Linne: El Legado Del Clan Fénix
La sala de reuniones de la familia Fenix era un lugar imponente y solemne, donde se respiraba el aire de la tradición y el poder. En la habitación se encontraban reunidos los miembros más ancianos y varones de la familia, los que ostentaban los cargos más importantes y los que tomaban las decisiones más trascendentales. Eran unos diez hombres, todos vestidos con trajes oscuros y elegantes, con rostros severos y adustos. Estaban sentados alrededor de una enorme mesa de caoba, sobre la que había un mantel blanco, una jarra de agua, unos vasos y unos papeles. En las paredes había retratos de sus antepasados, con marcos dorados y expresiones altivas. En una de las esquinas había una chimenea, donde ardía un fuego que daba un poco de calor a la estancia. En otra esquina había una puerta que comunicaba con el resto de la mansión.
La reunión había comenzado hacía una hora, y los temas que se estaban tratando eran de vital importancia para la familia, como lo que pasaría con el próximo heredero. Rhys, el elegido para liderar las próximas generaciones estaba sentado en un sofá que se encontraba en una de las esquinas de esa habitación, solo se había dedicado a leer una revista, ignorando por completo su entorno. No le interesaba participar en las discusiones familiares.
De repente, la puerta se abrió con un golpe, y por ella entró un hombre bastante apuesto de cabello oscuro y ojos marrones. Por su apariencia, su edad rondaba entre los 35 y 40 años. Detrás de él, venía un chico, con los mismos rasgos faciales, solo que él era albino, con cabello blanco y ojos color plata. Era evidente que se trataba de su hijo, aunque nadie lo conocía. La entrada del hombre y el niño causó un gran revuelo en la sala de reuniones. Los demás hombres se quedaron en silencio, mirándolos con sorpresa, con indignación, con desprecio. Algunos se levantaron de sus asientos, otros se quedaron sentados, pero todos mostraron su malestar y su rechazo.
Buenas tardes, señores - dijo el hombre apuesto, con una sonrisa arrogante y una voz firme.
¿Qué estás haciendo, Gabriel? - le preguntó uno de los hombres, cuestionándolo por su interrupción imprevista. Era el tío de Rhys, y el segundo al mando de la familia.
_ ¿Quién es ese joven? - preguntó otro, señalando al niño con desdén.
Este es mi hijo… - pronunció Gabriel, muy confiado, esperando unos segundos, como si estuviera pensando su nombre, antes de decirlo - Azrael. Ayuda de Dios.
¿Cómo te atreves? - gritó enojado otro, levantándose de su asiento y golpeando la mesa con su puño. - Es la segunda vez que pones un nombre muy pretencioso a uno de tus hijos. Las dos primeras fueron una decepción. - Se refería a las otras dos hijas de Gabriel, que habían sido expulsados desde una temprana edad de la familia por no cumplir con las expectativas.
Acabo de conocerlo. Resulta que una mujer con la que salía antes quedó embarazada de él y decidió criarlo sola. Parece que no podía seguir haciéndose cargo de él cuando empezó a manifestarse. Es por eso que estoy aquí hoy, para pedirles que eduquen a mi hijo como uno de los candidatos a sucesores. - Explicó Gabriel, sin inmutarse por las reacciones de los demás.
Rhys dejó caer la revista, agarrándolo por sorpresa sus palabras. No podía creer lo que estaba escuchando. ¿Gabriel quería que su hijo fuera el próximo líder de la familia? ¿Qué se traía entre manos?
Otro hombre comenzó a reír a carcajadas al escucharlo. Sigues siendo demasiado pretencioso, haciendo cosas que no debes hacer, como entrar con alguien que ni siquiera es reconocido por la familia a este lugar, y ahora también pides que de la nada le demos un puesto como heredero, sin siquiera conocer sus capacidades. ¿Solo porque eres el que maneja todas nuestras finanzas crees que tienes derecho a romper nuestras reglas? - Le dijo, burlándose de él.
Sé que esto no está bien, pero tan pronto descubrí lo que puede hacer, me di cuenta de que el asiento directamente puede ser suyo. Es todo lo que hemos estado buscando por años, el candidato a sucesor sombra. Puede que sus habilidades hoy no sean nada extraordinarias, dado que vivió como un normal toda su vida, pero estoy seguro de que puede mejorar si empieza su entrenamiento hoy mismo. - Respondió Gabriel, con una mirada desafiante y una voz convincente.
¿Te das cuenta de lo que estás diciendo? ¿Puedes hacerte cargo de tus palabras? - Dijo el más anciano de la sala, que se encontraba en la punta de la mesa. El actual líder de la familia. Su voz era grave y autoritaria, y su mirada era penetrante y severa.
_Sí. - Respondió Gabriel, muy firme, sin bajar la vista.
_Rhys, retírate ahora mismo. - Ordenó el anciano.
Sin objetar, Rhys hizo una reverencia para despedirse y se movió hacia la puerta, pasando por al lado de Gabriel, y deteniendo su mirada furtiva en Azrael, haciendo que este se sintiera completamente nervioso. El chico le devolvió la mirada, con una mezcla de tristeza y anhelo. Cuando Rhys salió del lugar, cerró la puerta tras de sí, dejando a Gabriel y a su hijo frente al resto de la familia, que los miraban con hostilidad y recelo. La reunión estaba a punto de ponerse más tensa e interesante.
_Quiero ver las pruebas, que tan contundentes pueden ser para que menciones al heredero sombra justo en frente de Rhys. Que insolente eres - le recalcó el anciano, con un tono de reproche y autoridad.
Con gusto - dijo Gabriel, con una sonrisa en su rostro, y procedió a sacar una daga del costado de su cinturón.
¿Qué harás con eso? - señaló uno, preocupado, al ver el arma brillante en la mano de Gabriel.
_Verán, mi hijo hace unos días cumplió 18 y según un sueño que tuvo, una voz le había dicho que su tiempo se había detenido y junto a eso ella… digo, él experimentó muchos cambios, entre ellos su cabello había empezado a crecer sin parar y lo otro es… - Gabriel estiró su mano boca abajo para que su hijo hiciera el mismo gesto, apoyándose por él. Una vez el joven colocó su mano sobre la de su padre, este procedió a hacer un gran corte en su palma, provocando un pequeño gesto de dolor por parte de su hijo.
Todos se quedaron pasmados en la sala al ver cómo la sangre empezó a caer en forma de gotas, y en segundos el sangrado se detuvo y la herida empezó a sanar, sin dejar ninguna cicatriz - No es la habilidad de sanación… esto es su capacidad de auto curarse como un ser inmortal, nada podrá matarlo, ni envejecerá como su sueño le señalo su tiempo se ha detenido, y sobre qué poder le tocó, aún no sabría decirlo bien, por eso quiero que inicie su entrenamiento, para ver qué poder desarrollará. También necesito que le den acceso a la biblioteca…
_Eso sí que no - saltó uno, negándose rotundamente - No cualquiera puede ingresar a ese lugar.
Las voces de todos empezaron a oírse al mismo tiempo, generando un completo caos que dificultaba entender lo que estaban diciendo.
_Orden, orden - alzó la voz el anciano, imponiéndose sobre todos los murmullos, haciendo que estos se detuvieran de una vez - Vamos poco a poco, nosotros mismos probaremos si Azrael es el candidato para ser el heredero sombra y si las capacidades lo preceden, veremos si le permitiremos el acceso a la biblioteca secreta. Niño, puedes salir, hablaremos con tu padre a partir de ahora, espéralo afuera.
Al salir, Azrael se apoyó por la pared más cercana a la puerta, levantando su cabeza hacia el cielo y cerrando los ojos, dejó salir un suspiro enorme de alivio, como si no hubiera podido respirar por mucho tiempo.
_Eso sí que es una gran primera impresión - dijo Rhys, acercándose sin previo aviso, sorprendiendo a Azrael.
La primera impresión para mí ya está sobrevalorada - le respondió Azrael, sin perder la apariencia de tranquilidad.
¿Por qué dices eso? - preguntó Rhys, algo confundido.
_Nada… olvida lo que dije - contestó Azrael, evitando dar más explicaciones.
_Hay algo mal, pareces triste por alguna razón - observó Rhys, con una mirada inquisitiva.
_Hay muchas cosas que están mal, pero supongo que no me queda de otra que caminar - dijo Azrael, con resignación.
_Ni que lo digas - dijo Rhys, mientras extendía su brazo derecho para hacer un saludo de apretón de manos - Me presento, hola, soy Rhys y soy la persona a quien intentas robar el asiento, apareciendo de la nada.
_Te equivocas - dijo Azrael, mirando desconfiado la mano de Rhys - El asiento que voy a tomar siempre estuvo libre - sonrió levemente, al saber lo que Rhys quería hacer al tocarlo, sin más le aceptó el saludo, esperando ansiosamente para ver su cara cuando este no pudiera ver nada…
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Comments
Yelsin Yels
Un muy buen inicio
2024-01-17
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