CAPÍTILO XVII ENFRENTAMIENTO

La furia de Alexandros aumentó, cuando llegó a la pastelería y por el vidrio visualizó a Ángelus, e inmediatamente supo cuál era su intención con esa repentina visita. Él estaba empeñado en evitar que Alexandros actuara en contra de Olivia, pero él no lo iba a permitir, primero lo molía a golpes…

. – ¡Ángelus! – lo llamó con un tono de advertencia en su voz, reparando inmediatamente la sorpresa de ambos al verlo. Sintió la fijación de Olivia al descifrarlo, y pensó que había llegado tarde, que ya su primo le había dicho quién era él y cuáles eran sus intenciones con ella… ¡Murmuró un improperio en baja voz apretando los puños, y su mirada se oscureció tanto que los veía a ambos borrosos!

. – Hola… – Le dijo suavemente Olivia mientras se levantaba para acercarse a él y tratar de calmarlo por lo que sea que estuviera molesto, porque era demasiado evidente que lo estaba - ¿Por qué estas así? ¿Qué ocurre? – Le preguntó sobando sus brazos para que se tranquilizara, luego sin más lo abrazó. Él dirigió la mirada hacía Ángelus por encima del hombro de Olivia y este le hizo una señal de negación, solo allí, Alexandros pudo respirar tranquilo.

. – Discúlpame… – Dijo respondiendo a su abrazo, pero aun tenso – ha sido un día difícil…

. – Ven – Lo tomó de la mano y lo llevó hasta donde estaba Ángelus - Siéntate con él y hablen… Les traeré el café y algo dulce - Les sonrió y se retiró dejándolos solos. Alexandros miró a su primo con ganas de golpearlo, sin embargo, él estaba impávido…

. - ¿Crees que ella se merece esto? – Le cuestionó inmediatamente a Alexandros – Estas cometiendo un error con esa mujer y…

. - ¿Qué demonios crees que haces? – Le preguntó de vuelta - ¿Qué puto derecho crees que tienes? – Su voz era baja, pero el tono era duro – Ella, tiene en su poder las acciones de la empresa de Alexius - Ángelus lo miró con los ojos como platos, luego dirigió su mirada hacia donde estaba Olivia tranquilamente preparando unos postres… ¡Estaba atónito, le costaba creerlo!

. – ¿Estás seguro de eso? – cuestionó aun con duda…

. – Claro que estoy seguro, la flota de cruceros, Alexius la puso a nombre del ruso para no perderla, él me la entregará, solo queda pendiente, lo que tiene ella… - Ángelus no salía de su asombro, estaba confundido - ¿Aun crees que ella es inocente?

. – Ósea…

. – ¡Sí! – Afirmó, ambos miraron hacia donde estaba Olivia que levantó la mirada al sentir la de ellos y les dedicó una sonrisa - Ella los engañó a los dos… - Susurraba de un modo taciturno Alexandros – Los sedujo a ambos, e hizo con ellos lo que quiso…

. – Aun así… – Ángelus igual intentaría evitar que su primo tomara venganza con sus manos.

. – ¿Aun así qué? ¡Demonios Ángelus! ¿Es que acaso eres sordo? – Lo recriminó Alexandros irritado.

. – ¡Solo entrégala a la justicia y ya! – Le pidió

. - ¿Cuál justicia? Esa mujer ahora tiene mucho poder, sin contar que es fiscal, al igual que la mitad de su familia, ¿De cuál justicia estás hablando?

. – Pero, tu deber… - Alexandros no lo dejó terminar, interrumpiéndolo con los dientes apretados hasta hacerlos rechinar…

. – ¡Ya basta! – le dijo más furioso aun, más, calló cuando vio que la chica se acercaba con lo enviado por Olivia, agradecieron y continuaron en su controlado enfrentamiento – Mi deber, mi único deber, es hacerle pagar lo que nos hizo, y recuperar lo que le corresponde por derecho a Adam…

. – Estoy de acuerdo en que recuperes la empresa, lo que no estoy de acuerdo, ni estaré, es que sea de la forma como quieres hacerlo – Alexandro volteó los ojos y lo miró con reproche - No me mires así… – Pidió casi derrotado por la terquedad de Alexandros - No está bien hermano, y lo sabes…

. – Yo solo sé una cosa Ángelus – Hizo una pausa para tomar un poco de su café, ya se sentía seco con esta infructífera discusión - Ella, sí o sí va a pagar, y del modo que sea, al final, es probable que le estemos haciendo un favor a la sociedad, porque esa mujer – señaló con su mirada – ¡Esa mujer que ves ahí, no es lo que parece…!

Ángelus negaba con tristeza al escuchar a su primo…

. – Te has dejado consumir por la venganza Alexandros, y te empeñas en hacer justicia por tu cuenta… – Dijo mirándolo con tristeza y resignación – ¡Y espero de corazón no hagas el daño que pretendes, porque tengo la certeza de que más adelante te vas a arrepentir…!

Dicho eso se levantó y se marchó… Olivia, aunque quiso ser discreta, pudo sentir la tensión que hubo en toda la conversación de los dos hombres. Se notaba claramente, que estaban discutiendo, y se preguntaba qué pasaría entre ellos, además de que sería lo que quería hablarle Ángelus, que al final se fue sin despedirse…

Se acercó con cautela a Alexandros que se había quedado mirando un punto fijo sin percatarse de su presencia, ella por algún motivo que desconocía, se inquietaba cuando él estaba así… Desvió su camino, y decidió cerrar la pastelería, para ofrecerle tranquilidad, que parecía la necesitaba bastante…

Volvió al mostrador, abrió la caja registradora, y sacó efectivo para pagarle a la chica, ya que le correspondía…

. – Ve a casa Josi – Le dijo con una sonrisa – Por hoy es suficiente… - La chica asintió sonriendo contenta de salir un poco antes de la hora, tomó el dinero y se fue… Olivia entonces fue hasta el área de la cocina y se puso a recoger algunas cosas para darle su espacio a Alexandros…

Él, allí donde había quedado solo con sus pensamientos, estaba empeñado en liberarse de la carga del pasado, y seguía convencido de que solo lo lograría cuando cumpliera su venganza contra Olivia Hamilton. Sabía que no sería fácil, porque como fuera, ella ocupaba ya parte de sus pensamientos… miró hacia donde antes la había reparado, y no la vio, igual que a nadie más, notó también que el letrero había cambiado, anunciando que el lugar estaba cerrado.

Entonces se levantó y caminó hasta la cocina donde la vio concentrada lavando algunos trastos… la detalló completamente, inevitable no hacerlo, su postura, su semblante, sus movimientos, sus gestos… concluyó que era hermosa físicamente, solo de ese modo… hermosa, y sabía muy bien cómo utilizar ese don a su favor. Rememoró entonces, todo lo que le dijo el ruso, todo lo que él ha ido descubriendo, miró hacia el estante, luego a ella nuevamente… allí parada, sencilla y hermosa, desatendida de su inquisición, “Nadie diría que eres el propio gánster Olivia Hamilton…”

Decidió acercarse a ella y tomarla inadvertidamente por la cintura, movimiento que la sobresaltó, pero que ignoró al voltearla hacia él y besarla al principio con dureza, un beso exigente, pero que, ante su queja, suavizó el contacto, recibiendo de inmediato su rendición…

Ambos se besaron con pasión desmedida, aumentando con ese insaciable contacto, la temperatura corporal de sus cuerpos al mismo nivel, Alexandros la levantó y sentó en el mesón mientras se adentraba entre sus piernas para un mejor contacto, logrando que sintiera la potente y furiosa excitación que experimentaba por ella. Ambos jadearon ante el contacto, Alexandros separó sus labios y comenzó a besar su cuello de una forma tan exquisita, mientras sus manos se adentraban por su blusa para tocar su cuerpo de una forma más íntima, y arrebatadoramente sensual, que doblegó completamente las preocupaciones de Olivia…

. – Mmmm – Suspiró ante su divino tacto – Estas muy caliente… - Susurró

. - Es como te gusta ¿No? - preguntó ronco, dominado por la excitación y el deseo.

. – Si… así es… así es… como… me gustas Alexandros

Él reclamó sus labios nuevamente… luego volvió a su cuello…

. – Te deseo… – le susurró en el oído – Te deseo ahora…

Ella tomó su rostro, acarició su barba, lo beso y del mismo modo le susurró…

. – Y yo te necesito… - Bajo del mesón, tomó su mano y lo guio arriba hasta su apartamento…

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