Capitulo 14

Ravenna, con el bolso en el hombro y la novela entre sus manos, se adentró en la oscuridad de la noche, dejando atrás los despojos de lo que alguna vez fue su hogar.

La luna iluminaba su camino incierto mientras caminaba sin un rumbo claro, con la única certeza de que necesitaba alejarse lo más posible de aquel pueblo asediado por el horror de los protagonistas.

La travesía nocturna fue agotadora, pero Ravenna no permitió que la fatiga la detuviera. Sus pies la llevaron hasta un lugar que parecía ofrecer cierta seguridad, una pequeña cueva oculta entre la malesa y cercana a un pequeño arroyo. Decidió descansar allí, aunque solo fuera por unas horas.

La oscura cueva le proporcionó un refugio temporal, y Ravenna se acurrucó en un rincón, con la novela cerca de ella como un recordatorio constante de su propósito.

Apenas logró conciliar el sueño durante un par de horas, el suelo duro y frío no eran el mejor lugar para descansar, pero luego de no dormir durante días, no fue por lo que más se preocupó.

Al amanecer, la luz tenue filtrándose por la entrada de la cueva la despertó.

Se encontró sola en ese lugar apartado, y mientras se estiraba para despertar su cuerpo adolorido, Ravenna contempló su entorno, el sonido del agua fluyendo llamo su atención, siguió el curso del agua rápida hasta que se encontró con un estanque de aguas tranquilas.

Ravenna se miró de arriba a abajo, estaba tan sucia, no recordaba la última vez que tomo un baño apropiado, algo en sus manos llamó su atención, las extendió frente a ella, era el color rojo de la sangre seca lo que resaltaba en sus delgadas manos, evidencia de que había arrebatado una vida.

Mientras observaba las manchas rojas en sus manos, un escalofrío recorrió su espina dorsal. No solo se había liberado del asalto del caballero, sino que también había dejado atrás cualquier vestigio de la inocencia que alguna vez albergó.

El rostro pálido de Ravenna reflejaba una mezcla de horror y aceptación. La oscura metamorfosis que había experimentado se manifestaba no solo en su exterior, sino también en el abismo de su propia alma. La Ravenna anterior yacía ahora como un recuerdo borroso, ahogado en la oscuridad que la nueva Ravenna había abrazado con determinación.

Ravenna cerró sus manos en un puño que intentaba contener la desesperación que quería aflorar y apoderarse de ella, pero Ravenna sabía que no lograría nada con eso, buscando aclarar y enfriar sus pensamientos, se sumergió en el pequeño estanque, permitiendo que el agua lavara las huellas de los días difíciles.

Con cada gota que caía, su cabello plateado recuperó su brillo, y su piel pálida parecía resplandecer nuevamente.

Ravenna se sumergió en el agua cristalina del estanque, dejando que su cuerpo flotara libremente por un instante, como si pudiera escapar de todos sus tormentos. Por un breve momento, la sensación de ligereza la envolvió, alejándola de la oscuridad que había marcado su vida reciente.

Pero esa ilusión fue rápidamente desvanecida por los recuerdos que asaltaron su mente, imágenes vívidas de la agonía que sufrieron su madre y su hermano. Cada grito, cada lágrima, cada instante de dolor se reproducía ante sus ojos, recordándole la injusticia que habían enfrentado.

La rabia ardió nuevamente en el corazón de Ravenna, renovando su determinación de vengarse de aquellos que habían causado tanto sufrimiento. Salió del agua con decisión, la realidad de su situación la golpeó, y se planteó cuáles serían sus siguientes pasos.

Se vistio con ropas limpias que habían pertenecido a su hermano. La reflexión se apoderó de ella mientras el sol comenzaba a iluminar el nuevo día.

Si quería estar al nivel de los protagonistas y enfrentarlos cara a cara, necesitaba poder, y para obtener poder necesitaba dinero. Una idea iluminó su mente, y recordó el anillo que su madre le había indicado que tomara.

- Ravenna: podría venderlo....

Ravenna examinó el anillo con cuidado, reconociendo su alto valor. La idea de venderlo cruzó por su mente, pero rápidamente descartó esa opción. El dinero que obtendría no sería suficiente para sus propósitos. Además, la misteriosa insistencia de su madre en buscar a la familia Reichstag la intrigaba. ¿Quiénes eran y qué relación tenían con ella?

Ravenna guardó el anillo con una decisión tomada, sin embargo, se dio cuenta de que ahora estaba sola, vulnerable en un mundo implacable. Haberse liberado del guardia pudo haber sido suerte, pero necesitaba aprender a defenderse.

Además, comprendió la importancia de fortalecer su cuerpo. Necesitaba ganar músculo y resistencia para ser una oponente formidable.

Con el cuchillo que le arrebató al caballero en mano, Ravenna lo vio como a su herramienta temporal de supervivencia, Ravenna comprendió que debía adquirir habilidades para utilizarla eficazmente y recordó el manual que le había regalado a Charles, lo había leído por curiosidad y Ravenna tenía una buena memoria, por ello no fue difícil recordar algunos fragmentos que leyó e imágenes que contenia el mismo.

Copio la postura que recordaba haber visto en el manual, y simuló que el cuchillo era una espada y ahí mismo comenzó su entrenamiento.

Ravenna pasó varios días en la cueva, aprovechando el refugio que le brindaba para recuperar sus fuerzas y reflexionar sobre su próximo paso. Durante ese tiempo, se alimentó de frutas silvestres que encontraba en los alrededores y dedicó largas horas a perfeccionar sus habilidades con el cuchillo, cada día que practicaba la acercaba un paso más a la destreza que necesitaría para poder defenderse.A medida que los días avanzaban, su piel recuperaba su tono natural, y sus ropas, aunque simples, la hacían parecer menos vulnerable.

Cada día, se sumergía en el estanque cercano, dejando que el agua lavara sus preocupaciones y le diera fuerzas renovadas para enfrentar los desafíos que se avecinaban. Sin embargo, las pesadillas seguían atormentándola, recordándole el dolor y la pérdida que había experimentad.

Los susurros del pasado y las imágenes de sus seres queridos atormentaban los sueños de Ravenna.

La novela era vigilada constantemente para conocer los movimientos de los protagonistas, Ravenna tuvo suerte, no avanzaron más allá de Woodville, parecía que ahora volverían a la capital.

Los días pasaron hasta que llegó el día en que Ravenna se sintió lista para abandonar la cueva.

- Ravenna: White Stones...

Murmuró Ravenna haciendo referencia hacía el nuevo lugar al que sé iba a dirigir, White Stones era uno de los pueblos portuarios del imperio y recordando un poco la geografía del Imperio se dió cuenta que la manera más fácil de llegar al reino de Silvanthal era por mar, pero debía encontrar alguna embarcación a la que pudiera de alguna forma abordar, y White Stones era el lugar donde encontraría esas embarcaciones.

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