"No debería amarte pero no pude evitarlo, tenía la sensación de que nunca lo sentiste".
-Madison Beer. Selfish, song.
Recuerdo el primer día, aún siento en lo más profundo de mi alma el primer roce de sus manos sobre mi piel...
Esos dedos maltratados, su dermis rígida, auditada con un poco de descuides y callosidad, no hay método para olvidar su ímpetu, claramente era incapaz de desperdiciar siquiera un segundo para tocarme de esa forma tan ruda, apresurada, apasionada, una manera tan primerizamente nueva para mí yo gemía a la par de él, sentimientos tan extraños me invadían.
La vida se sentía diferente, la música ya no sonaba igual, el café me sabia distinto, los libros ya no me llamaban la atención, aquellos amaneceres que me encantaba contemplar por el ventanal, ya no eran igual de coloridos para mi, aquel ambiente hogareño de mi apartamento, se sentía gélido y oscuro, ese brillo en mis ojos color azul celeste, desapareció, me sentía sóla y abandonada en el mundo, ¿y eso por qué?, ¿por un amor no correspondido?, ¿por caricias que parecían ser sinceras?, que terminaron siendo puñaladas a lo más profundo de mi corazón...pero la pregunta que más daba vueltas en mi cabeza era, ¿por qué me entregué a un hombre que no sentía nada por mi?...pero...a pesar de todo lo que pasó, fueron los mejores momentos de mi vida, cosas que nadie me podía demostrar, nisiquiera mi propia familia.
Al tocar mi vientre abultado, sabia que la vida iba a ser aún más dificil, pero tenía el consuelo de que no estaba tan sóla, al final de cuentas.
-Señorita Miller, usted ha sido diagnosticada con el Sindrome de Estocolmo- Exclamó la psicóloga, sacándome de mis pensamientos.
Ya que me atendía, desde que me alejó de sus brazos aquel ser que amé con locura y con pasión desenfrenada, que ahora deseaba sacar de mi cabeza.
Un año antes...
El sonido de la alarma resonaba por todo el apartamento, eran las 5 de la mañana, el sol aún no salia, pero Emily sabia que debia despertar para comenzar su día.
-Joder, ¿por qué la noche es tan corta?- Bostezó, mientras retiraba la sábana que la cubría.
Somnolienta, se levantó colocándose sus crocs, para dirigirse al baño, abriendo el grifo del agua fria, tomo entre sus pequeñas manos un poco de esta, para después hecharsela en la cara.
-Soy un desastre, estos desvelos me terminarán matando, antes que una bala atraviese mi cráneo- Dijo Emily, admirándose en el espejo.
Ella nunca se consideró hermosa, pero para los demás era un rostro de ángel, la tentanción andante al apreciar sus curvas interminables, el infierno encarnado en esta mujer de cabello negro como la noche, era aquel pecado que todo hombre desearía cometer.
Lavó sus dientes, para después entrar a la ducha, relajando sus músculos, estaba agotada, después de entrenamientos en el ejercito ¿quién no lo estaría?, se desvela como nadie, al tener un puesto como teniente, tiene que cumplir con muchas obligaciones y ella era la chica más responsable que podía existir en ese lugar, dedicada y entregada a cada cosa que hace.
Al salir de la ducha, recoge su largo cabello en un moño, sin dejar alguno suelto, se coloca su uniforme de teniente, de color azul marino, el cual consiste en un blazer que tiene todas sus medallas y la bandera de los Estados Unidos, con camisa formal color blanca, falda de tubo y zapatillas negras.
-Aplicaría algo de maquillaje pero iré a entrenar después de hacer el papeleo asi que eso lo dejaré para después- Mira el reloj en su celular- Joder, ya nisiquiera tengo tiempo de tomar el desayuno, tengo que salir ya-.
Toma sus cosas y sus llaves, saliendo de su departamento.
Conduce a toda velocidad su Jeep Grand Cherokee blanca, las calles de New York son muy transitadas y aún más los lunes por las mañanas.
-Maldito tráfico, me hará llegar tarde- Gritó ella desesperada, golpeando el volante.
Pasó aproximadamente una hora para que ella pudiera llegar a su destino, al hacerlo, baja como alma que lleva el diablo, entrándo a los vestidores.
-¿Otra vez tarde, teniente?- Le dice una de sus colegas, también cambiándose para la práctica.
-Buenos dias para ti también, ¿por qué mejor no me ayudas a cambiarme?- Le responde Emily en forma de broma, todo mundo la adoraba, a pesar de la situación, siempre tenía una sonrisa en sus labios.
-Ya sabe que si teniente, recuerde que el capitán la quiere ver en su oficina después de la práctica- Le comenta la colega, mientras le ata las botas negras a Emily.
-Me parece bien, ¿sabes de qué trata esto?- Le dice ella, terminando de colocar su camisa de licra negra.
-Si, es sobre la misión en Italia, por algo nos ha hecho prácticas aún más el tiro, pero se ve que le preocupa, por eso te llama-
-Gracias por decirmelo, lo creas o no, eso no me ha dejado dormir, se viene algo fuerte-
Y Emily tenía razón, no sabia a lo que se enfrentaba, era algo que daría un giro a su vida de 360°.
Después de una larga prática de entrenamiento de tiro, en la cuál le fue muy bien a Emily, ya que es una de las mejores en eso, se dirigió a la oficina del Capitán, donde también se encontraba el Coronel.
Se encontraba algo nerviosa por entrar pero termina haciéndolo.
-Margaret, el capitán me espera- Le dice a la secretaria que se encuentra afuera de la oficina.
-Si teniente Miller, ya la anuncio- Le responde levantándo el telefono -Capitán, la teniente Miller ya llegó...okey ya la hago pasar- Cuelga el telefono -Teniente, ya puede pasar-
-Gracias Margaret, con tu permiso- Le digo, antes de dar un ligero un respiro, tomándo la perilla de la puerta, entrando a la oficina, coloco mi mano en mi frente, saludando a mis superiores -Permiso para entrar Capitán-
-Permiso concedido Miller, pase por favor y tome asiento, no será necesaria tanta formalidad- Dice el capitán volviéndose a sentarse en su silla de cuero.
Emily se sienta al lado del coronel, bastante confundida, esto era algo nuevo en el señor, que no conocía.
-¿Para qué me necesita Capitán?- Pregunta Emily, aunque ya se espera para qué.
-Mire Emily, usted más que nadie conoce perfectamente el plan para la misión que tenemos para enfrentarnos a la mafia Italiana más poderosa del mundo, este sábado. Pero aqui el coronel y yo, tenemos algo que sabemos que no puede fallar y nos hará llegar al Ángel Caido, Lúcifer- Dice el capitán entregándole un expediente a Emily.
Ella lo revisa, y efectivamente por algo lo apodaban asi.
< Asesinatos, narcotráfico, blanqueo de capitales, tráfico de armas, corrupción política, secuestros, vertidos ilegales de residuos, usura, prostitución, fraude, trata de personas y extorsión, miles de empresas bajo sus costillas, un hombre verdaderamente millonario, no compraba el mundo por que no quería, por que realmente lo podía tener a sus pies, ni siquiera las demás mafias se querían meter en algún problema con él, pues tenían como territorios Europa: Italia, Alemania, Francia, España, Países Bajos, Reino Unido, Bélgica, Suiza, Austria, Luxemburgo, Portugal, Irlanda, Grecia, Albania y Europa Oriental. África: Túnez, Marruecos, África Occidental, Eritrea, Somalia y Namibia América: Canadá, México, Costa Rica, Panamá, Colombia, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil, Argentina y Uruguay. Asia: Oriente Medio y China. Oceanía: Australia. A igual que el gobierno de ese Pais, le tenían tanto respeto que el podía hacer lo que le plazca en cualquier lugar de ahí, no le importaba quien se le cruzara por enfrente, esa persona ya era un cadáver ante sus ojos. Su mafia, Lombardo constituye, en la actualidad, la única organización criminal considerada de alcance global, debido a su presencia estable en los cinco continentes a través de sus células o unidades operativas de afiliados que han sido detectadas en un gran número de países en todo el mundo.>> Lo curioso era, que no sabian quién era, no había algún retrato hablado de él o tan sólo una foto. -¿Por qué no hay fotografía?- Preguntó Emily, adonadada de mirar la primera parte del informe . -Nadie conoce su rostro, hace perfectamente las cosas que nadie lo ha visto alguna vez, se le reconoce por un anillo de los diamantes rojos, lo conforma una calavera y a su alrededor de estas piedras, hay 30 en el mundo y este tiene 15 en su anillo, por eso lo destaca entre todos, es el anillo más poderoso de los tiempos y el lo usa para representarse a si mismo. -Vaya, ¿qué le hace pensar que podremos contra él?- Emily le responde asombrada por todo esto. -Tú- . Emily Miller. ***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
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Comments
Maria de los Angeles Rivero
porque no ponen las fotos de los personajes así sería más interesante la historia. ahora leemos la historia de Emily cuando estaba en el ejército 🫡.
pero no lo tomes a mal autora pero sería muy bueno que en cada capítulo se pueda ver las fotos de los personajes ya que no todos los lectores tenemos las aplicaciones donde dejas las imágenes. 🤞🙏
2025-01-22
2
Dora Stella Rodriguez Nieto
que buena historia.,pero que muñeca tan fea
2024-07-27
2
Favi
Encantada con la historia
2024-01-10
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