vergüenza

Al escuchar la despedida de alguien, me sentía algo inquieto. Al poco tiempo, sentí el cálido cuerpo de alguien aferrándose a mí. Se sentía algo extraño; por primera vez, me sentía seguro y tranquilo en comparación con antes. Se podía oler un ligero aroma a chocolate. No sabía quién era esta persona que estaba conmigo, y lo más importante, cómo había llegado a esta situación con él. En eso, levanté el mentón al ver quien era; me sentí avergonzado a más no poder.

- No sabía qué hacer ni qué decir a esta situación que estaba pasando; sólo sentí como mi cara se tiñia de rojo como un tomate. No entendía en qué momento llegué a esta situación incomoda. Al dirigir la mirada hacia la puerta del vehículo, no dudé en tomarlo mi bolso y salí corriendo. No podía creer que yo, el omega que decía despreciar a los Alfas, estuviera en esta posición. Al doblar la esquina del facultad, vi un taxi; sin dudar, lo tome para ir en casa. _ '¿Pero qué rayos hice?',se decía así mismo David.

Sin saber qué hacer ante la situación y el porqué el Omega se había ido así sin dar una explicación, en ese momento sentí como la sangre me ardía por no haberlo detenido.

- Pero,¿qué rayos fue lo que hice mal si no le hecho nada? ¿ Por qué se va así, siquiera sin darme una explicación? O será que no le ha gustado mis feromona. La curiosidad lo invadía y la incertidumbre al no saber qué había hecho. Sin más, tomó el volante y condujo hasta su casa. El, en temprana edad, ya había vivido solo. No le gustaba depender de nadie. Al doblar la esquina, se dispuso a meter el vehículo a la cochera. Al ver el celular sonar, vio una llamada. Era la de

Salís. Llevando la mano Tomás en la cabeza, preguntó _ "Ahora ¿qué le digo?

- Hola Tomás, ¿cómo estás? Espero no molestarte. Solo llamaba para saber cómo se encuentra David _ pregunto Salís.

- Que tal Salís. Para ser preciso, no sé que fue lo que hice mal o simplemente David me odie. No lo sé. Solo salió del vehículo sin decir ni una sola palabra. Solo me dejó así, sin más. Pero esto no lo dejaré para mañana. Veré que explicación me da - contestó Tomás a la pregunta de Salís.

- Solo dale tiempo Tomás. Imagínate estar en esa situación. No me quiero imaginar el susto que se habrá llevado al estar en esa posición, más peor con su celo; quien sabe que te habra decido. De seguro tienen vergüenza. Solo dale tiempo y traten de hablar y explicarle todo lo que ha pasado y el porqué estaba así conmigo - respondió Salís.

- Está bien, Salís. Mañana se lo diré todo incluido el por qué estaba en mi vehículo y todo lo demás. Ah, muchas gracias por ayudarme, te lo debo. _ contestó Tomás despidiéndose de Salís.

Al otro lado

- Y ahora, ¿con qué cara miraré a Tomás? Cómo fui ta desatento al no darme cuenta De que se acercaba mi celo peor. Aún me dejé llevar por un Alfa al recordar La mirada de Tomás se sintió extraño al ver su cara sonrojada _ pero que idiota eres David.