Capitulo 19

Ravenna, consciente de que estaba siendo seguida, decidió enfrentar directamente a aquellos que la acechaban. Deliberadamente, se adentró en un callejón, atrayendo a los hombres que la seguían.

Cuando llegó al final del callejón sin salida Ravenna se detuvo, podía oír los pasos de los tres hombres que la seguían acercándose, y entre risas le preguntaron.

- ¿Qué hace una belleza como tú en un lugar como este?

Ravenna, con calma y seriedad respondió.

-Ravenna: Disfruto de la soledad, y tu presencia esta perturbándola.

- Pareces valiente, muchacha. ¿No temes estar sola con nosotros y querer ser tan audaz?

- Ravenna: ¿Debería temerle a simples ratas?

Ravenna redoblo la apuesta insultando a los hombres para provocarlos y ellos fácilmente cayeron en esa provocación.

Con el ceño fruncido y una intención arrogante uno de ellos alzó la voz diciendo.

- ¿no estás siendo muy atrevida considerando tu situación?

- es así, deberías probar de ser atrevida de otro modo, desabrocha tu camisa puede que así perdonamos tu atrevimiento.

- Si hazlo, mirar la mercancía no hará daño.

Dijo el tercer bandido mientras se acercaba con ojos lujuriosos hacía Ravenna.

Ravenna no retrocedió un solo paso y llevo su mano a su cintura, los hombres la vieron como una hermosa y frágil mujer a la que tomarían sin ningún tipo de problema, pero estaban muy equivocados.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca, el primero que intento tocarla, con un golpe y utilizando el cuchillo que tenía, le hizo un corte que atravesó a lo largo de su rostro inutilizado un ojo del bandido.

Este cayó al piso acompañando de un grito ahogado en el dolor y la desesperación de ver su sangre correr sin detenerse.

- ¿Que... ¿¿Qué pasó?

Se preguntó uno de los bandidos mientras veía y escuchaba a su compañero retorcerse por el dolor.

- un cuchillo...

Murmuró el otro observando el arma ensangrentada en la mano de Ravenna, el otro levantó la mirada y también lo vio, enfurecido dijo.

- ¡Maldita perra! ¡Vas a pagar por eso!

Los otros dos, sorprendidos y enfurecidos, atacaron simultáneamente.

Como habían pensado en ella como un trabajo fácil, los bandidos no contaban con ningún tipo de arma, y pensaron en desarmarla entre los dos. Sin embargo, la destreza de Ravenna se manifestó una vez más. Con agilidad y rapidez, se deshizo de ellos, esquivando sus ataques y contraatacando con eficacia.

Los tres hombres heridos yacían en el suelo retorciéndose tras recibir varios cortes con el cuchillo, Ravenna se inclinó hasta estar cerca de ellos, podía oír sus gemidos de dolor mientras la miraban temerosos, ella acercó el cuchillo al rostro del bandido que la había insultado y dijo.

- Ravenna: podría tomar esa lengua tuya, ya que me desagrado mucho la forma en que te referiste a mí... Pero no puedo perder más mi tiempo con basura como ustedes...

Ravenna limpio el filo del arma contra las ropas del hombre provocando en el, el temor de que se lo volviera a clavar, Ravenna parecía disfrutar viendo el terror en los ojos del bandido.

En el oscuro callejón, Ravenna percibió una presencia detrás de ella. Se volteó rápidamente, y sus ojos se encontraron con los de una mujer que la observaba con atención.

- Líder: Vaya, los has inutilizado.

La líder de la banda criminal, con un gesto de desaprobación, dirigió su mirada hacia los bandidos heridos.

- Líder: Son unos completos inútiles.

Luego, volvió su atención hacia Ravenna, examinando su figura con un tono de evaluación.

- Líder: Era cierto... Una belleza como ninguna, pero... Una belleza que mata. Eso no me sirve; solo traería problemas con los clientes.

Ravenna, con disgusto evidente, le respondió.

- Ravenna: Entonces, fuiste tú quien los envió.

La mujer asintió con confianza.

- Líder: Así es. Pero tranquila, no te molestaré más... aunque podría hacerme rica para el resto de mi vida vendiéndote. Veo que no será algo sencillo... ya me has provocado más pérdidas de las que podía imaginar.

Ravenna, sin inmutarse, avanzó hacia la mujer, que se sorprendió al no poder anticipar las intenciones de la joven. Cuando Ravenna pasó a su lado, le dirigió unas palabras cargadas de advertencia.

- Ravenna: Procura no atravesarte nuevamente en mi camino, porque entonces no tendrás que pensar en pérdidas, porque estarás perdiendo tu vida.

La mujer se estremeció, sintiendo el aura amenazante de Ravenna, que contrastaba con su angelical apariencia. Con paso firme, Ravenna salió del callejón, dejando atrás a la temblorosa mujer y a los bandidos heridos.

Ravenna salió del callejón, liberando una exhalación frustrada por haber perdido tiempo en problemas sin haber avanzado en su objetivo. Al salir, se encontró en una bulliciosa calle que parecía ser un mercado. Decidió comprar algo para comer y se acercó a un puesto de comida atendido por una anciana.

La viejilla, con una sonrisa amable, le sirvió la comida y notó que Ravenna no parecía ser una lugareña.

- Anciana: No pareces ser de por aquí, querida.

Ravenna asintió con una sonrisa leve.

- Ravenna: Así es, no soy del lugar.

La anciana vio la oportunidad para entablar una conversación y preguntó con curiosidad.

Anciana: ¿Qué te trae a Granata entonces?

Ravenna también vio la oportunidad para preguntar sobre la familia Reichstag, y así lo hizo.

- Ravenna: Estoy en busca de algo¿Conoces a la familia Reichstag?

La anciana pareció renuente al principio, pero tras unos momentos de contemplación, respondió con un tono serio.

- Anciana: La familia Reichstag es conocida por todos en Silvanthal. Tal maldad nunca podrá ser olvidada...

Ravenna, sorprendida por la mención de "tal maldad" asociada a la familia Reichstag, decidió indagar más. Con curiosidad genuina, le preguntó a la anciana qué significaba ese comentario sobre la familia.

- Ravenna: ¿Qué quieres decir con "tal maldad"?

La anciana, en lugar de responder con detalle, adoptó un tono serio y hasta hostil.

- Anciana: ¿Qué es lo que busca una jovencita como tú con esa familia?

Ravenna notó el cambio en la actitud de la anciana, quien asumía que ella tenía alguna conexión con los Reichstag. Rápidamente, se dio cuenta de que no sería conveniente que la vincularan de alguna manera con esa familia. Con astucia, respondió.

- Ravenna: Solo es simple curiosidad. He escuchado que la familia Reichstag está brindando oportunidades de trabajo, y eso me llamó la atención...

Intentando disipar cualquier sospecha, Ravenna mantuvo una expresión neutral, esperando no despertar más la hostilidad de la anciana. Luego de mirarla con seriedad y con una intención menos hostil la anciana respondió.

- Anciana: Pues quién te dijo eso te está engañando... Ya que aunque puede que sea cierto que estén ofreciendo trabajo, ese trabajo no es el que una delicada jovencita como tú podría hacer.

- Ravenna: ¿qué tipo de trabajo es ese?

La anciana volvió a mirar con sospechas a Ravenna, pero entendió que su curiosidad había sido despertada tras mencionarle que pudo haber sido engañada.

- Anciana: cazar demonios y esas cosas...

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