Alguien del pasado.

— Mi amor, pero mira como terminaste, no debiste ponerte a hacer nada.— dice mientras retira la harina de mi cabello y me da un tierno beso. Luciano me quita las bandejas y las coloca en la mesa del jardín, pero una voz interrumpe el momento.

— Pequeña...— levanto la mirada hacia el dueño de la voz y es Fabio, mi hermano mayor, a pesar de que extraño a mi familia no había pensado en un reencuentro, al menos no todavía aún conservo sus palabras hirientes y la decepción en sus rostros, mire a Luciano y quedé paralizada él vio lo afectada que estaba, se posó a mi lado sin quitarme la vista de la mía y me sonrió.

— tranquila, amor, yo estoy aquí — susurro cerca de mí y yo pude volver a respirar.

Volví a mirar a Fabio y esta vez me sentía más segura.

— Hola.— fue todo lo que salió de mis labios, junto a él estaba una muchacha muy bonita como de un metro sesenta, de ojos verdes y cabello castaño, su piel era claro y tenía una bonita figura

— pequeña... No sabes cómo te he buscado.— trato de acercarse y apreté la mano de Luciano y al mismo tiempo cerré los ojos.

Sentí los brazos de Luciano, rodearme y traté de controlar mis emociones.

— Está bien bonita, todos nos equivocamos y todos merecemos una segunda oportunidad.— dijo y le sonreí, él tenía la capacidad de hacer que me calmara fuera cual fuera la situación.

— Isa... Mi pequeña por favor, sé que hice mal y estoy arrepentido, eres mi hermanita y te amo — dijo Fabio y si quería abrazarlo, pero no estaba lista.

— Fabio lo siento, pero no estoy lista para tocar ese tema, luego, sí.— dije y este sonrió.

— te entiendo, solo quiero que sepas que me arrepiento de haberte dicho lo que te dije, te adoro pequeña.— asentí ante sus palabras y abracé a Luciano.

— Ella es Clarisa Taylor, mi prometida — dijo Fabio y la chica me extendió su mano con dulzura.

— el gusto es mío, soy Isabella Soretti es un placer conocerte — dije y los ojos de Fabio se abrieron como platos.

— ¿Soretti...? Tú eres una Rinaldi.— dijo como si no entendiera mis palabras.

— Fabio, creo que debes recordar las últimas palabras de tu padre y es que no tenía hija, así que soy Soretti al menos que a tu madre también le incomode que lo utilice.— Dije y aunque sé que fui un poco hiriente esa era la verdad.

— Isabella, ellos están tan arrepentidos como yo, por favor regresa a la casa.— dijo Fabio.

— mi casa ahora es un pequeño apartamento que aunque no es la mansión, es mío y estoy feliz de estar allí.— dije y Vi algo de orgullo en sus ojos, suspiro y hablo.

— debemos hablar —me tomo del brazo y me llevo hacia la casa, Luciano se vino detrás y se lo agradezco, ya que quedé paralizada.

—Fabio suéltala por favor— dijo Luciano parándose a mi lado y soltando el agarre de Fabio

— Que tienes, por qué estás temblando — dijo Fabio, preocupado.

— tu hermana ha pasado por mucho y digamos que estás emociones fuertes la dejan así, Fabio Isabella está en terapias, ella no está bien, pero está tratando de mejorar y no voy a permitir que ni tú ni nadie la vuelva a dañar— dijo firme y Fabio frunció su seño.

— Terapias de qué, que tienes pequeña.— pregunto Fabio y tomando la mano de Luciano contesté.

— Tengo un problema psicólogo, resumiendo todo el ser Caprichosa y querer tener a Adriano era una enfermedad, pero ya lo estoy superando y no creo estar lista para regresar con ustedes, de hecho ni quiero hacerlo — él bajó la cabeza un poco triste y yo le sonreí.

— No los odio, pero no estoy lista, solo eso, ahora regresemos que mi cuñada te espera— dije sonriendo.

— y ustedes... Tienen algo o son ideas mías— pregunto Fabio mirándonos.

— Si amigo se me hizo al fin, aunque a decir verdad, estamos apenas lo estamos intentando, lo que sí es que la adoro _ dijo mirándome con dulzura.

— hermano me alegra esto, aunque es un poco raro, solo te pido que la cuides como yo no lo hice — dijo Fabio bajando su mirada.

— Bueno, ya a veces tomamos decisiones y yo tomé muy malas si no lo hubiesen hecho, yo seguiría en un grave error.— dije y salimos al jardín, esa tarde fue mágica, volví a estar con mi hermano y aparte estaba feliz con personas a las que adoraba.

—Mi amor estás bien — dijo Luciano mientras me daba un suave beso en los labios.

— bueno, ya aún no me acostumbro a eso— dijo Fabio y reímos todos, este era mi nuevo comienzo y aún estaba el hecho de anular el matrimonio con Adriano.

— Bueno, chicos, ya es algo tarde, nos retiramos — dijeron mi hermano y su novia.

— Nosotros también partiremos — dice Hanna y mi amigo, me giro a ver a Luciano y le digo.

— Creo que yo también ya me voy — digo besando sus labios.

— usted señorita, no se irá a su departamento de nuevo y no tengo nada en contra de él, pero quiero que te quedes aquí, serás mi Rummi que te parece, prometo portarme bien — dice y sonrío negabas.

— tal vez después, pero es algo muy pronto para eso— Dije y este haciendo sus caras me llevo a mi apartamento, una vez llegamos no hubo manera de que se fuera, esa noche terminamos dormidos y Abrazados lo adoro.

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