Cómo engañar al subconsciente, Alexandros continuaba con su ardua tarea de ocultar su verdadera atracción hacia la causante de sus penas, creyendo fingir lo que ya existía en él… en su mente y su corazón se repetía a sí mismo que debía seguir siendo fuerte, que no podía permitir que sus pasiones salieran a la luz. Pero cada vez que se encontraba cerca de ella, su subconsciente lo traicionaba.
A veces sonreía de manera involuntaria cuando ella hablaba, y sus ojos brillaban al verla…
. – ¿Me estas escuchando Alexandros? - Le preguntaba Olivia mientras le explicaba la preparación del postre que él ahora comía, pero su voz era tan suave y apasionada que él estaba embelesado. Reaccionando ante su evidente encanto…
. – ¡Si, por supuesto! – Respondió con firmeza, mientras se regañaba por enésima vez “No puedo permitir que esto suceda”
. - ¿Te preocupa algo? – Esa pregunta fue su oportunidad para romper la tención ante la dureza de su respuesta, y adentrarse al tema que lo llevó allí…
. – La verdad es que sí… - Ella lo invitó con su mirada a continuar – Hay muchos comentarios inapropiados sobre nosotros, pero especialmente sobre ti…
Era cierto, y ella como mujer era la que se veía más perjudicada…
. – ¿Y por qué eso te está preocupando?
Él la miró sorprendido ante su evidente desinterés, y lo estaba, porque, aunque ella en el pueblo siempre ha tratado de vivir en un bajo perfil, la gente aun así habla.
. – No me gustan los chismes… - Sentenció Alexandros.
. – Pues eso son, chismes, no tenemos por qué darle importancia – Ella levantó su hombro a medida que hablaba y comía su postre - Eres el nuevo del pueblo, ellos necesitan con que entretenerse, ya a mí me tocó… ¡Y tuve desventaja, porque había más desempleados! – Sonrió, él también al entender su broma…
. – Pero aún siguen hablando… - Ella volvió a elevar los hombros en señal de que seguía sin importarle…
. – En su tiempo el que pierden… - Señaló sin más…
. – Podrías demandarlos por difamación – Propuso aprovechando para adentrarse en el tema…
. – Eso no procedería – Él la miró con interés y ella continuo sin imaginar la intención de su conversación – A mi realmente no me están perjudicando, ellos se están creando sus propias novelas, ¿Qué están diciendo? ¿Qué tú y yo tenemos una relación? ¿Qué somos amantes? Creo que parecemos amantes – Soltó sonriendo picara y guiñándole el ojo - ¿A ti eso te molesta? – Él negó - ¿Entonces? Además, la difamación se produce cuando una persona hace una declaración falsa con el fin de dañar la reputación de otra, y no es lo que ellos están haciendo, solo están especulando, no hay ni difamación escrita, ni difamación verbal… No tengo ningún motivo para demandarlos ¡Y eso sin contar que de tenerlo, tendría que demandar a todo el pueblo!
Hizo un gesto gracioso de que eso sería muy estresante…
. – ¡Vaya! - Exclamó ante toda su retórica - ¿Me puedes explicar eso de difamación escrita y difamación verbal? – Él seguía empeñado en querer hacerla delatarse sola con sus conocimientos legales… - ¡Pensé que difamación era difamación y ya!
. – Jajaja, no, y ¿Qué pretendes? – Le preguntó con evidente curiosidad - ¿Demandarlos tú? – Él levantó los hombros sonriendo con intriga, y ella también sonrió sin pensar mal, porque además era un tema que le apasionaba – Pues, se consideran dos tipos de difamación, la escrita, que se denomina calumnia, y es la imputación de un delito hecho a sabiendas de su falsedad – Alexandros asintió para que ella continuara – Y la difamación verbal, por su parte, se llama injuria, que no es más, que una ofensa, normalmente de palabra que lesiona la dignidad de otra persona, menoscabando su fama o atentando contra su propia estigma… - El levantó las cejas demostrando impresión – Uju… ¡No por nada, insisto en decirte, que lo de esta gente es pura cotilla, son como dijera mi abuela, faranduleros de bajo nivel! – Su sonrisa se hizo más amplia al mencionar a su abuela…
. – Vaya, hablas como toda una abogada – Ella de insofacto dejó de sonreír, y tomó su bebida para luego mirarlo palpablemente incomoda, reprochándose que quizás había hablado demasiado – O maestra, si maestra mejor… ¿Eres alguna de las dos?
“Conmigo no vas a poder mantener tu falsa por mucho tiempo”, se decía Alexandros mirándola fijamente en espera de su respuesta…
. – Umh… ninguna de los dos, yo soy una simple pastelera, solo que me gusta ilustrarme ¡El conocimiento es poder recuerda…! - Le dijo con excesiva efusividad intentando convencerlo…
Sus falsas palabras perforaron el escudo de ira de Alexandros, que la miró y sus ojos brillaron de una manera peligrosa, mientras pensaba, como la verdad y la mentira se mezclaban en cada palabra que ella pronunciaba. Trato de controlar su ira interior, quería gritarle que era una mentirosa, y hacerla de una vez pagar por todo lo que le había arrebatado. Pero en lugar de eso, le sonrió de vuelta…
. – De todos modos, hubieses sido buena en cualquiera de las dos… - Ella pasó la lengua por sus labios para humedecerlos, pues se le habían resecados por la presión que sintió por un breve momento, y el volvió a bajar la guardia, a sentir confusión, cuando su subconsciente lo hizo sentir nervioso recordándole cuanto le gustaban sus labios…
“Lo que voy a hacer, lo hago por el papel que estoy representando, solo por eso” se decía mentalmente justificándose mientras se acercaba a ella para besarla…
. – Esto es incómodo – le dijo con voz ronca tendiéndole la mano para levantarla de su asiento, porque la mesa era un obstáculo innecesario en ese momento, ella mordió su labio y permitió que él hiciera lo que pretendía… Ya de pie, se besaron, solo estaban ellos dos, ya que la tienda estaba cerrada… Alexandros la acercó más a su cuerpo, y a pesar de que sabía que no debía, la besó con anhelo, con deseo, mientras tanto ella le respondía con la misma necesidad, y eso lo inquietaba más ¿Cómo podría engañar a su subconsciente, si cada fibra de su ser anhelaba estar con ella así, hacerla suya? Él no creía poder ser capaz de controlar su propia voluntad.
. – Mmmm Alexandros… – Susurró ella agitada cuando se separaron para tomar aire y él se dedicó a besar su cuello – Si continuamos así terminaremos siendo amantes… - Continuo jadeante…
El la miró con su usual mezcla de preocupación y confusión, cuando se daba cuenta que los contactos con ella los estaba disfrutando más de lo normal… Olivia sintió como él se retraía y se separó ocupándose en recoger los platos y vasos de la mesa… ella pensó que lo que había dicho de ser amantes lo había ofendido, ¿Pero acaso no era eso lo que él quería? Sus besos, su contacto, su tacto y su mirada se lo hacían ver, entonces ¿Por qué siempre que terminaban en esto él luego actuaba como si hubiese cometido un pecado?
Así se sentía él, un pecador además de traidor… “Lo acepto, no puedo negar lo que siento por ti, pero no puedo evitar la culpa que me consume, tú eres pecado, tragedia y condena, tu sola mención ofende a mi familia, el pasado que nos une y nos separa es despiadado por tu culpa” eran las condenas que retumbaban en la mente de Alexandros.
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Comments
Yura Ran
Excelente tema en este capitulo toda una cátedra de conocimiento del tema tratado La difamación de un ser humano siendo inocente. muy bueno. /Ok/
2024-02-23
4
Marysim R de Monasterios 🇻🇪
Estás recibiendo tu propio castigo todo por no hacerle caso a tu primo y averiguar primero 🙄🇻🇪
2024-02-18
1
Armando Bautista
Estoy de acuerdo, aceptó el reto de jugar con fuego 🔥 y se va a quemar...
2024-01-31
2