Isabella.
Fuimos a mi apartamento en el camino, Luciano iba tomando mi mano, se la llevaba a su boca de a ratos y me sonreía de vez en cuando su sonrisa perfecta y esa barbilla tan sexy, sus ojos me hipnotizaban la sensación que yo tenía estando con él, era maravillosa, me daba seguridad, paz y tranquilidad, el camino se hizo corto, pues, necesitaba más de su compañía y eso de verdad me asustaba.
Caminamos hacia mi apartamento y él entró conmigo, Luciano había pasado el día conmigo y me había apoyado, se había comportado como el héroe que necesitaba en aquel momento, eso era algo tan importante para mí.
—Luciano, siéntate que yo te preparé algo de cenar, debes tener hambre.— le digo a Luciano y este niega repetidamente.
— de ninguna manera, ven, tú siéntate princesa y yo te preparo algo.— dice adueñándose de mi cocina y yo me cruzo de brazos.
— A caso piensas que si cocino te dolerá tu barriga._ le pregunté un poco molesta, fue entonces que este me tomo el rostro entre sus manos y este acto hizo que mi cuerpo temblara, me sentía nerviosa, mi respiración y corazón estaban fuera de control una sensación jamás antes sentida y me sucedía con él.
— mi reina hermosa, mi niña bella, quiero que me escuches con atención, yo te amo...— dijo y decir que quede en shock es poco, como podía decir eso si apenas y me conocía, lo mire extrañada y este sonrió y me besó...
Sí, este hombre me había besado y yo que pensaba que los besos que le robé a Adriano eran maravillosos, pero estaba lejos de la realidad, esos no se comparaban con estos, ya que este beso superó a cualquier anterior, era una sensación maravillosa, me transmitió seguridad y paz y no quería que terminara, en ese momento decidí que debía bajar mi muralla con este hombre.
La falta de oxígeno nos obligó a separarnos, lo miré a los ojos y él intentó disculparse, pero no lo deje, lo volví a besar y me aferré a su cuello, no quería que se fuera y tuve un poco de miedo, esto no era normal y si me volvía a obsesionar.
— Luciano... Vete mañana te entrego mi renuncia — dije y sus ojos se abrieron en sorpresa.
— pero por qué, tanto te desagrado o es que volver a ver a Adriano te removió sentimientos hacia él — dijo y me dolía que pensara así.
— No... Tú no me desagradas, es más, no quiero que te alejes de mí, quiero besarte de nuevo y de nuevo y cuando nos agotemos volverte a besar— Luciano me observo como si tuviese dos cabezas y luego me hizo señas con las manos mientras se reía para preguntarme que era lo que me impedía quererlo.
— Sentir eso no es normal y si es que me estoy obsesionando contigo, — pregunté preocupada.
— Si fuese ese el caso, pues, sería algo maravilloso que el amor de mi vida me ame con locura— dijo despreocupado.
— ¿El amor de tu vida? Eres un mentiroso pica flor, como que soy el amor de tu vida, si apenas me conoces— dije y Luciano me besó, luego comenzó a relatarme una historia increíble, sí, este maravilloso y guapo hombre siempre estuvo para mí, pero no me di cuenta, él estuvo cuando di mi primer beso y ahora comprendo por qué me alejo de Adriano y por qué estaba tan molesto.
En aquel entonces era una idiota y no veía el hombre maravilloso que tenía tan cerca de mí, me contó como era su relación con Adriano y ahora sí entiendo por qué de repente se le despertó el amor por mí, Adriano tenía una especie de competencia con Luciano y quería todo lo que a él le interesaba, fue en ese momento que me sentí una idiota al darme cuenta de que fui una ciega enamorada de un hombre que jamás valió la pena.
Idealice a Adriano y lo creí un ser lleno de perfección, el hombre ideal para mí, un ser enamorado de su novia y me sentía la más baja de todas al ser la responsable de que no estuviese con el gran amor de su vida, al escuchar a Luciano decir que ella nunca lo amó y que él tampoco a ella pude darme cuenta de que aunque estuve mal él era igual o peor que yo.
Escuché cada palabra que tenía que decir Luciano, escucharlo hablar me hacía sentir tranquila, solo me sentía así con mi terapeuta, pero ahora también Luciano me daba esa tranquilidad que necesitaba.
— vaya, me dejas impactada, fui muy idiota, pero la verdad era que estaba enferma, Luciano...
Tengo miedo a volver a obsesionarme con alguien y tú me estás gustando mucho y eso me aterra.— dije y Vi la sonrisa en la cara de Luciano, sus ojos brillar y eso me causo alegría, pero allí seguía mi miedo
— ya te lo dije, si no te obsesionas allí, si me sentiré mal, quiero estar en tu cabecita veinticuatro siete, ¿suena enfermo, verdad?... Si es así entonces te confieso que yo estoy muy mal por qué no has salido de mi cabeza ni un solo día.— dijo tomando mis manos y me sonrojé, era tan bonito sentir esto, no era la misma necesidad de poseerlo que tenía con Luciano, a él solo lo quería cerca me aterraba que se fuera me sentía preocupada por no volverlo a ver de nuevo.
— Luciano, no sé lo que estoy sintiendo, pero no quiero arruinarlo, ya te deberás de acordar como era yo de insufrible, era incapaz de tener alguna aspiración en la vida, me tocó tocar fondo para aprender a valerme por mí misma— dije abriéndome ante el hombre que tenía frente a mí.
— No sabes lo que me duele, escuchar que pasaste, penurias mi amor, yo quiero estar para ti y quiero que olvides lo malo, eres una profesional excelente, solo debías tomar la decisión de enfocarte, y sobre hacer tus que hacer para eso me tienes a mí mi amor para consentirte en lo que desees— dijo y abrí mis ojos.
— veo que lejos de ayudarme me pondrás peor.— digo riendo.
— ya tú aprendiste todo lo que necesitabas, pero eso no quiere decir que deje que mi princesa siga pasando penurias, no si yo puedo cambiar eso.— dijo y me besó, su lengua entro en mi boca abriéndose paso, sus manos se aferraron a mi cuello y mi corazón comenzó su carrera desesperada.
— Dime mi niña preciosa, me das la oportunidad de ganarme tu amor de a poco— dijo con sus ojos cargados de esperanza
— Luciano, debes saber que Adriano no parará hasta tenerme, aunque también es cierto que ya no siento nada por él— dije mirándolo a los ojos y hablándole con honestidad.
— Y tú debes saber que si me dices que sí, nadie te alejará de mi lado, nadie te volverá a dañar, pero también te advierto — dijo tomado mis mejillas en sus manos y dejando un beso rápido en mis labios.
— Que jamás te dejaré marcharte de mi vida, te ayudaré a que sigas creciendo y superando tus miedos, pero de mi mano.— Dijo y casi que por impulso lo besé, sus palabras terminaron de destrozar mi muralla, aquella misma que levanté para no volver a caer no hacerle daño a nadie, mire a Luciano y le pregunté para hacerme la chistosa.
— Luciano Volkot quieres ser mi novio— pregunté y se cruzó de brazos riendo.
— no se vale, yo quería hacerlo.— dijo con un sexy puchero.
— está bien. Me retracto, pregunta tú— dije riéndome de sus acciones, él me miró con sus hipnotizantes ojos hermosos y preguntó.
— Mi pequeña berrinchuda quieres ser mi novia—preguntó y Asentí sonriendo diciendo que sí y lo besé para luego hacer esta vez yo un puchero al darme cuenta de como me llamó.
— Al parecer hoy mismo terminaremos, como me llamaste.— pregunté ofendida.
— Berrinchuda, mi querida y hermosa berrinchuda.— dijo y terminé por ceder ante el apodo, ya que era igual de terco que yo.
— Créeme que jamás te vas a arrepentir mi princesa —
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Comments
Solange
ojo Luciano ella está en tratamiento no podés seguir tratandola de princesa y consintiendola sin límites por qué es como ponerle enfrente alcohol al alcohólico
2025-01-11
2
Zaidymar 🌠
Que lindo es Luciano /Drool//Drool//Drool//Drool/
2024-10-27
3
C Matacruz
vaya que le contó la verdad así se habla Luciano y ahora a afrontar juntos lo que se viene 😞😡😠☺️😕🤔😆😵💫🤪😀😏😁🙃😝😯😉🙂😜🤨😐😛😃😊😦
2024-10-14
1