El

Cuando uno se enamora de alguien por primera vez es algo sencillo de sobrellevar, eso sí es por el tipo de carácter de la persona en sí puede superarlo o permanecerá obsesionado de esa persona, el segundo amor es la prueba clara de si el amor el lo tuyo o simplemente no lo es.

En cuanto al tercer amor, este puede variar entre el juego de personas, amigos con derechos, un polvo simplemente, es el simple hecho de jugar después de salir de una relación ya frustrante, si la persona no es lo suficiente madura o nunca a sabido lo que quiere las relaciones son solo juegos para todos y así era para Vincent Morgan quien pasó de habitación en habitación y muchas veces salía frustrado.

Pero así como algunos les puede ocurrir que aman a la primera persona que llega a ellos, que los quiere tanto como ellos desean que los quieran, Maya Thompson estaba segura que el amor de su vida se había demorado en llegar a su vida, pues por lo que sentía por aquel hombre de cabellos negros y ojos azules cual oceano no le era indiferente, ese era un amor fuerte que la dejaba en vela por pensar y pensar en el, en como las mariposas empezaban a sentirse en su estómago por el solo hecho de verlo mirándola.

Estaba ahí y permanecería ahí, viéndola desde lejos, viéndola leer, viéndola comer y ya la vio dormir como un lindo gatito que lo incitaba a cuidar de él hasta que el sol saliera y hasta que la luna saliera, como ella se convirtió en su rutina, en sus días felices al verla sonreír, verla en la única clase que compartían.

No tardó mucho y supo su itinerario, las clases que tenía, a que actividad se había unido, aque salones asistía y ella lo sabía, al verlo salir de las oficinas del edificio donde ella mayormente estudiaba o asistia a citas con su coordinador, verlo hablar con algunos de sus compañeros, verlo a las afueras de su edificio y verlo en la cafetería y cualquier lugar, no habia lugar alguno donde el no hubiera ido.

Y ella sabía de él, de sus miradas, de cómo visitaba los lugares que ella misma frecuentaba como una rutina, en como lo vio levantarse de la mesa donde el estaba para seguirla hasta las afueras de la cafetería, de verlo caminar detrás de ella mientras se despedía de sus compañeros de ver como en ese preciso momento en que fue cubierta por su enorme cuerpo protegiéndola de aquel hombre al que más temía, al que el ya conocía, al que había golpeado unos días atrás.

Trevor Spencer el mejor futbolista de la academia, sin decir que es el chico popular y rico al que todas las chicas desean tanto que no les importa su vida —Tú, ahora eres el nuevo perro de esta z*rra— Vociferó con disgusto al ver como se había interponido entre el y ella, de ver como sus manos se entrelazaban haciendo que un tic en su ojo derecho apareciera por el enojo y esto no hizo más que aumentar al ver la sonrisa socarrona en el rostro de quien lo golpeo con fuerzas y dejo barios ematomas en su rostro.

—Eso que te tenga sin cuidado, pero si no quieres que empareje tu otro ojo, ten más respeto en como te diriges a ella, porque puedo asegurar que ella no es ninguna z*rra como los son tus amigas— Sobre atacó al hombre mientras las uñas de sus dedos de su mano libre se enterraban en su piel por el intento de no atacarlo en ese momento, de emparejar su ojo con el otro, de hacerlo sangrar solo por haberle hablado e insultado, es más por la simpleza de respirar el aire que ella respiraba.

Tratando aligerar un poco el ambiente entre ambos masculino que comenzaban una guerra de miradas Maya dio un suave apretón en la mano que sujetaba la suya y este volteo a mirarla.

Tomada de la mano lo siguió al sentir un pequeño jalón que insinuaba todo menos daño, apretando su libro al pecho lo siguió más de cerca provocando un escalofrío en el cuerpo masculino al sentir su calor más pegado a su piel, mantuvo en todo momento la cabeza inclinada viendo los botines militares del hombre que la salvo.

Cuenta se dio tarde cuando estaban en un lugar lejano y oculto para todos, pero pudo saber que se encontraba en el gimnasio que estaba cerrado por reparaciones.

Al caer en cuenta que estaba delante de aquel hombre que la examinaba con sus ojos azules, se sintió demasiado pequeña, pues él podía intimidarla con la mirada, con su anatomía, con su altura.

—Siento haberte metido en problemas de nuevo— Dijo al aclararse la garganta

—Crees que espero una disculpa, no, lo haría las veces que quisiera sin que me lo pidieras Maya— Su tono de voz al decir su nombre le causó un escalofrío que la hizo temblar y alzar la vista —Lo que espero de ti y tus labios, es un, buenos días— Menciono con voz melosa mientras se acercaba a ella a paso gigante.

Por instinto retrocedió hasta que choco con la pared que se giró para ver un escape, pero se vio sorprendida con la cercanía de él, sus ojos eran tan enigmáticos para ella que no se había dado cuenta de que había soltado sus cosas y estas habían hecho eco en el gimnasio, sus manos se aferraron a la pared al instante que bajaba su mirada a sus labios, mientras en un tartamudeo busco decir aquellas palabras.

—Bu buenos días— Dijo al fin alzando sus ojos de nuevo, viendo el azul de estos.

Con una sonrisa de medio lado mostrando su colmillo entrelazo sus labios con los suyos empezando ese beso que nunca había sentido a los anteriores que podía sentir el morbo en ellos, ahora sentía la calidez y amabilidad en sus movimientos y de pronto todo se trató de él, de él y nada más que de él.

Más populares

Comments

Rosalba Pimentel T

Rosalba Pimentel T

"interpuesto" asi es que se escribe.

2024-07-06

0

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play