Me sentía un poco culpable, por tener a mi madre viendo vestidos de novia por horas, cuando tal vez la boda tendría que atrasarse más de lo esperado, o en todo caso hacerse antes de que mi panza fuera más notoria.
Subí los escalones perdida en mis pensamiento, cuando llegue a la habitación y entre, vi a Damián se veía tan cansado, tenía la mesa llena de documentos, ni siquiera me escucho entrar, así que aproveche para verlo, estaba tan estresada por saber cuál sería el resultado, que no le había puesto atención, el estaba tan exhausto como yo, esta mañana salimos muy, temprano y no se rasuro, llevaba los primero botones de la camisa abiertos y las mangas arremangadas, y tenía una mancha de lo parecía tinta en una mejilla.
-¿ya puedo moverme? – me pregunto
-no quería interrumpirte – respondí mientras iba a sentarme, era difícil observarlo por mucho tiempo sin que se diera cuenta.
Damián dejo lo que hacía y vino hacia donde yo estaba, se puso de rodillas frente a mí y dejo su cabeza en mi regazo -¿estás muy cansado cariño? – comence a acariarlo
-tengo que decirte algo, pero necesito recargar algo de batería –
-¿es algo malo? –
El se enderezo y me miro tomo mis manos – te digo esto porque no quiero que te enteres por alguien más y te alteres –
-me asustas –
-tranquila – me dijo – es sobre Vania –
-¿Qué pasa con ella? –
-ella falleció, fue un accidente –
Me tomo por sorpresa lo que me dijo, pues a pesar de lo que me hizo, yo no le deseaba la muerte. Ella tenía un hijo, el cual se notaba era lo que más le importaba.
-¿Cómo esta su hijo? ¿Qué va a pasar con él? –
-Dimitri se va a quedar la custodia al parecer, pero no creo que este muy feliz con ello, mi padre sugirió un internado, o algo así –
Me puse de pie – pero no pueden enviarlo a un internado es un niño muy pequeño para eso, deberíamos hablar con tu papá –
Damián se puso de pie y me detuvo – tranquila, cariño, no podemos hacer algo ahora, primero deja que Dimitri vuelva y ya vemos si debemos intervenir –
-pero –
-pero nada señorita, mejor ven vamos a darnos un baño, además tu y yo también tenemos mucho de qué hablar –
-¿nosotros? –
Damián me tomo de la mano y me llevo hasta el baño, ahí comenzó a prepara la bañera, mientras yo lo miraba.
-¿deberíamos suspender la boda? – me pregunto
-solo veo dos opciones adelantar la boda y casarnos antes de que se me note demasiado, o la otra opción es dejar que los planes de boda seguían en pie, pero cambiar la fecha para después de que nazca el bebé –
-también hay una tercera opción, no tener esa boda, tú y yo ya estamos casados –
-mi madre está muy ilusionada, no creo que se lo tome muy bien, si al final decidimos no hacer la boda – respondí, mientras me quitaba la ropa para meterme a la bañera
-no creo que sea muy cómodo para ti, tener una boda apresurada –
Me metí a la bañera, Damián se quito la ropa, y se metió tras de mí, comenzó a tallar mi espalda, mientras hablábamos, estuvimos en la bañera hasta que casi se enfrió el agua.
El baño me dejo tan relajada, que solo quería dormir – ven aquí- le pedí a Damián – no se te ocurra ponerte a trabajar, ve esa ojeras, tu también necesitas descansar –
Sin resistirse mucho se metió a la cama conmigo y me abrazo, ambos nos dormimos casi al instante.
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-¿Cómo que estas embarazada? ¿Cómo paso eso? – Dana por fin había sido dada de alta, pero aun no podía hacer mucho esfuerzo, estaba sentada en la cama de su habitación, entre un montón de cojines
-¿no sabes cómo queda embarazada una mujer? – se burlo Carlo
-¿quieres detalles? – le pregunte
-no estaría mal, tú nunca has dicho que tal es Damián en la cama –
-como si tú hubieras dado detalles de Dimitri – la contra ataco Carlo
-a mí que no me los diga, yo no quiero saber como es mi cuñado en la cama –respondí
-no le eches sal a la herida – me dijo Carlo
-comparte anécdotas, ahorita eres la una que tiene con quien hacer travesuras –dijo Dana
-ahorita no puede tampoco – se burlo Carlo
-basta ya, los dos, no vine aquí a contar mi vida sexual, les estoy contando porque necesito consejos, no sé qué hacer respecto a la boda –
-yo te sugiero que pospongas la boda hasta que nazca el bebé- comenzó Dana – así yo podre estar completamente recuperada para apoyarte como tu dama de honor que soy –
-o puedes casarte antes de que se note- sugirió Carlo
-yo no le recomiendo eso, sería someterla a un estrés constante, y eso no es bueno para su bebé, ella está en la primeras semanas –
-Damián opina lo mismo que tu – agregue yo
La puerta de la habitación se abrió y la madre de Dana se asomo - ¿tienen hambre? Vengan a almorzar –
Los tres nos miramos y asentimos, Dana se levanto despacio, y fue tras nosotros, pero llegar al comedor, y oler lo que había en la mesa me revolvió el estomago, el filete de pescado de la mamá de Dana me gustaba, pero era como si este bebé no quisiera ser un secreto por mucho tiempo, ya que, por la mañana me desperté y corrí al baño a vomitar, y solo pude desayunar algo de fruta.
Intente tomar un bocado, pero no pude así que me dirigí al baño y vomite lo poco que había desayunado, Carlo como buen amigo fue tras de mí y me sostuvo el cabello.
-creo que voy a tener que irme, o de lo contrario ustedes no podrán almorzar en paz, ¿me traes mi bolsa? – el solo asintió
Tome mi bolsa y salí lo más rápido que pude, en cuanto puse un pie fuera del baño, el aroma inundo mis fosas nasales, así que una vez afuera de la casa tuve arcadas, pero mi estomago estaba vacío así que ya no vomite nada.
A partir de ese día así fue, mi estomago solo soportaba líquidos, Damián estaba preocupado por mí, pues él sentía que en lugar de subir de peso estaba bajando, el fue y me consiguió unas pastillas con la ginecóloga, qué ayudaron algo con los ascos, y solo así pude comenzar a comer, por fortuna mi madre estaba de regreso en la casa de mis padres.
Su preocupación por papá la hizo volver, y Estela estaba con ella, quería pasar tiempo con sus amigos antes de entrar a la universidad próximamente, eso me eximía de dar explicaciones, al menos a ellas, yo evitaba en comedor, comía en mi habitación, o con Damián. Así que cuando sentía algo de antojo solía aprovecharlo y comer más.
Tuve antojo de helado, así que baje a buscarlo a la cocina, Y me encontré con los tres hermanos al pie de la escalera, entre ellos estaba un niño de cabello rubio como de seis años, era Dionisio el hijo de Vania, el me miro, los vio ellos, y debió verme como una mejor opción, pues corrió hacia a mí, y se escondió detrás de mis piernas.
-¿Qué le hicieron? – los reñí
-nada cariño – respondió mi marido
Me di la vuelta y me senté para estar a su altura – voy a la cocina a comer helado, ¿quieres venir conmigo? – le pregunte ofreciendo mi mano, el titubeo, pero después asintió y la tomo
Mire a los hermanos y negué con la cabeza, Damián me guiño un ojo en complicidad, yo le sonreí y me fui hacia la cocina.
Mi relación con la madre de este niño, nunca fue buena, ella incluso me secuestró, pero este niño se acaba de quedar sin madre, y aun no lo asimilaba, como la unica mujer en esta familia, y como futura madre, me sentía con la obligación de cuidarlo, para que no lo pasara tan mal.
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