Disgusto y irá

Al llegar la noche, se podía sentir la brisa traspasar la cortina de la habitación del bebé, haciendo en mis brazos dormia plácidamente. Al ponerlo en la cuna me, dirigí a cerrar las ventanas y al sentir cómo el estómago me rugír, pude darme cuenta de que no había comido nada por haberme salido del comedor sin haber traído ni una comida en mano.

Al salir de la habitación del bebé, me dirigí hacia la cocina, pero antes de bajar por las escaleras, pude oír algunos gemidos de una mujer era en la habitación de Enrique. Ahí pude sentir como la sangre me ardía y las lágrimas salieron de mí. Salí corriendo dirección a la cocina, no quería presenciar más esa escena.

* A la mañana siguiente..

- Sé despierta y mira al rededor de la cama. Una silueta de una mujer se sorprendiendo _ Oye, despierta. Lárgate de mi casa. Vístete ahora. No tengo tiempo de sobra para ti _contestó Enrique.

- Por lo menos, dame plata para pagar el taxi. El Alfa le tira unos billetes. No era cualquier, billete eran ... de dinero. Los tomo y saliendo de la habitación. Al salir los dos juntos, se topó con el Omega

_ Con astucia y malicia los miro queriendo molestar papi no olvides visitarme te estaré esperando le da un beso en la boca al Alfa y se va la chica.

- Enrique, al mirar a Max, yo...

- El omega lo detuvo: "No tienes que darme ni una explicación de tu vida privada. Además esta es tu casa puedes hacer lo que te plazca" _ contestó Max.

- Enrique lo miró con disgusto _"¿Por qué me hablas así?".

- El Omega contestó: "Eso fue lo que me dijiste la vez pasada, señor: que esta es su casa y que yo no tengo por qué darle órdenes. ¿O caso se le olvidó? Además, no tengo tiempo. Con permiso tengo que darle de comer a David".

- El Alfa, al entrar al cuarto, se dispuso a buscar su ropa. No tardo en bañarse y, sin más tardar se dirigió a su oficina sin haber ido a vera su hijo.

El omega lo miró por la ventana y se dio cuenta de que no le importaba su propio hijo; solo le importaba su trabajo y sus encuentros con chicas. En eso ve al Alfa subir al vehículo en dirección a su empresa.

- Hola, amigo. ¿Por qué tan enojada? _ Preguntó Teo. ¿ Vienes al trabajo así?

- No molestes tú también _ respondió Enrique dirigiéndose a su amigo.

- Ya veo. Es tu pareja, ¿no es así? Te pillo con otra y te saco a patadas de la casa, ¿verdad? _ contestó Teo. Sabes que aún no entiendo, Enrique. Si no te gusta Máx, ¿por qué no buscas a otra chica en su lugar? ¿Será que te encariñaste con él? Sabes, una cosa: los hombres Omega son más ricos en la cama que la de las mujeres. Por experiencia te lo digo _ saliendo del despacho de Enrique.

- Al dejarlo, con el pensamientos distorsionado y la curiosidad más bien ausente, se salió de esos pensamientos sacudiendose la cabeza. _ "Yo jamás estaré con un hombre Omega", se decía a sí misma Enrique.