Capitulo 10.

Más tarde, ese día.

Observo por el ventanal, como la nieve ha disminuido un poco, el frio no era problema aqui, con la gran chimenea que calentaba el enorme salón.

-Americana- Me llaman.

-¿Will?, ¿verdad?- Le digo.

-Si.

-¿Podrías dejar de llamarme asi?, díme Emily solamente.

-No, después de la paliza que me diste en el bosque, sólo tengo ganas de molestarte.

-Jajajaja, sin resentimientos hombre golpeado, seremos tipo colegas.

-Me lo pensaré, el jefe te habla. Necesita que vayas al despacho.

-Claro, gracias- Le respondo, pero el mal educado se da media y vuelta y se va.

Me dirijo al despacho, acomodo mi bata y...¿qué me pasa?, toco a la puerta.

-Adelante- Responde él.

-Me dijeron que me llamas, ¿se te ofrece algo?- Le digo parándome frente a su escritorio, viendo como me mira de pies a cabeza.

-Muchas cosas, pero por desgracia aún no las puedo hacer, como sea, en mi habitación te dejaron algunas prendas, necesito que te cambies, en una hora saldrémos a hacer el trabajo que arruinaron los miserables- Me ordena Christopher, ya sin mirarme.

-Como tú digas, iré de inmediato.

Salgo de su despacho para ir a su cuarto, ahora sé en cuál desperté.

Veo algunas bolsas sobre la cama, todas incluyen ropa, calzado y bragas negras, excepto sostén, entre todas veo un enterizo de manga larga y se puede abrir del cuello hasta la boca del estómago con un cierre, asi que decido bañarme en el lujoso baño de este hombre.

Después de hacerlo me coloco el traje, se me ajusta al cuerpo perfectamente, pero no sube completamente en mi pecho, asi que lo dejo expuesto, total le gusta verlos.

Me coloco las botas y un porta armas en la cintura y un porta navajas en el muslo; recogería mi cabello pero no tengo liga alguna, asi que lo dejo suelto es lacio asi que no se verá mal, hecho un último vistazo antes de salir y después de tanto...me volví a sentir sexy.

Bajo las escaleras encontrándome con la mirada hambrienta de todos los hombres, unos devoran mis pechos, otros no dejan de relamber sus labios al mirar mi trasero <>.

-Es hora de irnos- Me llama Christopher en la puerta, sin dejar de mirarme.

-Si claro, ya voy- Le respondo caminando hacia él.

-Si, adelántate sube a la camioneta.

Salgo de la mansión, dejándolo con sus hombres.

-¿Acaso se hacen tontos?, vuelvo a ver que miran, respiran, ó le pasan por un lado a Emily, les voy a romper cada hueso de su asqueroso cuerpo y se lo mandaré a sus familias como regalo de navidad- Les reclama Christopher a los hombres, dejándolos helados, sabian de lo que era capáz él.

Se sube a la camioneta bastante cabreado, azotando la puerta y manejando como un loco.

-¿Quién te hizo enojar?- Me pregunta ella, mirándome con sus ojos de inocencia, tornándose más claros de lo normal.

-Sólo guarda silencio- Le digo callándola con la mano, sin mirarla.

-Como ordenes jefe- Me responde como niña malcriada.

-Y súbete ese cierre hasta el cuello- Le digo serio.

-Lamento decepcionarte pero no me queda, lo intenté subir pero no pude- Me responde tocando sus senos.

<>.

-¿Y por qué no te pusiste otra cosa?- Le reclamo.

-Esto me gustó, por cierto ¿y mis armas?.

-Pues a mi no me gusta, y tus armas están entre las que robaron- Le contesto de mala gana.

-A mi si, bueno con más razón recuperaré esas armas.

Sólo muevo mi cabeza en forma de negación, traté de concentrarme en el bosque, pero mi vista de desviaba al puto escote de ella, ahora tengo que recordar no comprarle ropa asi.

Después de un rato manejando, por fin no habló y se volteó hacia la ventana viendo el camino, vamos camino a un lago en dónde los jodidos árabes tienen las armas, ¿que cómo lo sé?, cada una de mis armas tienen un chip de rastreo, nadie lo sabe  sólo yo.

Llegamos al lugar dónde esconderé la camioneta.

-Aqui bajamos- Le ordeno a Emily.

Ella sin preguntar lo hace, observando cada cosa con detenimiento.

-Aqui la dejaremos, más adelante esperaremos a los árabes, alejados del lago que verás- Le digo acercándome a ella.

-Si claro, ¿qué...qué haces?.

Le trato de cerrar el cierre del traje, pero joder, esto es imposible, tiene unos pechos precios...grandes.

-Aguanta la respiración Emily, asi cerrará esta mierda- Le digo mientras intento subirlo.

-Aferrado, entiende que no- Me suelta cabreada.

Cuando me desespero, toco un poco uno de ellos, provocando mi hombría con un sólo toque. Logro cerrarlo, con dificultad pero lo logro.

-¡Christopher, esto me asfixia!.

-Asi se te mira mejor <>.

Respira y el maldito cierre se abre con rapidéz, dejándolos expuestos.

-Te lo dije, ya por favor déjalo asi y olvidalo.

No, eso si que no. Me dirijo a la camioneta, sacándo una chaqueta mia, y se la doy.

-Póntela, no pienso tener distracciones- Le digo caminándo, dejándola atrás.

Emily.

De verdad que me confunde demasiado, a veces se molesta por que me miran los demás, ahora por mi vestimenta, pareciera que está celoso, pero alguien que me odia ¿cómo podría estarlo?.

Le hago caso colocándome la chaqueta, y siguiéndolo a toda velocidad. Después de otro rato, seguimos adentrándonos en el bosque, logro ver a lo lejos el lago azul y cristalino, pareciera de agua termal.

Veo cómo se sienta en el suelo, recostándose en el árbol.

-¿Por qué paras?, ¿no ibamos al lago?- Lo cuestiono.

-No, aqui los esperarémos.

-Esta bien- Respondo mientras me siento al lado de él.

Soy fan de los paisajes naturales, a pesar de la situación, me sentía cómoda y protegida.

-¿Por qué te uniste al ejercito?- Me pregunta él, sonando amigable.

-No creo que no lo sepas, me debiste haber mandado investigar.

-Correcto, pero quiero escucharlo de ti, tu historia...

-Yo tenía la familia perfecta, bueno ó eso creí, me explotaban en mis estudios de medicina siempre, por eso tengos tantos títulos y especialidades, no podía tener amigos y mucho menos pretendientes asi que me la vivía encerrada, cuando mi hermano se casó se llevó a vivir a su esposa a nuestra mansión y ahí...comenzó mi calvario, ella fué la culpable de que todo se fuera a la mierda...- comienzo a sollozar, pero él coloca una de sus manos en mi muslo, animándome a seguir -Ocurrió un problema en el cuál fui injustamente culpada, nadie me creyó nada sobre ella asi que me hecharon de casa, quitándome todo, tenía que comenzar desde cero y asi lo hice, mudándome de ciudad y uniéndome al ejercito, no tenía nada que perder.

Como tú dijiste, leía muchos libros y ahi fué cuando me interesé en la mafia, todo es diferente pero a mi siempre me ha gustado la adrenalina, el peligro y la acción, ya no le tengo miedo a morir como antes, yo no era asi, en esto me convirtieron. Por eso te pedí unirme en tu infierno, sé que algo me harás, pero quiero remediar mi error antes de que eso pase- Le digo sincera, viendo cómo me observa con atención.

-¿Cuáles eran tus sueños- Me pregunta.

-Tener mis propios hospitales, dirigirlos, abrir muchos para personas con pocos recurdos pero también clinicas para ganar mucho dinero y poder viajar a dónde yo quisiese.

-¿Y qué me dices de tus libros de romance en la mafia?- Me cuestiona él.

-Es algo repetido, sólo locos mafiosos enamorados de la típica dulce niña tierna-. Le contesto.

-Eso no sucede en el mundo real, te quitaré la ilusión de tus novelas, pero al ser parte de esto, lo que menos te interesa es el jodido amor, sólo en ser el más poderoso y nada más, a mi sólo las mujeres me complacen en la cama y ya- Ahora el sincero es él.

Auch, no sé por qué eso me había dolido como un carajo.

-Entiendo, todo eso era muy bonito para ser real, lo bueno es que yo nunca me he enfocado en eso.

-Hubieras tenido un gram futuro en la mafia, eres un arma letal en vida, lástima que te metiste con la equivocada- Me suelta en su tono tan diabólico.

-Ya no trataré de convencerte de lo contrario, de todas formas me harás daño...

Durante un par de horas, ya no volvimos a tocar algún tema, sólo eramos nosotros y el sonido del aire frio.

No dejaba de pensar en la conversación que tuvimos, me sentí...mal y lo peor es que no se por qué, pero tenía razón, el amor era igual a una adicción, te obsesionas con ella pero sabes que te llevará a lo peor.

-Ya llegaron los hijos de perra- Me indica él que me ponga de pie.

-Ya veo, ¿pelearemos?.

-No, dejaremos que se vayan.

-¿¡Qué!?, ¿no te piensas vengar?- Lo cuestiono sorprendida.

-Los verémos mañana nuevamente y ahí conocerán el verdadero dolor- Me dice tan extasiado, que hasta daba miedo.

-¿Cómo sabes que no te están tendiendo una trampa, sabiendo que vendrás por ellas?.

-Porque yo siempre voy un paso adelante.

Otras horas después.

-Ya se fueron, vámos.

-Espera- Lo tomo del brazo -Debieron dejar a alguien vigilando.

-Lo sé- Exclama despreocupado.

-¿Cómo?.

-Porque está justo detrás de ti.

Me dice sacándo su arma y volándole la cabeza a unos centímetros de mi, tanto que la sangre nos bota en el rostro a los dos, viendo como cae el cuerpo del árabe.

-Joder, eres demasiado rápido- Lo alago.

-En muchas cosas, tengo todo controlado- Me repite mientras camina al lago, asi que hago lo mismo al lado de él.

-Cuando bailé, ustedes como mafia se estaban uniendo, por eso el baile. ¿Qué sucedió?, nadie se mete contigo, tú eres el que domina por asi decirlo en todas.- Le pregunto.

-Asi es, pero maté a uno de sus líderes ese día, ahora quieren acabar conmigo, joderme mis planes, pero sólo les hago creer que si, para después joderlos a ellos.

-¿Por qué lo hiciste?.

-Por ti.

¿¡Qué demonios!?.

-Pero...- Me corta.

-Ya deja de hacerme preguntas, ahora ven vamos, te mostraré algo.

Recuperamos las armas escondidas debajo de la tierra.

-No las vemos a llevar, estas son armas creadas por mi, nadie a excepción de los trabajadores y ahora tú, saben que tienen un desactivador, cuando tú le metes esta llave, dejan de funcionar ya no de pueden activar de nuevo,cuando las tratan de usar, se explotan como forma de defensa.

Haremos eso con todas, y las dejaremos nuevamente, todos estos idiotas las llevarán mañana a un baile tratándo de usarlas en mi contra.

-Vaya, ahora entiendo por qué decías que un paso adelante, estas armas son realmente letales y únicas, tanto activadas y desactivadas- Le suelto sincera.

Me da otra única llave como la de él, y comienzo a realizar el trabajo, pero mientras lo hago, no dejaba de ver el lago, todo alrededor era nieve y esa agua tan termal, se veía verdaderamente antojable el querer entrar; después de un rato, terminamos.

-Es hora de irnos, ¿por qué no has dejado de ver el lago?- Me dice él.

-Es increíble ver como el agua es tan caliente, estando entre tanto frio.

-Si, son aguas termales te dan un buen relajamiento.

-Tú te miras estresado, podrías entrar y...- Me calla.

-No, no vamos a entrar tenemos trabajo- Me suelta cabreado, dándose media vuelta.

Pero al hacerlo se tropieza, cayéndo al lago, y no puedo más, suelto una carcajada al verlo tan cabreado.

-¿Te da mucha risa no?- Me grita.

-Perdón es que...- Me cayo al ver que viene por mi.

Me hecho a correr, pero el es más rápido, asi que me toma por la cintura, por más que ejerza fuerza, no logro frenarlo y le tira al lago junto con él.

Salgo a tomar aire de inmediato.

-¡Te pasaste Christopher!- Le digo hechándole agua en el rostro.

El sólo rie, y nunca lo había visto hacerlo, de verdad tiene una perfecta sonrisa, asi que inicia una guerrita de agua.

Trato de nuevo salir y él me abraza fuerte por detrás, haciéndome reir al querer hacerme cosquillas.

-¡Jajajaja, suéltame!- Le exclamo entre risas.

-¿Te gustó verme caer verdad?- Dice él sin parar.

Por instinto, me volteo y rozo mi rostro con el de él, sólo nos miramos directamente a los ojos sin decir nada, me acerca a él tomándo mis piernas y enrollándolas en su cintura, y abre el cierre de la chaqueta retirándomela sin decir nada, yo sólo lo veo.

Se sentía una tensión tan extraña entre los dos, que te hacia perderte. Me abraza por la cintura, y yo envuelvo mis brazos en su cuello, lo cuál no le desagrada, su mano sube por mi espalda hasta llegar a mi nuca, acercando mi rostro al suyo, sólo podía sentir su respiración y su delicioso aliento. Cuando sentí que me iba a...besar, mueve su rostro, hundiéndolo en mi cuello, no resistí lo bien que se sentía que heché la cabeza a un lado, suspirando provocando que se abriera aún más mi escote, dejándole ver mis senos.

Él por su parte los mira como un manjar que deseaba devorar, pasea su nariz desde mi cuello hacia ellos, tan lento que me provocó esa piel chinita que te mueve todo, vuelve a subir y siento que me aprieta fuertemente, tanto que dolía y...escucho como dispara.

❥ Gracias siempre, MaxCaos.

Mañana regalo de 3 capítulos.

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Comments

Adriana Trejo

Adriana Trejo

el amor esta presente en esta version de los 2 💜✨️

2024-09-26

0

Dora Stella Rodriguez Nieto

Dora Stella Rodriguez Nieto

impactante!!!!!!

2024-07-27

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