boda y mi dolor.

Isabella.

Estoy acostada en mi cama, mi amiga no me contesta las llamadas, dice que es muy cruel lo que hice; separé a Adriano del amor de su vida, dice que me arrepienta y que no me case, pero está demente si cree que renunciaré a mi sueño solo porque a ella le apareció la conciencia.

La boda se programó para dentro de un mes, mientras estoy preparando toda la boda, aunque Adriano está de acuerdo con la clausura de mi abuelo donde dice que solo habrá divorcio después de cinco años o si yo lo quiero y eso será nunca; pues, jamás le daré el divorcio.

Él no está de acuerdo con una boda religiosa y así será cuando nos enamoremos. Él me rogará a mí que me casé con él, he leído mucho y con la convivencia nace el amor; estoy tan feliz y no me arrepiento de nada. Mis días se basan en ver las cosas para la boda y presentarme a eventos con mi prometido. Es el evento del siglo y no podría estar más feliz.

Bajo la cocina con una falda plisada rosada y una blusa blanca, unos tacones y estoy perfecta. Veo a mamá y está terminando de preparar algo. La miro extraña y le pregunto.

—Mami, por qué estás cocinando, para eso están los empleados —digo y mi madre niega.

—Que se tenga empleados no quiere decir que no podamos hacer los quehaceres de vez en cuando; a ver, ven y aprende conmigo ahora que te casarás para que lo atiendas —dice mamá y me río.

— que estás diciendo... Yo cocino, no, mami, estás viendo mi manicura, sabes cuánto costó, no, que va, yo no voy. Hacer nada de eso, además, se me quemaría hasta el agua —digo y salgo al jardín donde hay un decorador, tomando medidas y ahí paso el resto de mi día.

Los días pasan y pasan y Adriano no me dirijo la palabra, solo está para fotos y se va, me evita, pero pronto no podrá vivir sin mí, ya solo falta un día y me convertiré en la señora Castello. Por fin logré mi mayor sueño. No hay mujer más feliz que yo.

—HERMANITA, cómo estás, mañana te me casas, eso me enfurece, sabes que te amo —dice mi hermano mayor, ya que Arturo está distante por lo de su amigo.

—Hay, hermanito, no seas así; yo seré la mujer más feliz del mundo —le digo y me abraza.

—Sabías que estoy orgulloso de ti, te amo, mi princesa —dice y lo abrazo fuerte; lo amo a él y a toda mi familia.

Día de la boda.

Hoy por fin es el día de la boda; es increíble como todo ha quedado tan lindo; mi madre sigue distante conmigo, pero igual me apoyo en toda la organización, nos regalaron una hermosa casa y al terminar la boda nos iremos a nuestra nueva vida.

Mi vestido de novia es elegante, de tirantes y tiene un escote de corazón y en el busto tiene pequeñas piedras brillantes y una transparencia que va de bajo de la abertura de la pierna cubierta con pequeñas piedras brillantes. Es pegado al cuerpo y un poco suelto abajo, donde se arrastra un poco. Unos tacones plateados cerrados y una tiara digna de mí. Estoy divina; me hubiese gustado un vestido de princesa frondoso, pero eso lo dejaré para la boda por la iglesia.

Vestido de novia de Isabella, solo vestido.

Camino del brazo de mi padre Andrés y mi madre Isaura, está emocionada, aunque al verme disimula un poco… La tonada comienza y camina por el jardín. Al final me espera el amor de mi vida; el juez nos pregunta si aceptamos amarnos y respetarnos en la salud, la enfermedad, la riqueza, la pobreza y sernos fiel hasta que la muerte nos separe. Ambos aceptamos y nos indican que podemos besarnos. Adriano se me acerca y me da un beso, pero solo junta nuestros labios, no hace más nada. Caminamos a la fiesta y nos empiezan a felicitar; mi padre me abraza y mi abuelo; todos me desean felicidad. Veo el rostro de Adriano y parece que va a la horca.

Camino hacia Adriano y comenzamos a bailar. Recargo mi cabeza en su pecho y este no dice ni una palabra. Me siento en el aire; estoy muy contenta; mi ensoñación es interrumpida, de repente.

—Ya vámonos, fue mucho por hoy —dice y le doy la mano. Escapándonos de nuestra boda, se me hace algo de verdad romántico. Caminamos al auto y todo es silencio hasta llegar a nuestra mansión. Es grande, hermosa, moderna, me encanta, espero que me abra la puerta, pero no lo hace, así que entro y quedé maravillada. El interior es hermoso; cada parte de aquí es muy linda; giro para ver por qué no entra y veo a Adriano entrar a la casa con Ángela en brazos.

—¿Qué demonios te sucede que hace esta tipa en mi casa? —le digo y este la baja y me mira frío.

—Traje a la mujer que amo para que me dé mi luna de miel, que pensaste que viviríamos un final feliz, estás loca. Me grita y lo abofeteo; en eso esa tipa me mira mal y le soba su mejilla.

—Eres un maldito, cómo te atreves, es nuestra boda —le gritó y suelta una carcajada.

—Por favor, no sea hipócrita, esta no es una boda, es una farsa; mi boda será en cinco años con la mujer que amo loca desquiciada. La carga para llevarla a una habitación. Me mira y dice.

—Si no quieres escuchar nuestros gritos, mejor vete a la última planta —dijo y me le plantó en frente.

—No, señor, esa perra a mi casa no entra, tú no me vas a respetar así —me mira y sonríe.

—Bien, me voy entonces con mi mujer y el amor de mi vida; mañana regreso loca, demente.

Dice y se va besándose con esa tipa en brazos. A esa maldita de Ángela la odio.

Una vez que se va caigo de rodillas y comienzo a llorar, es un desgraciado, pero no me voy a dar por vencida ahora menos, voy a mi habitación según me indica el ama de llaves y están todas mis cosas aquí, pero las de Adriano no, rompo mi vestido mientras grito y lloro, luego voy a la tina mientras grito de frustración, es un desgraciado, cómo se atreve, nunca pensé que fuera capaz de eso.

Una vez cambiada me acuesto a llorar; al día siguiente veo que en la sala están todos los regalos; el solo verlos me da mucha rabia. Tomo uno que llama mi atención y es el mismo de siempre; no tiene remitente, pero dice: Felicidades por tu boda y, aunque sé que no serás feliz, deseo que lo seas, pues, te mereces el mundo. Dice y trae el mismo sello de siempre, la silueta de una chica como haciendo una pataleta.

Voy a la cocina y me sirven el desayuno. Como totalmente sola, pues, no hay rastros de Adriano. Al terminar me voy hacia el jardín y comienzo a leer. Mientras lo hago, la desesperación me gana; él empezó a imaginarlo con eso y mi rabia aumenta de un momento a otro. Estoy fuera de sí y luego caigo al suelo llorando. Esta vida no me gusta, pero haré lo que sea para que me ame.

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Comments

Maura Pericana

Maura Pericana

quien será? 🤔🤔🤔🤔

2025-02-09

1

Maura Pericana

Maura Pericana

te lo dije que ibas a sufrir

2025-02-09

2

maiy medina

maiy medina

ok si , Isabella esta loca pero Angela tampoco tiene vergüenza, es mas que obvio que Adriano no esta locamente enamorado

2025-01-13

1

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