barbacoa

Isabella.

Luciano se había quedado en mi casa y había preparado la cena, durante esta solo lo miraba con cariño, no podía creer que yo estaba en estas, todo lo que siempre había querido estaba sucediendo, pero no con Adriano, luego de eso me quedé viendo a Luciano estaba tan desaliñado, su cabello alborotado y su camisa remangada, abierta unos botines y aun así seguía siendo tan guapo como siempre. Mi apartamento era pequeño, solo para una persona, no sabía dónde dormiría, me daba pena no poderle ofrecer algo mejor, lo mire apenada y este respondió. — Mi princesa no te preocupes, dormiré en el sofá — dijo y negué rápidamente. — de ninguna manera te dejaré dormir allí, tú eres... Enorme— dije y no pude evitar sonrojarme, ya que lo dicho podría malinterpretarse si se le daba otro significado. — Si mi amor soy muy enorme, pero estarás bien — su insolencia me izo reír y escondí mi rostro en el hoyo de su cuello. — lo siento amor, no quise avergonzarte _ dijo y sonreí pegada a su cuello, así me quedé un rato, este momento me hizo acordar de cuando papá me abrazaba o mis hermanos y enseguida mis problemas se esfumaban. Tome a Luciano de la mano y lo llevé hasta mi habitación, él me miró extrañado Asentí y lo deje para que se pusiera cómodo, este se bañó y al verlo con su misma ropa le dije a modo de disculpas. — lo siento Luciano, pero no tengo ninguna ropa de hombre aquí — digo y su sonrisa se ensancha. — y no sabes cuánto me agrada eso.— dijo y le sonreí colocándome del color de un tomate, esto era nuevo para mí, actuaba como una chica dulce e inocente, mi antigua yo no era de sonrojarse, claro mi arrogancia me impedía ser feliz. Luciano se acostó en la cama y yo así lado, cuando lo vi dormir salí hacia el sofá y me acosté allí no quería incomodarlo, es muy grande y no debe estar acostumbrado a dormir tan incómodo, me acomode en el sofá y este no me era tan incómodo cuando conseguí este lugar estaba vacío y tuve que dormir por un tiempo en cartones con mis sábanas encima, si pase penurias, pero me han hecho darle valor a las cosas, pensé en todo lo que me había sucedido y en como resultaría está relación con mi jefe.

Empecé a formar en mi cabeza el próximo capítulo de mi novela, si yo estaba escribiendo algo y hoy me había llegado mucho material para ella, no recuerdo en que momento cerré mis ojos, solo sé que al despertar olía delicioso y Luciano estaba parado frente a mí con una bandeja de desayuno, reparo el lugar y me doy cuenta de que estoy en mi cama como es posible si estaba en sofá. Le sonreí a Luciano y me levanté para hacerme y de regreso lo besé y agradecí si desayuno. — Buenos días mi princesa — dijo sonriente y me dio un poco de fruta picada en la boca. — Luciano, como llegué a mi cama, le pregunté entrecerrado mis ojos.— este se rio y subió sus hombros despreocupados. — Mientras este yo no volverás a pasar malos momentos mi Berrinchuda.—dijo y negué molesta — Sabes que detesto ese apodo, ya he cambiado o al menos trato — digo y me abraza. —Así te puse desde que te conocí y lo serás siempre para mí, quiero que me pidas lo que quieras y no quiero que andes haciendo cosas que puedo hacer yo —dije y lo abracé, él era una muralla de músculos que me transmitía calidez, mientras limpiábamos todo o bueno Luciano lo hacía, la puerta sonó y al abrirla Hanna y su novio entraron y me sorprendí hoy era fin de semana y no había oficina — Buenos días, amiga— dijo Hanna abrazándome. — Buenos días, mi niña hermosa, como estás hoy — ese fue mi amigo y novio de Hanna me trataba como si fuese su pequeña hermanita, lo abracé y una voz detrás de nosotros nos sorprendió. — Hey, tu pequeña no, es mi princesa, así que a metros he...— dijo mi novio mientras me abrazaba por la espalda, la cara de mis amigos era chistosa, estaban sorprendidos, sobre todo Hanna. —Ahí, qué alegría amiga— grito abrazándome. — Hasta que se te dio amigo, pero te advierto que mi niña no está sola ok o te comportas o verás — dijo y todos reímos menos Luciano. — tu niña está a tu lado, la mía está en mis brazos, así que no seas insolente— dijo y de nuevo comenzamos a reír. Fue un maravilloso día entre amigos, comimos dulces, hicimos barbacoa en casa de Luciano, reímos a más no poder y hablamos sobre tantas cosas, el día estaba siendo perfecto. La casa de Luciano era enorme y muy grande, el jardín era hermoso, allí sería la barbacoa, le puse una linda carita manipuladora para que me dejara ayudarlo con la barbacoa, pero se negó así que fui a la cocina mientras ellos se concentraban en la barbacoa. La cocina era un sueño, estaba una señora un poco mayor en ella y le sonreí, era de piel blanca y cabello canoso, tenía ojos café y era un poco rellenita, su mirada te daba tranquilidad, observé el lugar y era de color gris y negro algunos electrodomésticos eran blancos, pero todo tenía elegancia y clase le sonreí amablemente y le pedí permiso para cocinar. — buen día, soy Isabella, señora...— dije para que me dijera su nombre. — Margarita, soy margarita, pero puedes decirme Marga o nana— dijo la dulce señora frente a mí. —Podría ser tan amable de cederme su cocina para prepararle unas botanas y un rico pastel a Luciano.— dije con una amable sonrisa, la señora abrió sus ojos en sorpresa y sonrió. — si eres quien creo que eres mi niño me va a matar, si dejo cocinar a la mujer por quien él ha aprendido a hacer de todo para que ella no haga nada — dijo y mis mejillas se tornaron de un rojo carmín. — No sé si seré ella, pero quiero atenderlo, hoy le prometo que no haré que le dé dolor de barriga— le dije Sonriendo y tratando de poner mi cara más tierna y así fue como termine como reina de la cocina, comencé por hacer un delicioso pastel de manzana y unas deliciosas galletas, estaba un poco manchada de harina, preparé las botanas y de último deje todo tan limpio como estaba, no tarde tanto preparando el postre. Mientras servía las bandejas escuche una algarabía porque alguien había llegado y saludaba a los chicos, al parecer deberé servir suficiente, pensé, una vez serví todo y un poco manchada de harina salí al jardín a llevarle las botanas y las porciones de postres a mis amigos y al que ahora era mu novio, en una bandeja llevaba botanas y en la otra el postre y las bebidas, iba tan concentrada en lo que hacía que no le presté atención a las personas extras en el jardín. — Miren lo que les preparé, espero y les guste, no soy una chef, pero lo hice con amor.— digo y me giro hacia Luciano y este se me acerca y me sonríe con dulzura.

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Comments

Juliana Ramirez

Juliana Ramirez

seguro los hermanos de ella 🤔

2025-03-03

1

Zaidymar 🌠

Zaidymar 🌠

creo que la vida es un aprendizaje constante y ella tenía que vivir cada trance para llegar ser lo que es

2024-10-27

3

Ximena Girardi Passi

Ximena Girardi Passi

me levanté para asearme

2024-10-25

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