Capitulo 12

—Sí, porque invité a mis amigas para que vinieran, no llamé a ningún chico. —se burló.

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Azrael dejó escapar una carcajada, escupiendo el sorbo que acababa de tomar.

—Al final vos me estas tomando el pelo_ se quejó Zion

—Jaja, no, es solo que me sorprende que no te moleste la idea de que los rumores pudiesen ser ciertos.

—Debo apoyarte, después de todo eres mi amigo.

—¿Y qué tal si me gustas tú?

—Bueno, es entendible, soy muy seductor, y aunque me gustaría sacrificarme por tu felicidad, no quiero arriesgar nuestra amistad —dijo con una sonrisa pícara—. Bueno, dejemos el juego. ¿Es en serio lo que me dices?

—No lo sé, podría estar un 90% seguro de que soy heterosexual —dijo Azrael mientras ladeaba su cabeza hacia un costado y se acariciaba la barbilla pensando… _"Aunque si me gustan los hombres, después de todo se supone que soy una chica " _razono dejando salir una sutil sonrisa.

—¿Y el otro 10%?

—Lo apostaría a que simplemente cuando alguien me guste no me importaría quién sea o cómo sea, simplemente me dejaría llevar por ese sentimiento y lo daría todo.

—Eres muy romántico. ¿Por qué no eres mujer? —se lamentó—. Apuesto a que si fueras mujer serías la chica ideal para mí, la que tanto he estado buscando.

—Ja… ja —se rió incómodamente y tomó otro sorbo de su bebida.

Los ojos de Azrael se abrieron de par en par cuando vio a Aris entrar por la puerta principal, la pudo reconocer a lo lejos por su brillante cabellera rojiza.

—Ya te terminaste la botella —observó sorprendido Zion—. A este ritmo me dejarás pobre muy rápido —se quejó.

“Antes con solo un vaso me hubiera quedado borracha, ahora creo que necesitaría mucho más para eso…” —pensó sin quitar de vista a Aris.

—Si la miras así la ojearás —dijo Zion dándose cuenta—. No te preocupes, su grupo vendrá a sentarse con nosotros, pero ten cuidado, esa es la mujer más peligrosa de todas.

—¿Qué dijiste, ella vendrá aquí? —se alteró.

—Sí, no te pongas nervioso. Me alegro de que por lo menos no sea una pérdida de tiempo el haber venido, ya me preocupaba que ninguna te guste.

—No me gusta, no digas nada estúpido —le advirtió.

—Sí, sí. Soy una tumba —se burló.

Azrael se golpeó la frente al darse cuenta de que nunca debió seguirlo. —Será una noche complicada —susurró e internamente se preguntó: “¿No estará Zion al tanto de que Aris es de la organización enemiga?”

—Bienvenidas —dijo Zion cuando las chicas llegaron a la mesa—. Siéntense.

Aris rápidamente se hizo lugar al lado de Azrael y dijo con una sonrisa: —¿Y él quién es?

—Él es Azrael, acaba de entrar a la familia.

—Su aspecto es bastante peculiar, nunca había conocido a un albino, además es bastante atractivo —dijo Aris a su vez que le tocaba el cabello

Azrael permanecía estático sin saber cómo actuar. “La primera vez que me conoció como Linne me trató mal, pero es diferente ahora que soy un hombre” —pensó Azrael.

—Parece muy inocente… me gusta, es lindo… —dijo con ternura Aris.

—Siempre eres demasiado rápida —Menciono Zion con recelo, algo le empezó a molestar en su interior al ver la forma en la que Aris se acercaba a Azrael, pero no lograba entender qué era—. Deberían presentarse primero por lo menos.

—Yo soy Aris y ella —señaló a la chica que se había sentado cerca de Zion— es Milagros y la que está a su lado Keila.

—Mucho gusto — hablo Keila—. Conocemos a Zion desde hace más de un año —le explicó a Azrael.

—Le gusta andar por estos lugares, por eso ninguna chica lo toma en serio, ni nosotros creemos que él quiera algo serio —reveló Milagros—. No deberías seguir su ejemplo, parece uno de esos chicos buenos.

—¡Oye! _ se ofendió Zion

—No entiendo por qué me evitas la mirada —se quejó Keila buscando llamar la atención de Azrael.

“Está buscando seducirme con su mirada, te he visto en acción niña, hasta una mujer sedería. No, en esa no voy a caer o me harás dudar de mi propia existencia” —pensó Azrael.

—Mi amigo es muy tímido, incluso es así cuando está conmigo —pronunció Zion con una mirada afilada dirigida hacia Aris, ocultándola detrás de la botella de cerveza, mientras tomaba un sorbo.

Aris sonrió y pensó: “Esto es algo nuevo para mí, nunca habían tardado tanto en caer, aunque los hombres siguen siendo hombres”. Luego procedió a tomarlo desde la barbilla para girar su rostro hacia ella.

Azrael escuchó accidentalmente los pensamientos de Aris y, enfrentándola cara a cara, pronunció:

—No juegues conmigo, no soy como los demás, no caeré en tus trucos.

—Te vuelves más lindo cuando intentas alejarme —apoyó su mano en la entrepierna de Azrael—. Pero… esa cabeza es la que actúa primero y no miente —miró con determinación hacia abajo, acariciando su entrepierna, esperando expectante.

“Mi corazón está latiendo rápido y esa cosa está palpitando. Esta mujer es peligrosa, me está confundiendo. De verdad me hace dudar…”

Se levantó bruscamente y dijo:

—Necesito retirarme un momento.

Zion trató de impedir que se marchara tomándole del brazo y le preguntó:

—¿Qué te pasa?

—No es nada, solo necesito ir al baño… —dijo y luego pensó, mirando hacia abajo: “¿Cómo lidiaré con esto? Quizás sea mejor si me transformo en mujer por un rato hasta que me calme”.

—Qué interesante —dijo una voz que se interpuso en su camino. Azrael sintió un escalofrío al reconocer al que acababa de hablar—. ¿Qué es eso que he escuchado? _pregunto la voz

—¡Joey! Pensé que no vendrías —se alegró Aris.

—Suéltame, Zion —le ordenó Azrael, mientras aumentaba sus defensas intentando mantener la mente en blanco.

—Te acompaño —le sugirió Zion.

—No es necesario —dijo y, en sus pensamientos, se dirigió hacia Joey: “No te atrevas a meterte en mi mente”.

—¿Por qué no? Si lo haces más interesante.

Azrael se soltó bruscamente del agarre de Zion y luego empujó a Joey para que se corriera de su camino, y se alejó corriendo de ellos.

Zion intentó ir tras él, pero Aris lo detuvo:

—No te preocupes, ya dijo que volvería, no creo que se marche sin ti. Solo necesita ir a calmarse un poco, nadie puede con mi provocación.

—Y nadie te ha rechazado como él —pronunció seriamente, con una pequeña sonrisa casi invisible, pero muy sexy.

—Tienes razón —rió.

—Joey, me parece a mí o intentaste meterte en sus pensamientos. Te dije que eso es descortés entre amigos —se quejó Zion.

—No era mi intención, solo que ese chico pensó en algo muy interesante y no pude evitar escucharlo.

—Somos de la Familia Fénix, es obvio que tenemos poderes. ¿Qué es lo que buscas exactamente averiguar en su cabeza?

—Ya te dije que vi algo interesante.

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