CAPÍTULO V UN PLAN EN MARCHA

Alexandros estaba dispuesto a hacer sufrir a Olivia Hamilton del modo que fuera y de esta manera hacerle pagar todo el dolor que le causó a su familia… Desde su llegada al pueblo, cada día asistía a la pastelería y se mostraba de lo más atento y encantador con su dueña, que, aunque lo quería disimular se placía de su presencia, si bien, siempre estaba full su establecimiento y casi no podían hablar, cruzaban una que otra palabra y sobre todo miradas. Él no desistía del plan que puso en marcha en contra de ella.

. - ¿A dónde vas a esta hora? – Fue la pregunta de Ángelus al volver de la cocina y ver a su primo esmerado, arreglándose para salir…

. – A la pastelería… – Contestó sin siguiera mirarlo.

. – Pero ya casi debe estar por cerrar… - Dijo como si le estuviera informando.

. – Justamente, por eso voy a esta hora… - Ángelus entendió su intención.

. - ¿En serio pretendes enamorar a esa pobre mujer para hacerla sufrir? ¿No es demasiado cruel eso? – ¿Y de poco hombre? Quiso también decir, pero mejor no tentar a satán…

Alexandros volteó los ojos al escuchar a quien consideraba, el santurrón de su primo…

. – ¿Pobre? ¿Cruel? – Le preguntó escéptico de lo que escuchaba - Cruel fue ella cuando perdió el compromiso con la verdad… - Continuó arreglándose - ¡Y por la paz entre tú y yo, ya deja el tema! – Exigió ya molesto…

. - Estas mal hermano, y aunque te moleste debo hacerte caer en cuenta del error que estas a punto de cometer… ¿Porque no hablas con ella, y escuchas su versión?

. - ¿Qué es lo que pasa contigo? ¿Qué acaso no recuerdas los informes de los abogados y sus propias declaraciones en contra de mi hermano?

. – Por supuesto que lo recuerdo, pero Alexandros, la forma en la que estas actuando no está bien, este no eres tú, tus acciones están influenciadas por tu abuelo y si, por el dolor de la perdida – Dijo apenado aceptando esa realidad - ¡Pero te estas equivocando hermano! – Ángelus miraba a su primo colocarse la chaqueta para irse, realmente quería evitar que saliera con esa única intención de hacer daño - ¡Tal vez ella no sea tan culpable como parece!

El hombre se frenó en seco al escucharlo, y volteó fúrico hacia su primo

. - ¿Crees que ella es inocente? - Caminó hasta él con intención de darle un buen sacudón, pero se obligó a controlar su ira - ¿Te volviste idiota guevon? ¿Te estas escuchando acaso? ¿O necesitas leer todos los expedientes nuevamente? Pues ahí te los dejo, ocúpate en algo… ¡El colmo! – Golpeó la mesa que estaba cerca y caminó furioso de un lado a otro – Entiéndelo de una vez Ángelus, si ella fuese inocente, no tendría por qué haberse escondido y menos cambiado el nombre, ella es una desgraciada y corrupta abogada de esa que tú y yo conocemos bastante, que hizo muy bien su trabajo y obtuvo lo que le ofrecieron sin importarle nada más, así que deja ya tu sufrimiento por ella…

. – No te ofusques… – Pidió para calmarlo – Suponiendo que sea así – Alexandros resopló - ¿Por qué no aprovechas estos momentos con ella para escuchar su versión? – Él continuo con su idea antes de que este lo interrumpiera - Hermano siempre es importante examinar todas las perspectivas y considerar los diferentes puntos de vista y evidencias, antes de llegar a una conclusión definitiva, Alexandros tú tienes que aceptar que eso no lo has hecho – Lo señaló con el dedo - ¡Tú también estas sentenciando y ya!

. - ¿Qué quieres? ¿Qué es lo que quieres que haga?

. – Que no ofendas a Dios actuando mal con uno de sus hijos – lo vio levantar los ojos, pero continuo - Si ella es culpable, quiero que actúes como debe ser, has las cosas bajo el marco legal y así encontraras una solución justa, entonces ella pagara lo que tenga que pagar, pero a la justicia… ¡No manches tus manos, no hagas algo de lo que luego te puedas arrepentir viejo!

Alexandros escuchó todo el repertorio de su primo y aunque se sintió afectado por sus palabras, la soberbia pudo más y las dejó atrás al salir del apartamento sin decir nada más…

Ángelus se quedó allí negando con su cabeza, no estaba de acuerdo para nada, con el proceder de Alexandros, quien se ponía más irracional, cada vez que hablaba por teléfono con su abuelo.

Alexandros ya calmado, llegó al frente de la pastelería, esperando que Olivia Hamilton saliera, pero está no lo hacía, al contrario, la miró a través el vidrio apagando las luces y caminando hacia la cocina, entonces decidió tocar. Notó su sorpresa y duda, y volvió a intentarlo… la vio acercarse a la puerta y mirarlo a través del cristal con el ceño fruncido.

Ella lógicamente se inquietó al verlo allí, porque debía reconocer que el hombre tenía un magnetismo fuerte sobre ella, pero también sentía que había algo en el que la intranquilizaba de una manera diferente, que no podía entender menos explicar. Lo miró nuevamente y dudo si abrirle, pero cuando él le sonrió, preguntándole con la mirada si abriría o no, le hizo señal de esperar.

Decidió salir por la puerta de su apartamento, no se imaginaba solo con él en la pastelería, él realmente la perturbaba…

. – Hola – Lo saludó al llegar a su lado, él se sorprendió de verla salir por esa otra puerta y miró hacia arriba sin entender – Disculpa, pero ya cerramos…

. – Si – Aceptó él lo evidente y sonrió – Vi salir a la chica que te ayuda – Le explicó él – Pero estaba esperando que lo hicieras tú también – Ella levantó una ceja extrañada - ¿Pensabas acaso quedarte allí?

. – Oh no, por supuesto que no – Miró hacia arriba – Mi apartamento es arriba, puedo entrar y salir por ambos lugares – Le explicó, lo que aclaró su curiosidad anterior.

. – Ummh – Miró nuevamente el lugar, él ya sabía que ella era la dueña, sí que supo invertir bien el dinero que ganó hundiendo a su hermano, pensó con ironía - Muy práctico - Ella asintió estando de acuerdo con él, y lo miró porque notó nuevamente esa mirada y aura oscura aparecer, él se percató de su estudio y sonrió – En fin – Se puso frente a ella – Disculpa el atrevimiento, pero quería invitarte otra cosa que no fuera un café… - Dijo riéndose con burla mientras miraba hacia el local de ella, haciéndola sonreír también, gesto que se quedó mirando fijamente inquietándola.

. – Pues te agradezco de verdad, pero ahora mismo estoy muy cansada – Era cierto, hoy había tenido un día ajetreado, hoy era el día de hacer las compras, que para ella normalmente era intenso en todos los sentidos, luego arreglar todo, preparar, y después atender a los clientes. La chica miró como cambió su semblante antes risueño a uno casi severo – De verdad lo lamento – Se disculpó pensando que se había ofendido por rechazar su invitación. Él no cambió su aspecto…

. – ¿Es eso realmente o existe otro motivo? – Preguntó evidentemente molesto.

. – No tiene por qué existir otro motivo, te digo que estoy cansada, y así es – le respondió también áspera – No tengo porque mentir y menos darte excusas ¿No crees?

Él la miraba y por dentro la insultaba, claro que para él ella era una arpía mentirosa.

. – No lo sé – Dijo con la mirada dura fijamente en ella – No te conozco realmente…

. – Tampoco yo a ti, y si no confías en mi ¿Por qué yo debo hacerlo contigo?

. – Ósea que ese es el motivo real ¿Desconfías de mí?

. – No, no lo es… Ten la seguridad que te lo diría si así fuera ¡Te digo que estoy cansada, quédate con eso! ¡Permiso!

. – Espera O… - Iba a decir Olivia e inmediatamente se corrigió – Mónica espera por favor – Ella se detuvo y volteó, ya él estaba cerca de ella – Discúlpame por favor, mi comportamiento fue grosero, pero en serio, no tengo malas intenciones contigo, comencemos de nuevo ¿Sí?

Ella lo miró, sus disculpas le sonaron sinceras o así lo quiso ver ella, pero pensaba que jamás podría realmente saber sus verdaderas intenciones, y aunque él a veces tenía un aura oscura a su ver, asintió dándole la oportunidad que él le pedía.

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