Capitulo 3.

Al llegar a Italia, me hospedan en un motel de mala muerte, claro no era que esperara un hotel de 5 estrellas ,pero las paredes despintadas, olores a putrefacto invadían la habitación, las luces parpadeaban indicando que los focos estaban por fundirse, todo era ahi desagradable.

Abandono mis maletas en el sofá, agotada por el viaje y claramente el Jet lag me estaba matando, asi que no me importó más, dejé caer mi cuerpo agotado sobre el colchón viejo del lugar.

Unas horas más tarde, que para mi fueron minutos, me levanta el sonido de mi celular temporal, lo busco entre las viejas sábanas, hasta que lo encuentro.

-¿Hola?- Respondo, algo somnolienta aún.

-Emily-.

Mierda, de sólo escuchar mi nombre de esa forma tan demandante, sé que es el capitán, me levanto de golpe tratando de despertar bien...

-Si, digame capitán- Le respondo de inmediato.

-Espero ya estés iniciando a cambiarte, en 2 horas comienza el gran golpe, pero desde donde estás se hace una hora, asi que ya sabes- Me ordena colgándome la llamada.

Era como si un balde de agua helada golpeara mi dermis, sólo tenía una hora para arreglarme y prepararme mentalmente para lo que se venía.

Asi que inicio rápidamente a bañarme en ese horrible lugar, salgo y como puedo comienzo a secar mi larga cabellera, para iniciar a realizar unas ondas no marcadas.

Mi maquillaje consistiría en resaltar mucho más mi mirada, ya que era el centro de atención.

Apliqué algunos cristales sobre debajo de mis ojos, mi traje era plateado asi que esto iría a la perfección, lo único que teñiría de color rojo serían mis labios.

La falda y el bustier lleno de pedrería resaltaba cada una de mis curvas, mis pechos los sentía en la garganta literal y no llevaría zapato alguno, la idea era que yo fuera descalza, me doy un último vistazo frente al espejo y sóla me motivo para esta puta locura.

-Bien Emily, tú puedes, hoy pueden salir muchas cosas mal, pero ni siquiera tú familia le importaría si te sucede algo, asi que no hay tanto en riesgo. Horas de prácticas, tanto esfuerzo y sudor van a dar frutos lo sé- Trata de darse ánimos por si sóla.

Autora.

El taxi recoge a Emily  a las 11 de la noche, ella sólo veía que cada vez se alejaban más y más de la ciudad, se sentía algo nerviosa, pues estaba sin arma alguna, era claro que si la portaba iba a ser descubierta y meterse a la cueva del lobo no era nada fácil, pero Emily nunca demostraría nada hacia nadie, aprendió a dominar cualquier sentimiento, su familia fué cruel con ella en el pasado, desde ahí no permitiría que alguien la lastime.

Emily.

Después de un viaje largo, puedo saber que esto va a comenzar, fuegos artificiales adornan el oscuro cielo, música fuerte se escucha a lo lejos, en cuanto vamos avanzado más al medio del bosque, hay cientos de camionetas blindadas cuidando el perímetro.

Puedo ver ahora el gran castillo <>, hay carros de lujo al rededor del lugar, mafiosos llegando al lugar acompañados de sus mujeres, incluso los árabes de a dos, la seguridad sobraba pero si hablamos de que algo sobra es el lujo, bailarines habia por doquier, unos lanza fuegos y tristemente mujeres desnudas saliendo de los oscuros arbustos con hombres, joder esto es terrible.

Uno de los de seguridad se acerca al auto y nos hace bajar la ventanilla, es hora de actuar...

-¿A qué vienen ustedes?- Nos pregunta de mala gana el hombre.

Acomodo mi cabello de una manera sensual, y lamiéndome los labios le decido responder yo.

-Que tal, yo soy la bailarina que abrirá la noche, mi nombre es Fiorella, me contrataron, si gustas te puedo enseñar mi identi...-Me interrumpe sonriéndome pero sin dejar de mirar mi busto.

-No pasa nada preciosura, adelante, sabemos quién eres- Me responde con voz sensual, guiñándome su ojo.

A lo cuál yo suspiro aliviada de que en verdad no pidiera alguna identificación, definitivamente ser sensual, si funciona.

Bajo del auto, adentrándome a la parte trasera del lugar, al abrir la puerta me encuentro con muchas prostitu*** en el salón, de verdad sentía que yo traia mucha más ropa que alguna de ellas, sigo caminando hasta dónde están reunidos todos, pero puedo sentir las miradas de desprecio que me lanzan todas aqui, y en realidad no se por qué.

Quito mi bata, pero de él saco mi perfume para rociarlo por todo mi cuerpo, tal vez esto también funcione si es que me logro acercar al mismisimo diablo.

-Fiorella, es hora de que habras la noche- Me dice otro personal de seguridad.

-Claro, estaré en un momento ahí- Le dije levantándo mi mano para que supiera que ahi estaba.

Cada paso que daba, mi corazón se aceleraba.

Estaba detrás de ese gran escenario que era rodeado de cientos de mafiosos peligrosos, de un lado estaba la mafia Árabe y del otro la Italiana pero busco a mi objetivo y... logro ver su sombra a lo lejos, está sentado en una silla aterciopelada roja, su enorme y escultural cuerpo que se formaba con ese traje negro tal vez hecho a la medida, sobre salia...pero su rostro era oscuro, la luz sólo iluminaba la parte baja, su anillo de piedras era lo que lo resaltaba de todos, en su mano sostenía un vaso de wisky y sólo lo movia con lentitud, tenía sus hombres alrededor, a cada uno de ellos los investigué claramente era él..

Siento que las luces se apagan, sacándome de mis pensamientos y sabía que esa era mi señal...

❥ Gracias siempre, MaxCaos.

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