Alexandros salió de la pastelería, siendo víctima de un conflicto interno abrumador. Por un lado, sentía una atracción irrefrenable hacía Olivia, una conexión que iba más allá de su propio control, pero al mismo tiempo, la repudiaba, repitiéndose una y otra vez que ella era la responsable de la tragedia que había devastado a su familia.
Se encontraba paralizado por esa dualidad, sintiendo un profundo remordimiento por permitir que la calidez de esa mujer se filtrara en su corazón. Cada vez que su presencia se encontraba en su mente, el peso de la traición hacia su hermano se hacía casi insoportable, tanto que literalmente le provocaba flagelarse en busca de redención, por la culpabilidad que lo estaba consumiendo.
. - ¿Ocurrió algo? Estas muy callado – Le preguntó Ángelus mirando con preocupación a su primo, que desde que llegó a la maderera no había dicho palabra alguna… - ¿Pasó algo con tu abuela?
Él levantó la mirada al escuchar la mención de su abuela, otro motivo por el que no podía permitirse ser débil…
. – No, la abuela sigue estable… - Respondió de manera fría e impersonal.
. - Se trata de ella entonces – No era una pregunta sino una afirmación, que hizo con algo de recelo, sabía que su primo no estaba dispuesto a hablar con él.
. – Mañana embarcaremos el primer lote de madera – Dijo, sin ninguna intención de responder como ya se lo esperaba Ángelus – Asegúrate de que todo esté dispuesto y llegue sin contratiempo a Grecia.
. – ¿En serio vamos a estar así Alexandros? – Le reprochó, entendiendo que él no estaba bien, la confusión y la lucha interna se reflejaban claramente en su rostro – Tú sabes que más que tu primo, soy tu amigo, sé que estas contrariado, habla conmigo hermano…
. – Nada que decir… – Revisó sin mirar la carpeta que tenía frente a él - Puedes marcharte a cumplir con tu labor… - Con esas palabras Alexandros dio por concluida la visita de su primo a su oficina.
Cuando vio a este salir, respiró pesadamente, él si necesitaba hablar, pero no con él. Para Alexandros, Ángelus no entendía la envergadura de lo que él cargaba en sus hombros en ese momento. Aunque no le parecía y contradecía su proceder, él estaba en el deber de proteger y responderle a su familia.
Y seguramente si le hablaba de ella, él iba a salir en su defensa, cosa que lo irritaba sobre manera. Olivia era el enemigo, no merecía consideración de ninguno de ellos… Con su sola mención, la chica volvió a su mente…
. – ¡Odio que me hagas sentir así! – Susurró con voz ronca, sin embargo, aunque odiaba lo que ella representaba, no podía apartarla de sus pensamientos, y mucho menos, evitar la conexión que sentía con ella. El sonido de su celular lo sacó de su diatriba...
. - Abuelo… - Su saludo fue preocupado y a la vez melancólico…
. – Todo está bien por ahora hijo – Lo calmó, más sintió que la consternación que advirtió en la voz de su nieto, no era por su abuela… - ¿Tu estas bien? ¿Qué ha pasado?
. – Estoy bien abuelo… - Fue lo único que pudo gesticular…
. – No te escuchas como alguien que está bien ¿Ha pasado algo con esa mujer? – El viejo, pero sabio abuelo, tenía el presentimiento de que su nieto se estaba ablandando en su propósito, y su excesivo silencio así se lo confirmó.
. – Alexandros, no olvides cual es la razón por la que estas cerca de ella… - Lo sermoneó el viejo – Debes luchar contra cualquier otra cosa que pueda tergiversar el impulso de venganza que tenemos en contra de esa mujer ¿Me escuchas?
Claro que sabía que debía luchar contra esos sentimientos, pero es que cada vez que la veía, su corazón latía con fuerza y su mente se nublaba, solo había algo que deseaba hacer cuando la miraba… ¡Tomarla en sus brazos y besarla!
. – Entiendo que la mujer es bonita y se te hizo imposible sentirte atraído, eres hombre, eso es normal, pero no dejes que eso nuble tu juicio… - El viejo abuelo, trataba de que su nieto reaccionara y reconociera que lo que estaba sintiendo era solo carnal - Si crees que es mucha la carga, y que tu plan está fallando, fóllatela, y busca otro modo de hacerla pagar, pero no vayas a caer en sus redes, ¡No me perdonaría ni resistiría perder otro nieto a manos de la misma mujer!
. – Abuelo…
. – ¡Escúchame! – Lo cortó en seco ya dejando en evidencia su molestia – Por culpa de esa mujer tu hermano está muerto, su novia igual, tu sobrino es huérfano, la empresa está perdida, y tu abuela está literalmente desahuciada ¡No te atrevas a olvidarlo y menos por una calentura! – hizo una pausa y luego continuo con otro tono - ¿Qué has sabido del tal ruso Petrov?
. – Vendrá esta semana, él también la está buscando…
. – Habla con él, y pacta lo que tengas que pactar… Hunde a esa mujer, recupera la empresa de tu hermano y vuelve a casa… ¡Tu abuela te necesita!
Después de esa conversación con su abuelo, Alexandros no le quedó otra que colocarse su fría careta, y bloquear sus sentimientos para darle paso nuevamente a sus emociones de ira y odio.
Dos días pasaron en total, ese tiempo fue lo que pudo resistir sin visitar la pastelería de Olivia…
Ya estaba a punto de cerrar, por eso cuando escuchó la campanita de la puerta volteó con el propósito de despedir a quién había entrado, pero quedó en silencio mirándolo mientras él caminaba hacia ella.
Hacía dos día que no lo veía, solo había sabido de él por los comentarios que hacían los clientes, pero desde aquel beso, él no había vuelto, lo que la tuvo sumida en una tormenta de contradicciones. ¡No podía terminar de entenderlo!
. – Ya estoy por cerrar… – Le dijo cuando él se paró frente a ella.
. – Hola – le dijo al mismo tiempo que la tomaba bruscamente por la cintura y la pegaba a su cuerpo, para luego apoderarse de sus labios en un beso tan exigente como ardiente. Ella jadeó ante tal invasión sorpresiva e implacable, y luego como pudo apartó sus labios…
. – Alexandros ¿Por qué actúas así? – Le recriminó y él la miró sin entender su pregunta – Un momento eres tibio y otro caliente… ¡Me confundes!
. – Quedamos en conocernos… - le dijo mirándola fijamente – En descubrir quienes somos verdaderamente…
. – No lo puedo hacer cuando te desapareces de pronto… - Le reprochó con sutileza, y él sonrió de medio lado.
. - ¿Me estas llamando cobarde? – Ella sonrió ante su pregunta - ¿O me extrañaste demasiado? ¡O mejor aún, estas celosa…!
. – Tu ego es increíble… – Su mirada fija, le permitió detallar mejor toda su cara – ¿Yo te he visto antes? – Le preguntó de pronto con curiosidad.
Aunque se tensó un poco, él mantuvo su sonrisa…
. – Soy el único griego en este pueblo – le dijo en son de burla – A menos que hayas conocido a otro… - Ella negó con la cabeza y él resopló por dentro, pero conservó la calma y la sonrisa. Su juego seguía en marcha, pero está vez él tendría el control…
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Comments
Marlene Garcia
el hermano seguro seguro era todo eso que lo culparon y la familia no lo sabe pero que el abuelo lo sabia
2024-04-30
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Liliana Ester Doretto
sí mucho texto pero nada en concreto!
2024-04-30
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Nereida Hernández montes
Yo también me pregunto que pasó con el hermano, estás dando cómo muchas vueltas
2024-04-30
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