Decepción.

Isabella.

Me despierto en mi cama otra vez con los ojos hinchados de tanto llorar; ya han pasado dos semanas y no he visto a mi esposo. Bajo después de arreglarme y voy a desayunar. Esta casa es hermosa y enorme, pero solo me hace sentir sola y desplazada. Una vez he comido, voy hacia la sala y me pongo a leer. Es un libro sobre una joven que sufre horrores por un matrimonio obligado; creo que escribieron mi historia antes de que sucediera.

La puerta se abre y por ella entra Adriano con una maleta y una enorme sonrisa, la cual borra al mirarme. Me da tanta rabia que me mire así, me levanto y le pregunto.

—Se puede saber a dónde carajos te habías metido —le gritó y subió los hombros sin importancia.

—Estaba de luna de miel con mi pequeña, el amor de mi vida —dice y lo empujo.

—Eres un bastardo, tú no te casaste con ella, lo hiciste conmigo y me debes respeto —le gritó fúrica.

—Ja, no me hagas reír, respeto cuando no tú misma. Te respetaste, te entregaste a mí y créeme, fue tan aburrido las veces que me acuerdo. Me da vergüenza, Ángela, si es una mujer de verdad, no tú —me grita y luego me toma de la mandíbula.

—Óyeme lo que te diré, yo no te debo respeto, ya esto será así, vendré solo por aparentar, ya que no quiero a mi mujer, aquí me la pasaré con ella, no te me acerques que me das asco y te odio loca de mierda. — Me grita y se va a su habitación, es un maldito hijo de puta.

Subo a mi habitación y comienzo a llorar, a gritar y destruyo todo a mi paso. Esto no es lo que yo quería, no esto a lo que me refería. Me siento fatal.

Los días van pasando y se convierten en meses. Adriano ni me determina, le hablo y me ignora varias veces. Me le he metido a la habitación y me humilla, me deja allí y me grita miles de cosas. Lo atiendo, estoy pendiente de sus cosas, pero este no hace más que burlarse de mí.

Definitivamente, esto no está pasando como me imaginé que sería; él no deja que me le acerque, todas las noches se va, y habla con ese idiota descaradamente por videollamada sin importarle si lo veo. Estoy deshecha; mi vida ahora se basa en llorar, gritar, hacerme daño y volver a llorar, pero lo digo deseando y cada vez más y más ya he perdido toda mi dignidad con él ofreciéndole y nada siempre me recuerda que ama a esa mal nacida de Ángela Luca.

Seis meses han pasado de mi boda y estoy cenando cuando él llegue feliz, hablando por teléfono.

—Buenas noches, mi pequeña, fuiste a hacerte el chequeo, seré papá, dime qué sí, mi reina hermosa —dice y subo corriendo tapando mis oídos mientras grito para no oírlo. Adriano solo se ríe, subo a mi habitación y estoy en el suelo con las manos en mis oídos, balanceándome de adelante hacia atrás. Esto no puede ser, es una maldita broma, no, por qué, no.

Pasé la noche así, estoy deplorable; jamás pensé sufrir tanto, ya no soy lo que era antes. Cuando mi familia me visita, pongo mi mejor cara; no quiero que mi madre vea que ella tuvo razón; estoy siendo tan infeliz y lo que aún falta y lo peor que cada cosa mala que Adriano me hace solo hace que yo lo ame más.

Me levanto con todas las ganas de atenderlo y hacerle ver que conmigo será feliz, pero al bajar está mi familia entera, mi amiga a quien no veía desde la graduación y Adriano.

—Hola, papito, cómo estás —lo intento abrazar, pero me aleja y me mira con decepción. No, eso no, jamás soportaría eso.

—Qué sucede, papito —le digo y los miro a todos en su mirada; solo veo resentimiento y decepción.

—No me llames así, como pudiste drogar a Adriano para acostarte con él y obligarlo a casarse contigo, como me has decepcionado, Isabella —dice mi padre y niego.

—De qué hablas, papá —le pregunto.

—Ya no finjas, Isabella, les conté todo; no es justo, Ángela no se merecía que le arrebataras al amor de su vida —dice esa traidora y muestra un vídeo de mí planeando todo y otro de mí subiendo a Adriano hasta la habitación.

—Maldita traidora, cómo pudiste —le preguntó entre gritos.

—Era lo correcto, Isabella. Mi familia comienza a negar y mi madre habla.

—Siempre supe que tanto mimo te dañaría y lo hizo; mírate, eres feliz así —dice mamá y comienzo a llorar.

—Como me equivoqué tanto, como te volviste esto, Isabella, me has decepcionado, olvídate que existo, me avergüenzas —dice mi padre y más lágrimas me brotan.

—Olvídate de nosotros, Isabella; no eres digna del apellido Rinaldi —dice mi Nonno.

—Estás loca y muy mal. Isabella, cómo pudiste, estuve Diego; estoy tan decepcionado —ese fue Fabio y me están matando.

—Eres de lo peor, hasta dejé de hablarle a mi amigo por ti desquiciada; olvídate de nosotros —ese fue Arturo.

Adriano me mira y niega con su cabeza y me ve con desprecio…

—Eres de lo peor como fuiste capaz, te odio; hoy mismo me iré de aquí y solo recibirás un muy buen dinero mensual para que sigas hasta que se cumplan los cinco años porque es obvio que jamás me lo darás por tu cuenta. Todos se van, y quedó tendida en el suelo llorando, pensando en cómo todo esto sucedió. Me siento morir.

Subo a mi habitación y estoy tirada en el suelo; ni sé cuánto tiempo ha pasado; solo veo entrar al ama de llaves y está. Me carga horrorizada, me desmayo y no sé más de mí.

Más populares

Comments

Juliana Ramirez

Juliana Ramirez

Huy muy fuerte todo esto!!.
yo creo que si, se equivocó, pero ella está pagando por todo el desprecio que le está haciendo el marido 🤷‍♀️ y ellos no pueden juzgar la de esa manera, entiendo que hizo mal las cosas, que se enojen está bien, pero llegar así a decirle esas palabras 🙄😒 creo que sobre pasa los límites

2025-03-03

2

NA Rz

NA Rz

que paso

2025-01-19

0

NA Rz

NA Rz

masoquista

2025-01-19

1

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play