CAPÍTULO XII CUMPLIR CON LO QUE SE TENGA QUE HACER…

Enfrentar a Olivia esa misma noche,era lo que Alexandro habría querido , pero optó por calmarse y concentrarse en derrumbar el imperio que ella ha logrado en el pueblo, según él, gracias al dinero mal habido que había ganado por su mal proceder en el ejercicio de su carrera.

También había decidido que su plan de destruirla emocionalmente, continuaba en marcha. “Sé que ya sientes algo por mí, haré que lo digas y luego pisotearé tus sentimientos, si es que realmente tienes, te acabaré, mental, económica y emocionalmente” Sentenció, recordando aquella imagen de su hermano, fue el día que lo condenaron por ese delito que él no cometió, resopló de ira de solo recordarlo…

Ahora se encontraba fuera de la pastelería, para su sorpresa Olivia no estaba en el mostrador como siempre que él llegaba…

. – Hola… – Dijo a la chica mientras la buscaba con la mirada, por lo que la muchacha se sonrió…

. - Está allí en la cocina – Le dijo señalando la puerta e invitándole a seguir, ella como todo el pueblo suponía que ya ellos eran pareja…

Alexandro le sonrió y siguió el camino que ella le indicaba, al llegar de manera sigilosa a propósito, para tomarla desprevenida, miró con asombro lo que ella hacía… Olivia, en ese momento, estaba guardando mucho dinero en efectivo en una caja, que luego golpeó con gesto de satisfacción.

Lo estaba, pensaba que pronto podría retomar su verdadera identidad que sentía que estaba usurpando su vida, limitándola de ser feliz nuevamente. Se sentía ilusionada con Alexandros y quería ser sincera con él, no quería negar más su pasado, ya no se culpaba, ni sentía miedo. Estaba con otros ánimos, se sentía renovada, y eso ha sido así desde la llegada de ese griego que tenía conquistado su corazón. Su sonrisa era magnifica mientras pensaba en él…

Sin embargo, para Alexandro esa escena representaba algo más, de lo que realmente era para ella. De hecho, él lo veía como una vulgar escena de un capo ocultando sus ganancias, y pensaba en qué estaría metida ella ahora, “Es posible que te hayas aliado a algún mafioso con los que has sido vinculada, tal vez le quedó gustando, por eso Tu nueva identidad, quizás, seas la patrona de esta zona” los pensamientos de Alexandro comenzaron a divagar.

Pero, ese dinero, no podía tratarse de lo que le generaba la pastelería, a pesar de que siempre había movimiento de consumo. Eso era mucho dinero y en billetes de alta denominación, además, ¿Por qué tenerlo allí y no en el banco? Observó que había otras cajas parecidas en ese estante donde ella estaba parada. Todas esas preguntas tuvieron sus respuestas, remitiendo su veredicto de una vez…

. – Mónica… – Ella saltó en su lugar de la impresión que recibió al escuchar su voz, lo miró con la mano en el pecho, preguntándose si acababa de llegar o había visto algo más…

. – Cielos Alexandro… - Dijo mientras colocaba la caja en el estante y lo cerraba con llave, misma que guardó en su bolsillo, dándole para él, más misterio a su accionar – ¡Me asustaste!

. - ¿Por qué? – Le preguntó con la intención de escuchar la excusa que le daría, ella lo miró algo inquieta - ¿Qué haces? – la continúo cuestionando…

. – Oh, pues - Se pasó la mano por el cabello y apretó un poco la cola que llevaba - Organizando un poco aquí – Le sonrió – Hoy fue día de abastecer, ven… - Lo tomó de la mano y literalmente lo arrastró fuera de allí, a una mesa – Siéntate ¿Quieres tomar algo?

Él solo la miraba, convencido de lo buena actriz que ella era. Ahora tenía la certeza de que algo más ocultaba…

. – Un café gracias – Le respondió demasiado serio.

. - ¿Pasa algo? Estas muy serio – Le preguntó, examinándolo con la mirada, mientras le hacía seña a la chica del mostrador – Tráenos dos café y una porción de chessecake por favor ¿Deseas verdad? – Le preguntó, aunque ya sabía que era su favorita, él asintió y ella sonrió – ¿Problemas en la fábrica?

. – ¿Por qué lo preguntas?

. – Como te digo, estas muy serio – le volvió a comentar.

. – ¿Tibio? – Quiso bromear para que se le apaciguara el enojo…

. – Jajaja – Su risa resonó por el local, y él no pudo evitar quedar deslumbrado – Pues sí… No es difícil notarlo y…

. – Y te gusta más cuando estoy caliente… - Susurró seductoramente, terminando por ella, haciéndola sonrojar por el doble sentido que les inyectó a sus palabras.

. - Ummh, tú a veces estas como decía mi abuela; ¡Un día por la cabeza y otro por los pies! - Ella sonrió - Por eso eres difícil de descifrar…

Él levantó una ceja mientras sonreía con picardía

. - ¿Estas intentando descifrarme ahora?

. – Ummh, no eres un libro abierto precisamente… ¡Pero algo dejas ver!

. – Tampoco lo eres tú… - La acusó - No ha sido fácil descifrarte a ti, y si no dices nada menos… - Su tono de reproche fue imposible de evitar…

. – Se supone que no debo decirte nada, sino que tu debes conocerme tal como soy, lo demás son situaciones que después se pueden develar…

. – A veces no es necesario decir nada, al pasajero se le conoce por su equipaje…

. – No siempre – lo contradijo - Es cierto que hay situaciones que influyen en tu forma de ser, pero no necesariamente definen tu personalidad!

Alexandro reflexionó sobre las palabras de Olivia, él siempre ha creído que las experiencias pasadas y las situaciones difíciles moldean a una persona, ahora con lo que ella decía, comenzaba a cuestionar esa visión… pensaba que definitivamente ella era demasiado inteligente y hábil para confundir a las personas, y seguía preguntándose si lograría terminar de descubrir lo que se ocultaba detrás de su mascara…

. – Ósea que, en mi camino a conocerte, ¿No me encontraré en un laberinto de secretos y mentiras?

. – ¿Buscas conocerme a mí, o descubrir mis secretos? Porque secretos tengo para ofrecer, al igual que tu supongo, pero particularmente a mí, no es eso lo que me interesa de ti – Le dijo suavemente – ¡A mí me gustas tú! – Termino con sinceridad, dejándolo seducido mientras le sonreía con extrema dulzura, y su sonrisa se amplió más cuando lo vio sonrojarse, lo que le produjo un profundo deseo de abrazarlo y hasta besarlo.

Entre tanto, Alexandro trataba de superar la emoción que sintió cuando sus palabras resonaron en su corazón… ¡Estaba completamente aturdido!

. - ¿Qué fue lo que dijiste? – Le preguntó aun desorientado… definitivamente ella sabía cómo hacer las cosas, se supone que era él quien la tenía que desequilibrar emocionalmente, ¡No ella a él!

. – Dije… que mi interés es en ti, y va más allá de simples curiosidades o secretos – Tomó su mano – Me interesas como persona, y quiero conocerte en un nivel más profundo – Mordió su labio y lo miró directo a los ojos, él quedó prendado de su mirada, que hasta ahora detallaba lo brillante y hermoso que eran sus ojos grises – Me gustas por quién eres, no por lo que puedas ocultar Alexandro…

A pesar de su embeleso, del que le costaba salir, él se negaba a caer en su juego perverso de querer convencerlo de restarle importancia al hecho de que tenía muchos secretos oscuros, y vivía bajo una falsa fachada…

. – Eso fue una declaración… - Afirmo, en tanto ella sonreía por su evidente comentario, pero lo miraba con ansiedad - Y me gustó… - Ella con alivio, le dedicó una sonrisa aún más cálida y sincera cuando el presionó su mano – Tu también me gustas mucho Mónica...

Aunque realmente era así, su declaración tenía otro propósito oculto que lo iba a llevar más lejos en el engaño donde se estaba adentrando…

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***