Capitulo 5

Me encontraba sentada en el inmenso campo de entrenamiento que había dentro del clan, descansando bajo la sombra de un árbol, observando la pista de atletismo. “¡¿Por qué corren sin remera?! ¡¿Solo hay chicos en este lugar? Pensé que, al menos, podría ver a Ally, pero esto es demasiado. ¿Cuál es la necesidad de estar en cuero?” me quejaba para mis adentros, abrazando mis piernas flexionadas, con un brazo las sujeté a la altura de mis rodillas, para mantenerlas arriba, con el otro cubrí mi rostro, extendiendo los dedos con la intención de dejar pequeños agujeros para seguir mirando. Mi moral estaba en una batalla campal entre el bien y el mal. No sé cómo podré superar esta difícil prueba  pronuncié en voz alta.

La mayoría de los chicos que se encontraban corriendo parecían tener más o menos mi edad. Todos ellos tenían una apariencia sobrehumana, como si su piel les brillara, aunque creo que eso era más producto de mi mente que de la realidad. Pero el sudor que recorría sus dorsos marcados dejaba volar mi imaginación. “No es que sea una pervertida, pero es que es imposible no emocionarme con tal paisaje” pensé para mí misma, tratando de autoconvencerme.

_Te pedí que iniciaras con el calentamiento alzó la voz Rhys. No me había percatado del momento en que él se había acercado. Ahora él estaba justo enfrente de mí, parado con los brazos cruzados a la altura de su pecho, mirándome con desaprobación. ¿Qué haces aún en el suelo? gritó con voz firme, para que me levantara. De un salto me enderecé, quedando enfrentada a él, muy cerca. Aunque mi cabeza le llegaba a la barbilla, no pude verlo directo a los ojos. Ahora empieza a correr alrededor de la pista, 20 vueltas. ¿Qué estás mirando? ¿Tengo algo en el cuello? _dijo Rhys, burlándose de mi estatura.

Sin más, me dirigí hacia la pista y, de camino, noté que los chicos que estaban entrenando se habían detenido y miraban absortos a Rhys, como si nunca hubieran conocido ese lado de él. Yo tampoco lo conocía. No había logrado completar ni 10 vueltas cuando me desvanecí en el suelo, sin poder mover ni un solo músculo de mi cuerpo. Los que estaban corriendo se detuvieron para rodearme. “Están demasiado cerca” pensé, sintiéndome muy nerviosa. Ser el centro de atención nunca fue mi fuerte. “Solo sigan corriendo” imploré para mis adentros, mientras me cubría el rostro con ambas manos, avergonzada. Aparte, seguía sin ayudar que esos chicos estuvieran semidesnudos. El impulso de querer tocarlos solo por mera curiosidad era irresistible. “Quizás, si me levanto y los empujo un poco con mis manos para pedirles espacio” empecé a idear un plan. “Tonta, ni siquiera podrías tocarlos sin que tus manos tiemblen. No puedo creer que por un momento pensaras que eso podría ser posible” me reproché a mí misma.

_¿Estás bien? preguntó uno.

Parece que tiene un golpe de calor, su rostro está demasiado rojo _opinó otro.

_Escuché que los albinos son muy sensibles al sol dedujo uno.

Rhys se acercó al lugar, abriéndose paso los que me rodeaban. ¿Qué creen que hacen? se enfureció Rhys. ¿Esta es la hora del té? ¿Cuándo les dije que podían detenerse?

_Nosotros no tenemos problemas en seguir se pronunció uno, hablando por todos. ¿Pero no crees que estás siendo demasiado duro con el nuevo? De lejos se nota que su cuerpo no está en condiciones. Su entrenamiento debería ser gradual.

_¿Me estás diciendo a mí cómo debo hacer esto? _le cuestionó Rhys, dándole una oportunidad de retractarse.

Los demás intentaron taparle la boca para que se callara, pero aun así él se logró librar para seguir hablando. _Sí, no entiendo qué te pasa, pero esto parece personal. Mira sus brazos _señaló mi cuerpo. Mira sus piernas, parece una chica, ni músculos tiene. Todo entrenamiento debe ser gradual para personas como él.

¿Para personas como él? pronunció Rhys, sarcásticamente, riendo entre dientes, mientras se cruzaba de brazos. ¿Personas como él? _repitió. _Zion, ¿crees que somos personas normales? Estamos más cerca de ser dioses que simples mortales. Alguna vez fui demasiado fácil con sus entrenamientos.

_Es diferente, llevamos haciendo esto desde que somos pequeños. Solo digo que alguien que está fuera de forma no puede rendir lo mismo que nosotros. Podemos ser diferentes a lo normal, pero una cosa no quita la otra. Una persona no atlética no dejará de serlo de la noche a la mañana.

Me levanté de un salto, interrumpiendo a Rhys antes de que revelara mi secreto. Mi padre me había advertido que mi rol debía ser oculto, y no podía permitir que lo divulgara. Ya descansé, ya puedo continuar, no se preocupen dije, tratando de disimular. Al pasar junto a Rhys, le susurré al oído: _ No puedes divulgar nada sobre lo que alcanzaste a escuchar en esa reunión. Luego, me puse a correr de nuevo, seguida por los demás. Zion se acercó a mi lado y me dijo: Te apoyaremos, solo ve a tu ritmo y sé constante, así no te cansarás rápido.

No es necesario que se preocupen le respondí, sin mirarlo.

¿Estás ofendido? me preguntó, con curiosidad.

¿Por qué motivo lo estaría? le contesté, con indiferencia.

¿No hirió tu orgullo lo que dije antes sobre que eres muy débil? me recordó, con picardía.

"¿Mi orgullo? Casi olvidaba lo poco complejo que son algunos hombres" pensé, con ironía.

Me disculpo, no era esa mi intención dijo Zion

Sé lo que hacías, no necesitas preocuparte por cosas pequeñas y dejemos de hablar ya, que me quedo sin aire y aún me faltan diez vueltas le dije, cambiando de tema. ¿Por cierto, hay alguien aquí que tenga como poder de hacer un escudo? Es que creo que así evitaré quemarme por el sol... le pregunté, mirando el cielo despejado.

No creo, pero creo que hay una forma de arreglarlo - me dijo, con una sonrisa misteriosa. Zion dirigió su mirada hacia el cielo, y yo seguí corriendo, dejándolo atrás. Escuché unos murmullos mientras me alejaba. - ¿Qué haces? - le preguntó alguien. - No lo hagas - le advirtió otro.

Me detuve en seco y giré hacia él, llamada por la curiosidad de lo que estaba haciendo. Él parecía concentrado en el cielo. Extendió su mano derecha, tratando de sentir el aire, Luego cerró el puño. Entonces, algo ocurrió. Una ráfaga de viento surgió de la nada, agitando el pelo y la ropa de Zion y los demás. Algunos se sobresaltaron y miraron a su alrededor, buscando el origen de la brisa. Otros se alegraron y respiraron aliviados. El viento se hizo más fuerte y constante, y empezó a arrastrar el vapor de agua que había en el aire. El vapor se fue acumulando y condensando, formando nubes blancas y esponjosas. Las nubes se fueron juntando y oscureciendo, cubriendo el sol y proyectando una sombra sobre toda la ciudad. La lluvia empezó a caer sobre la pista. Sonreí al darme cuenta de que alguien había creado un día nublado solo para mí. Los chicos empezaron a festejar debido al baño refrescante que recibieron después de haber estado sudando tanto en ese día extremadamente caluroso. Como si hubiéramos recuperado nuestras energías, todos retomamos el recorrido.

Más populares

Comments

Yelsin Yels

Yelsin Yels

Me gusta mucho

2024-02-01

0

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play