CAPÍTULO XIII NUEVO DESCUBRIMIENTO

Después de la repentina declaración de Olivia, que, aunque se empeñaba en no darle prioridad, pero lo seguía perturbando, Alexandros, comenzó a visitarla con más regularidad. Sus besos también eran más seguidos y eso era otra cosa que lo tenía contrariado.

. – Mañana puedo dejar encargado a mi asistente y acompañarte a hacer las compras… - Le propuso cuando se despedían diciendo que debía levantarse muy temprano para hacer las compras…

. – Oh no, no tienes por qué molestarte – Su evidente nerviosismo y negativa lo puso alerta, haciéndolo insistir…

. – Nada que tenga que ver contigo es molestia para mí, me encanta estar contigo – Ella estaba derretida con sus atenciones y gestos de cariño, pero no podía aceptar que la acompañara.

. – Que bello, pero insisto… – Ella notó la duda en los ojos de Alexandro, mientras él reflexionaba sobre el misterio que ella parecía esconder, impidiéndole aceptar su compañía – Te prometo que más adelante me complacerá que me acompañes ¿Está bien?

Él la miró con curiosidad, pero no quiso insistir, igual lo iba a descubrir…

. – Okey, está bien, porque pensándolo bien mañana será un día movido en la maderera – Le dijo caminando con ella hasta la puerta de su apartamento… - Nos vemos al final de la tarde preciosa – Le dijo con tono seductor – Despedirme de ti se está convirtiendo en un dilema para mi… - Le decía mientras besaba sensualmente sus labios hasta llegar a su cuello, provocando el estremecimiento de su cuerpo…

. – Mmmm detente… – Le suplicó ella encogiendo su cuello para apartarlo de allí porque estaba erizándola completamente.

. – ¿No te parece que ya nos conocemos suficiente? – insistió en invadir esa zona que la hacía gemir suavemente…

. – Sí… pero… – respondió ella hipnotizada - Por favor… - le suplicó jadeando

. - ¿Por favor qué? – Preguntó él con voz ronca y evidentemente excitado… - ¿Qué quieres preciosa?

Ella quería, deseaba estar con él, pero tenía miedo, no estaba segura de estar preparada aún, a pesar de que sentía el calor y la pasión crecer dentro de ella, todavía se sentía cohibida. Ante su duda, Alexandro sonrió de manera traviesa, y continuó besándola con intensidad, buscando doblegar la voluntad que aún le privaba entregarse a él. Ella le correspondió, más no hizo intento de invitarlo a seguir, cuando el la pegó de la pared para que sintiera el poder de su deseo.

. – ¡Mmm! detente… – Le pidió Olivia, retomando la conciencia – Es muy tarde Alexandros… por favor, para ya…

. – ¡Vas a matarme mujer! – sus respiraciones estaban agitadas y sus palabras entre cortadas…

. – Te juro que no quisiera que pararas… pero… - Se detuvo porque se sintió avergonzada…

. – Tranquila, no quiero presionarte, es solo que te deseo como un loco – la besó suavemente en los labios que ella aceptó pasando luego su lengua por ellos, y el gruñó ante su gesto – Me voy, porque si no… - Le guiñó el ojo – Buenas noches preciosa, descansa y sueña conmigo…

. – Seguro que lo haré – dijo ella con gratitud – Gracias por ser comprensivo, me siento como una mojigata…

. – De eso nada, no te tortures, eres una mujer muy deseable y ardiente… -Le dijo de manera comprensiva - Entiendo tu duda, así también nos conocemos… - Ella asintió - ¡Ve a dormir que mañana será un día muy largo!

. – Gracias, buenas noches Alexandros…

Se dieron un suave beso de despedida y él espero que ella entrara antes de encaminarse a su apartamento. ¿Por qué no terminas de bajar la guardia Olivia? ¿Acaso quieres hacerte la interesante? Lo eres, pero no es para tanto, serás mía… ¡tarde o temprano! Con ese pensamiento Alexandros se dispuso a cerrar los ojos aguardando a ver que le deparaba el siguiente día…

Olivia pasó la noche dando vueltas en su cama, pensando en Alexandros, sin poder apartar de sus sentidos las sensaciones que le causaron las caricias y el tacto de él… hubiese sido tan fácil ceder a su pasión, pero los prejuicios aun la atormentaban, y aunque lo deseaba mucho, no sabía si iba a poder responderle sin quedarse congelada… y que por eso él la rechazara.

Alexandros estaba a unas cuadras del edificio de Olivia, eran las 5:00 de la mañana, cuando vio la camioneta de Olivia salir del estacionamiento, esperó un poco y luego la siguió… no se imaginó jamás que ella se dirigía tan lejos cada semana.

La vio primero pararse en una estación de servicio y conversar amenamente con el encargado, luego entrar y salir conversando junto a otro que le entregaba un paquete, que claramente indicaba que era dinero. Se prometió volver luego a investigar su relación con ese lugar.

. – Muchas gracias Ronald, eres un excelente administrador…

. – Aprecio tu reconocimiento siempre Mónica…

. – Por supuesto, no quiero perderte jajaja – le sonrió golpeando su brazo – ¡Nos vemos en 8 días!

. – ¡Fielmente, aquí estaré esperándote, cuídate!

El levantó la mano para despedirse mientras ella ponía en marcha su auto… avanzó unos kilómetros más y llegó al siguiente pueblo, y en un lugar alejado del urbanismo, se detuvo, pero no se bajó inmediatamente, y Alexandro sospechó que estaba contando el dinero, pero luego de unos minutos salió del auto literalmente siendo otra; se había puesto un suéter y una gorra… estaba con una hermosa sonrisa de alegría en su rostro, y con pasos rápidos avanzó hacia un hombre que igual se sonrió al verla…

Alexandros la miraba extrañado, y serio mismo tiempo. Antes de que sus pasos terminaran de llegar hacia el hombre, ella literalmente se lanzó a sus brazos, mismos que la recibieron con evidente gusto, provocando una punzada de celos en Alexandros, que lo hicieron presionar el volante con excesiva fuerza.

Con su rabia a cuesta, se quedó allí atento, observándolos todo el tiempo que estuvieron conversando, no perdió detalle alguno de la escena… fue testigo fehaciente, como el hombre le entregaba un bolso, y una bandeja pequeña, que ella abrió, metió su dedo y luego se lo llevó a la boca, degustando lo que allí había, asintiendo contenta y conforme con el sabor para volver a cerrarlo… mientras todo eso pasaba, Alexandros tomaba fotos desde su celular…

Estaba impresionado e incrédulo…

. - ¿Será posible? ¿Qué había en ese envase? ¿Acaso droga? ¿Quién eres realmente Olivia Hamilton?...

Dejó el cuestionamiento y continuó observando, el hombre hizo una llamada y luego le pasó el celular, pero ella lo puso frente a ella, entonces distinguió que era una video llamada, Olivia se veía feliz mientras hablaba, era un imagen de ella que poco él había visto ¿Con quién hablaba? Se preguntó… prosiguió observando y capturando imágenes, lamentaba no poder escuchar de qué hablaban…

. – También me alegra escucharte, y verte, aunque sea así, ya sabes, rompe el celular, te amo y extraño mucho… - decía Olivia con las emociones a flor de piel – Hablamos en 8 días, chao, chao… - Se despidió con una sonrisa y le entregó el celular a su acompañante, que este colocó en el suelo y pisó con fuerza hasta romperlo… ¿Qué diablos? Se preguntaba Alexandros

. – Gracias James - dijo abrazando al hombre cuando este se deshizo del aparato - ¿Qué haría sin ti?

. – Sabes que cuentas conmigo, estate tranquila, llegará el momento que ya no tendremos que hacer esto…

. – Eso espero cada día con todo mi corazón – Se levantó y él hizo lo mismo – Debo volver, aun debo hacer las compras – Lo abrazó otra vez - Por favor cuídate…

. – Igual tu Liv, la próxima semana nos veremos aquí… – le dijo entregándole un papel que ella leyó, asintió, le entregó de vuelta, él rompió en mil pedazos, y luego ingirió.

. – No tienes que hacer eso – le dijo Olivia riendo

. – Por si acaso…

Todo eso le generaba más misterio a Alexandros, sentía que había descubierto algo nuevo de ella, pero no tenía la certeza de qué se trataba…

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