-¡VALENTINA! – me llamo mi hermana pequeña, en cuanto me vio, solo pasaron unos meses desde la última vez que la vi, y ya la veía más grande, mi hermana menor Estela, era una excelente deportista, y era más alta que las mayoría de las chicas de su edad, además su cuerpo era el de una atleta, ella jugaba baloncesto desde la secundaria y lo hacía muy bien.
-por Dios Estela, cada vez que te veo estas más alta o yo me hago más pequeña – le dije abrazándola, mi madre venía detrás
-en lugar de estarse abrazando vengan a ayudarme con el equipaje – nos riño –a demás hay que pedir un taxi –
-mamá relájate, ya solucione eso –
Ivana apareció en ese momento con dos de los hombres que trabajaban para la familia -¿Dónde está el equipaje? – pregunto
-mamá dales las maletas –
-¿y estos quiénes son? –
-trabajan para la familia de mi esposo, mi suegro dijo que podían quedarse en la casa, hay suficiente espacio –
-no quiero incomodar y prefiero la comodidad de un hotel –
-mujer no seas mal agradecida – la riño mi padre
-no te preocupes madre, la casa de mi suegro es lo suficientemente cómoda, es mejor que un hotel diría yo, así que por qué no me siguen – mi familia no tenía ni idea de la riqueza y el poder de la familia Villegas, y yo se los había ocultado a propósito, quería que se hicieran a la idea primero, en lugar de tacharme de interesada
Dos camionetas nos estaban esperando, una era para el equipaje y la otra para nosotros, eso impresiono un poco a mi madre y la dejo callada un rato, además sin contar los dos escoltas que no seguían en motocicleta, desde una distancia prudente, desde mi secuestro en el pasado la familia Villegas no escatimaban en seguridad cuando se trataba de mi.
Cuando llegamos al camino privado que conducía a la mansión de la familia, los guardias que no seguían se nos adelantaron, así que al estacionar los autos, ambos ya estaban ahí. Nana nos estaba esperando, junto con otras empleadas, yo me quede esperando a que nos abrieran la puerta.
-¿Qué esperas para bajarte? – se quejo mamá, en cuanto me abrieron la puerta me baje, y la deje hablando sola
Mi familia bajo tras de mí y se quedaron bastante sorprendidos, mi suegro salió a recibirlos.
-mis queridos consuegros, sean bienvenidos a esta su humilde casa – les dijo
-creo que su definición de humilde es diferente a la mía – respondió Estela
-señora lleve a su familia adentro, yo llevo el equipaje – me dijo Nana
-gracias Nana, que esperan hay que entrar, mi suegro todavía no puede estar mucho de pie –
Mi suegro nos condujo a la sala, solo Dominic estaba ahí, sentado de malas, mirando al piso, era obvio que no quería estar ahí.
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Dominic
Estaba a punto de subir a mi habitación cuando mi padre me detuvo, y me mando de regreso.
-¿A dónde vas? –
-arriba- respondí de mala gana
-ve a la sala, vamos a recibir a la familia de Valentina –
-eso debería hacerlo Damián, son su familia política no la mía –
-no protestes y obedece, te has vuelto demasiado desobediente –
De mala gana me senté en la sala, y me negué a salir a recibirlos, cuando entraron a la sala, yo solo miraba el piso mientras, mi padre les daba la bienvenida, yo miraba la alfombra como si tuviera los secretos del universo, cuando levante la mirada, lo primero que vi fue a esa chica, era muy parecida a Valentina, pero era más joven, tenía un cuerpo bastante atlético, era más alta que Val, estaba usando unos shorts, y una playera de algún equipo de basquetbol, llevaba el cabello recogido en una coleta, ella miraba para todas partes menos a mí, tenía unas piernas espectaculares de alguien que hacia ejercicio con bastante frecuencia.
-bien dejen que haga las presentaciones formales –comenzó Val – este es mi suegro Braulio Villegas – les dijo a sus padres y a su hermana – y el es Dominic, es mi cuñado – yo solo respondí con un asentimiento de cabeza
-ellos son mis padres, Constanza y Guillermo Del Olmo, y esta es mi hermana menor Estela – dijo al final señalando a la chica a su lado
-buenos pues bienvenidos, ya fue suficiente de presentaciones, vamos a sentarnos a descansar un rato, deben estar cansados del viaje – les dijo mi padre
Mi plan inicial era irme después de las presentaciones, pero ahora estaba comenzando a tener curiosidad, por la chica sentada frente a mí que se negaba a mirarme, y que se aferraba al brazo de valentina.
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Damián
-Es hora de ir a casa, Damián tiene que ir a saludar a sus suegros – Caleb no había dejado de molestarme al respecto
-si vuelves a decir la palabra suegros, y voy a golpearte -le respondí
-par de inmaduros – Joshua nos dijo esto, pero cuando ambos nos dimos la vuelta hacia él, este había comenzado a correr, después se subió a un contenedor de basura y de ahí al techo de nuestro deposito
Ambos corrimos tras el, seguro vio algo, no estaba corriendo solo porque sí, me subí al contenedor de basura y después al techo, y lo vi, alguien corría por el techo y salto al tejado del viejo deposito vacio de al lado, Joshua fue tras, yo saque mi arma y los seguí, mientras Caleb nos seguía desde tierra, de repente el tipo se freno en seco, Joshua saco su arma para defenderse, pero no hizo falta pues el tipo desapareció, el tejado era viejo y no pudo con el peso de ambos, pues así como el sujeto cayo al interior, Joshua cayó tras él.
Yo seguí con cuidado hasta llegar a la agujero en el techo, me asome y los vi Joshua estaba sobre lo que parecían redes de pescar y un montón de basura, parecía ileso el otro sujeto no tuvo tanta suerte.
Salte al interior y caí al lado de mi primo, que al parecer estaba atorado en las redes, cuando Caleb escucho el ruido rompió el candado de la puerta de un disparo y entro.
-¿están bien? – nos pregunto
Ambos tosíamos por la cantidad de polvo que había en el interior – sí, estamos bien, no lo dejes que se vaya –
Caleb fue hacia el tipo, y yo seguí tratando de sacar la pierna de Joshua de entre las redes, me harte de tratar de desenredar, saque mi navaja y corte todos los hilos con los que tenía su pierna enredada, y lo jale hacia arriba.
-ese tipo no irá a ningún lado tiene una pierna rota, ¿necesitan ayuda ahí arriba? – nos dijo Caleb
-creo que si – respondí yo al ver que el pantalón de Joshua estaba roto, de debajo de la rodilla hasta donde lo cubrían sus botas, la sangre manaba, de una herida de unos tres centímetros que parecía algo profunda
-mierda – dijo Caleb al ver a su hermano – ya regreso – se bajo de el montón de redes y cosas viejas y salió del lugar
Ignoramos al tipo quejándose de dolor en el piso hasta que tuvimos a mi primo dentro del auto, habíamos pedido refuerzos, a si que en cuanto llegaron les di instrucciones y salimos de ahí.
Cuando llegamos a casa el médico nos estaba esperando, así que lo llevamos a la enfermería pues necesitaba puntadas, y una desinfección adecuada, yo estaba lleno de polvo, parecía que había rodado por el deposito, no podía ver a mis suegros así, pero Val no estaría feliz si llegaba a ducharme primero, aunque ella tampoco se pondría feliz de verme en estas condiciones.
-¿Qué demonios te paso? – me riño mi padre al verme
-tuvimos un pequeño inconveniente con una rata –
La familia de mi esposa puso cara de asco, pero ella y mi familia entendieron el mensaje, ella se puso de pie vino a mí y comenzó a inspeccionarme
-¿tu estas bien? –
-yo sí, Joshua no tanto, pero ya está en la enfermería, ¿por cierto el depósito al lado del nuestro tiene dueño? Creo que habrá que repararlo, si no tiene dueño cómpralo – le dije a mi padre, este solo asintió
Mi suegra me miraba con tal cara de desprecio – hola suegrita ¿qué tal le va? –
-mejor que a ti por lo que veo – me respondió de mala gana
-cariño, porque no vas a darte un baño primero, pareces incomodo –Val prácticamente me empujo fuera de la sala – te amo, pero si no vas y te duchas en este momento, quiero el divorcio –
-eso jamás ardillita, primero, viuda que divorciada – en cuanto le dije eso me dio un manotazo y regreso molesta a la sala y yo subí a ducharme que buena falta me hacía.
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IVANA
Por la noche a la hora de la cena encontré a Caleb con una bandeja con comida, este se detuvo al verme.
-hey tu, espera –
-¿Qué necesitas? –
-¿puedes llevarle esto a Joshua? Es que necesito ir a casa mi madre me está volviendo loco, quiero decirle que su hijo está bien que deje de hacer drama –
-¿le paso algo a tu hermano? –
-nada grave, pero debe no debe moverse mucho al menos por hoy –
-dame yo lo llevo – le dije casi quitándole la bandeja de los brazos, estuve tan ocupada por lo de las visitas que no supe que Joshua se lastimo
Me pare frente a la puerta y toque – adelante – abrí la puerta con cuidado de no derramar nada
-¿por qué tocas idiota? solo entra – Joshua estaba leyendo un libro y no vio que era yo hasta que levantó la mirada
-creí que eras el idiota de mi hermano - dejo el libro sobre la mesa, estaba usando unos shorts, por eso note la gasa en su pierna justo debajo de la rodilla, y traía solo una camiseta sin mangas color blanco, sus brazos quedaban al descubierto.
Acomode la bandeja sobre la cama, y él se sento más derecho, yo me quede a un lado para ver si ocupaba algo más.
-¿Puedes darme un poco de agua, y las pastillas que están por allá? – me señalo la mesita que estaba frente al sofá, yo asentí y cuando se lo entregue me dijo
-gracias Ana – nunca nadie me había dicho así, Valentina me decía Iv, para abreviar, pero Ana, me tomo tan por sorpresa que me puse nerviosa y le eche el agua encima, y le moje su camiseta
-lo siento – le respondí y cuando el tomo el vaso yo corrí al baño por una toalla para secarlo, pero cuando volví me quede tiesa, Joshua se había quitado la camiseta y se estaba secando con ella, yo me puse roja como un tomate
-quita esa cara de susto niña, solo es un poco de agua no es para tanto, solo dame otra camiseta de ahí, debe haber alguna – me señalo el closet yo le di la toalla y me fui al closet, regrese con una y se la di
Pero cuando él tomo la camiseta sostuvo mi mano también -¿Por qué estas tan sonrojada? – me preguntó
Me zafé de su agarre – yo… Yo voy a traer más agua, ahorita vuelvo – fui tomé la jarra y me salí, me detuve en el pasillo sentía que se me salía el corazón del pecho, latía tan fuerte que me preocupaba que él lo hubiera escuchado, ¿y de dónde salió eso de Ana? Me pregunté en voz alta mirando hacia su puerta.
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Joshua
Vi a Ivana irse completamente sonrojada, ¿Por qué era tan linda cuando se sonrojaba? Me pregunté y sin querer me encontré sonriendo, fui un poco malo con ella, pero al menos había comprobado una cosa, yo no le era indiferente.
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