...Advertencia...
...Este capítulo contiene escenas violentas, contenido sexuel explicito, ademas de contar con alto contenido de poder y dominio que pudieran afectar a un público sensible, si por algún motivo es sensible ante lo mencionado con anterioridad puede abandonar la lectura, en caso de no ser así corre bajo su propia responsabilidad. Gracias....
El miedo es una emoción desagradable que es provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado.
¿Cuál es el peor de los miedos que has llegado a sentir en tu vida? De hecho, era el mismo que sentía en ese momento en el que corría en la búsqueda de la provocadora de mis emociones.
Estaba en paz con mis amigos en Daniel's cuando al mirar vagamente por el enorme ventanal la vi ahí, chocar con un extraño que parecía haberle gritado, me puse de pie con la intención de ir hacia ella, pero un hombre más se asomó por el ventanal y solo entonces me di cuenta de lo que ocurría, del miedo que vi cuando llevo una de sus manos al pecho, mientras retrocedía temblando como una gelatina y así es en donde me encuentro ahora mucho después de haberla visto salir corriendo y atravesar la calle sin fijarse en el auto que casi la arrolla.
Es así cuando sentí una emoción indescriptible para describir el momento en que ignorando por completo a mis amigos salí de la cafetería directo por donde todos esos imbéciles la siguieron, era totalmente injusto, cinco hombres que le doblaban en altura no era para nada parejo ante una mujer de 1.50 de altura, sabía que estaba molesto en ese momento, pero lo que sentí en el momento en que la encontré me hizo estallar, verla gritar, suplicar para que la soltaran, para que la dejaran, sus intentos de defenderse aún a pesar de ser delicada, su rostro invadido por las lágrimas.
Cerré los puños con tanta fuerza que todo llego a hacer un olvido, solo escuchaba el palpitar de mi corazón en los oídos, no sé cuando ni como obtuve las fuerzas y ya me encontraba encima de ellos, dando un puñetazo tras otro, recibiendo golpes y regresando los más fuertes, no podía escuchar, solo ver lo que hacía.
Un ataque de furia, de violencia, no pare con el que tenía acorralado en el suelo hasta ver la sangre y fue entonces que la miré ahí desplomada en el suelo aferrándose a la pared mientras temblaba entera, miré hacia arriba y lo supe entonces, el que fue autor de su cicatriz interna, de su dolor que trataba de ocultar de todos, mordí mi labio y me abalance contra él dándole un golpe en el rostro y fue tanta mi satisfacción que no me detuve hasta que alguien me tomó por los brazos, pero aun así lance patadas a su cuerpo desplomado.
—Vincent detente, para ya— Me habían gritado en el oído.
Miré hacia el único que permanecía de pie, pero aprecie su nariz que estaba rota, fue entonces que me gire a verla, sus ojos cerrados, sus pestañas húmedas, su labio inferior temblando y su mano pequeña y delicada tomada de la pared se encontraba con sus nudillos heridos.
Al verme más tranquilo Adam fue cediendo su agarre hasta que me sentí liberado, camine hasta ella y me coloque sobre mis rodillas y con mi otra mano tomé su mejilla para alejar su rostro de la pared.
—Hope puedes hacerme un favor— Le hablé a mi amiga quien se acercó a mí
—Claro—
—Puedes llevar sus cosas a mi departamento—
Me limite a decir aquello mientras la sujete con ambas manos y la cargue a la altura de mi pecho encaminandome a la calle para llevarla a un lugar más seguro, donde pudiera dejar de llorar.
No llevo cuenta de cuantas horas abre caminado, pero podía ver la puerta de mi departamento frente a mí, saqué la llave de mi bolsillo y abrí la puerta, aun con ella en mis brazos la coloque con delicadeza sobre el sofá, me levante para ir al baño donde tome un pequeño maletín y volví a donde ella estaba, deje el maletín sobre el suelo inclinándose hasta estar por debajo de ella inspeccionando su herida.
Se veía perdida, absorta de lo que había ocurrido, hasta que sus ojos se fijaron en mí, no supe como responder o hablarle de lo que había ocurrido así que solo pude dedicarle una ligera sonrisa en lo que llevaba el algodón con alcohol a su rodilla, al presionar con delicadeza vi su respingo junto con el hecho de que tomó mi muñeca queriendo alejarme.
—Debo limpiar o si no se infectará— Le dije y ella en respuesta tembló mientras había su boca, tanto era su esfuerzo por intentar gesticular las palabras que el agua se había asomado por sus iris.
—Yo puedo hacerlo— Dijo tímida.
Asentí despacio para dejar las cosas sobre la mesa de centro y me volví hacia ella, buscando de nuevo sus ojos.
—Te traeré algo de ropa— Dije a la par que me levantaba y salía de la sala dejándola ahí.
Al estar en el pasillo que llevaba a mi habitación llevé una mano a mi pecho y recargue la cabeza sobre la pared, los pensamientos me estaban jugando mal, tenerla aquí, verla en el sofá donde he pasado noches durmiendo, viendo películas, la sola idea de que su calor se impregnara en los cojines me estaba emocionando y es algo que no quería, no así, no después de que ella pasara por algo tan horrible, por qué sé dé lo que es capaz de hacer el hombre con una mujer como ella, podrá humillarla de cualquier forma, pero tocarla más haya era una gran cicatriz para su dignidad, pues lo había visto, como la tenían pegada a la pared, como la tocaban por todas partes, como se pegaban a su trasero dando más fricción a su virilidad, el ver aquello me había sacado de mis casillas tanto así que e roto mi recordó de no violencia, al sonreír por mi impertinencia fue cuando caí en cuenta de que también recibí parte de los daños.
Saliendo de mi ensoñación caminé hasta el closet de mi habitación y tomé unas prendas cómodas aunque enormes, volví de nueva cuenta a la sala y la vi esta vez viendo el lugar con su herida ya cubierta por una de las gasas que tenía de reserva en cazo de alguna herida, me acerque a ella y le extendí la ropa llamando su atención, sus ojos me vieron confusos, pero me asusto más ver como el agua volvía a acumularse en los suyos junto con sus labios que se fruncían.
—Lo siento— Dijo agachado la cabeza mientras veía como sus hombros se tensaban y su cuerpo temblaba a la par que sollozaba, al instante me desplome a sus pies y tomé su rostro entre mis manos, mis pulgares se encargaban de limpiar sus lágrimas en el vano intento por hacer que estas pararán.
—No, no llores, me rompe verte llorar, por favor para— Supliqué viendo como se mordía el labio inferior temblando en mis manos.
Y la bese, la bese a la par en la que también sentía como las lágrimas salían de mi rostro al verla así, no me detuve, me metí entre sus piernas y me arrime más a ella, mezclando nuestro calor.
No me separe ningún instante, sentí sus saladas lágrimas mezclarse junto con las mías, sentí como succiona uno de mis labios y gruñí, gruñí por su provocación que no hacía más que robarme los estribos, solté un suspiro en su rostro al sentir como su mano se apoyó en mi nuca, cuando me sintió temblar ante el roce de sus uñas intento apartarse, pero no se lo permití, la sujete bajándolo hasta mi regazo, la abrace por la cintura apretándola más a mí, hasta que el aire nos hizo falta.
Pero aun así no la solté, mi frente colisionó contra la suya y abrí los ojos viéndola fijamente.
—Por favor, ya no llores— Pedí de nuevo en suplica.
—Por favor abrázame— Me pidió con los ojos cerrados y demonios, como negarme si eso es lo que deseaba, lo que me pedía, más al ver como sus ojos me vieron con brillo.
—Como negarme— La abrace con fuerza escondiendo mi rostro en su cuello, inhalando su aroma para después sentir como su cuerpo dejaba de temblar, de estar tensa, pero debí darme cuenta de que aquello no estaba bien, de que su olor y su cuerpo estaba causando estragos debajo de mis pantalones.
No eso no estaba bien, no podía excitarme justo cuando ella necesitaba apoyo, solté un ronquido al sentir como se movió sobre mi regazo y la tomé de las caderas al sentir el roce de sus pantalones contra los míos.
—Espera, no te muevas— Dije casi gimiendo, mis ojos permanecieron cerrados y fue entonces que la tomé por las caderas y la levante de nuevo sentándola en el sofá y yo no podía alzar el rostro por la vergüenza que me albergaba en ese momento, por el calor que mi cuerpo estaba sintiendo en reacción al suyo.
—Hice algo mal— Frunci las cejas y sonreí con ironía, si supieras el que estaba mal era yo.
—No, todo está mal, conmigo, disculpa ahora regreso, ponte cómoda—
Salí despavorido al sentir más la presión en mis jeans que ni quiera estaban tan ajustados como los de ella, corrí hasta el baño y me encerré, queriendo regular mi respiración, pero nada resultaba.
Abrí el grifo y me lave el rostro con agua fría buscando bajar el calor, pero era imposible, el calor me dominaba más que el agua pues su olor seguía en mis narices, sus brazos rodeandome por la espalda, sus piernas abiertas a los costados de las mías, la fricción de sí pecho con el mío, de su intimidad con la mía.
—Joder— Lleve mis manos al cinturón y saque mi dolorosa virilidad que despertó en un inoportuno momento, jamás me vi en la necesidad de auto complacerme, ya no era un mocoso precoz, pero todo de ella me emocionaba que tuve que caer en la necesidad de acudir a la ayuda de mi mano que con agilidad me impartía el placer —Vamos— Me incite a terminar, pero por más que la dureza no menguara más era mi sufrimiento al tenerla ahí afuera —Eres un maldito pervertido Vincent — Me insulte a mi mismo al tener que acudir al recuerdo de sus labios sobre los míos y solo así pude liberarme de mi asunto, desplomándome sobre el suelo del baño por el inmenso placer que sentí al liberarme con su recuerdo y mi mente sucia —Voy a morir— Dije agitado conforme los espasmos iban menguando si esto era por causa de su recuerdo no querría imaginarla de otras formas.
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Comments
Elena Castillo
Que Cap Más Intenso Pobre Vincent Estaba Ardiendo 🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥 El Perro Del Trevor Es Un Depravado Acosador Poco Hombre ...
2024-10-07
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