CAPÍTULO XIV UN PRETENDIENTE CELOSO

Alexandros siguió el recorrido de retorno de Olivia atento a cualquier hecho que llamara su atención… la observó detenerse en medio de la nada por unos largos minutos, sin saber la razón, también la vio hacer las compras por las que se supone que sale una vez a la semana… ¡Él estaba convencido definitivamente que esa mujer era un total enigma!

Cada semana para Olivia, este momento era el más difícil… a mitad de su ruta de regreso, detuvo el auto porque no pudo controlar más sus emociones y lloró… dejando salir su frustración y tristeza de ese momento, esto no era lo que ella quería para su vida, ella quería estar con su familia, apoyándose ahora que más se necesitaban… tomó el envase y se sonrió con amargura mientras limpiaba sus lágrimas con el dorso de su mano…

Con mucho cuidado porque sus manos temblaban, destapó el contenedor y olió lo que allí había, suspirando al mismo tiempo, le gustaba tanto ese olor, era algo que la transportaba y calmaba por momentos… ¡No pudo evitar meter su dedo nuevamente y probar su contenido!

. – Esto es lo mejor… – susurró para sí misma – Es el éxtasis que necesito para calmar mi ansiedad… - Echó su cabeza hacia atrás y cerró los ojos por unos segundos, inhaló, exhaló, abrió los ojos nuevamente, tapó el envase, encendió el auto nuevamente y emprendió su viaje… ¡Con eso encontró el poquito de paz que necesitaba en ese momento!

Las compras las hizo en el lugar de siempre, ya la conocían y todos eran muy atentos, compró todos sus insumos, y los chicos de la distribuidora, la ayudaron a subir todo a la camioneta entre bromas y sonrisas picaras para ella… Olivia solo sonreía de sus piropos y halagos. Al terminar, les dio propinas como siempre y se marchó…

Una hora después estaba frente a la pastelería. Alexandros decidió cambiar de auto y presentarse frente a ella, algo que la chica no esperaba…

Liam un hombre del pueblo, que trabajaba en la terminal de buses, la ayudaba cada semana voluntariamente a bajar las cosas sin aceptarle propina alguna de su parte, solo le recibía un café y postre, eso con la intención de quedarse un rato más allí con ella, porque la mujer le gustaba. Desde que la conoció a intentado entablar una relación con ella, pero Olivia no se ha mostrado interesada por él, independientemente, de que el hombre es apuesto a su manera, solo un poco tosco, pero es guapo, alto, ojos azules, cabello castaño claro y fornido... ¡Si, era guapo, pero no la atraía!

. – Muchas gracias Liam, como siempre tan caballeroso – Lo halagaba ella en el momento que la campanita de la puerta sonó anunciando una llegada que, al voltear a ver, la dejó con la boca abierta como cada vez que lo veía… su solo aroma impregnó el lugar haciendo que su cuerpo fuera consciente de él.

Liam la miró y su cara cambió de una risueña a una de molesto porque ella dejó de prestarle atención para concentrarse en el hombre que llegó y se acercaba a ella con pasos firmes…

Alexandros cuando llegó y vio a través del vidrio al hombre que miraba a Olivia embelesado, se ofuscó e inmediatamente entró para marcar su territorio como el macho dominante que se sentía…

. – Hola… – le dijo suavemente cuando estuvo frente a ella…

. – Hola… – Susurró también ella, que estaba hechizada con su imponente presencia – Que sorpresa…

. - ¿Por qué? – extendió su mano para tomar la de ella en un gesto posesivo – Te dije que vendría…

. – Si, bueno, no esperaba verte tan temprano – Le dijo con sinceridad, aunque se alegraba que estuviera allí, Liam continuaba observando la escena sintiéndose humillado por la falta de atención para con él, y sobre todo por como estos dos interactuaban - Anoche me dijiste…

. – Lo sé, pero no iba a poder resistir tanto tiempo sin verte – Ella se emocionó con sus palabras y sonrió, entonces él la halo para que quedara más cerca de él – Te extrañé… - Le dijo con suavidad haciendo que su aliento y aroma embriagaran a Olivia, que cerró los ojos para dejarse llevar por su intensión de besarla

. – ¡Mónica! – El fuerte llamado de Liam los sacó a ambos de la burbuja de seducción en la que se habían encerrado olvidándose de que no estaban solos. Olivia se sintió avergonzada y sonrojada por su falta de tacto…

. – Oh, disculpa Liam… – dijo aun apenada – Que falta de cortesía la mía contigo – Se puso frente ambos hombres – No sé si se conocen formalmente, pero Liam él es A...

. – Alexandros Stavropoulos – La interrumpió extendiéndole la mano al hombre – Su novio… - Olivia se quedó muda, impresionada, halagada, emocionada y sonrojada, cuando lo escuchó afirmar eso, y lo miró tan enamorada como sus rostro le permitió ocultar…

. – Ósea que es cierto – Afirmó Liam y tanto Olivia como Alexandro lo miraron – Pensé que eran solo chismes… - Dijo con una clara decepción en su voz.

. – No, no son chismes, ya lo has podido atestiguar tu – Le dijo Alexandros con tono duro… - Bien nos puedes ayudar a correr la voz…

A él le molestaban los chismes y sabía que este hombre iba a salir de la tienda a decir lo que vio, lo que escuchó y lo que no también…

. – Alexandros… - Con ese suave llamado Olivia quería pedirle que se controlara…

. - ¿Qué le pasa a usted? – Le preguntó Liam con altanería - ¿Qué se cree? – Le sonrió con burla – Claro, como es un burgués, se cree mejor que los demás pavoneándose con sus carros de lujo, como si fuera el jeque del pueblo para que todas las mujeres le rindan pleitesía - Miró a Olivia literalmente con odio – Eres igual a todas las mujeres de aquí Mónica – Ella levantó una ceja - ¡Una puta interesada!

. - ¿Cómo te atreves? – Le soltó Alexandro, al mismo tiempo que le plantaba un puñetazo en la cara, haciendo saltar a Olivia de la impresión…

. – ¡No! ¡Alexandro por favor! – Clamó cuando Liam se le fue encima para golpearlo también – ¡Liam, ya basta! – Gritó con firmeza, haciendo que los dos hombres que se habían ido a la lucha, se detuvieran – ¡Basta! ¡Vete Liam, te agradezco la ayuda como siempre, pero por favor sal de aquí ya!

. – ¿Lo prefieres a él porque tiene dinero verdad?

. – ¡Fuera Liam! – Repitió - Vete para allá Alexandros – Le señaló cuando este intento nuevamente lanzarse contra el hombre…

. - Que falsa eres, no te debería importar el estatus de una persona… - Continuaba mientras caminaba hacia la puerta donde lo guiaba Olivia.

. – ¡No seas estúpido! – Le dijo abriendo para saliera, y antes de cerrar le confirmó lo dicho por Alexandros - ¡Lo prefiero a él, porque es el hombre que me gusta y punto…! – Cerró y se volvió hacía Alexandros que sacudía su mano con evidente dolor. Ella volteó los ojos y se acercó a él, dando gracias que no había más clientes…

. – ¡Por Dios Alexandros! – Expresó reprochándole mientras tomaba su mano.

. – No iba a permitir que ese idiota te insultara - Ella lo miró a la cara, le sonrió y luego volvió la atención a su mano…

. – Gracias – Dijo con melancolía en su voz, dejando ver algo de la vulnerabilidad que la invadió – Se siente bien que alguien te defienda…

Él frunció el ceño…

. - ¿Te han atacado acaso? – Preguntó evidentemente curioso por sus palabras y noto como ella se tensó y se levantó para simular buscar una pomada en la cruz roja…

. – Esto te debe hacer sentir mejor – Señaló colocándole con suavidad la pomada mentolada para que le aliviara el dolor - Y por favor, no vuelvas a pelearte con nadie, no me gusta la violencia…

. – Olivia… - Él iba a preguntarle nuevamente sobre el comentario que hizo antes…

. – Ven, vamos a tomar café

Lo interrumpió con toda la intención de dar por concluido ese tema, que no debió tocar…

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