el anciano.
El hombre salió de la oficina de su jefe, para cumplir a cabalidad, todo lo ordenado por su jefe.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 52 Episodes
Comments
Adriana Trejo
benicio con 60 años y sigue siendo un sanguijuela 🤦♀️
2025-04-11
0
Mirta SUSANA Barbera
BUENO SORRENTINO. TE SALIO MAL EL JUEGUITO Y TE QUEDAS SIN HERENCIA. TODO LO MALO QUE SIEMBRAS SE VUELVE EN TU CONTRA EN LA COSECHA
2025-02-06
2
Carola Videla🇦🇷🇦🇷🇦🇷🇦🇷
la verdad que la ama, porque yo no le hubiera creido
2024-07-30
0