El ocaso teñía el cielo con un vibrante matiz de naranja y púrpura, mientras las familias del pueblo se dispersaban de la casa de Beatriz, impregnadas del aroma de los tamales recién hechos y la satisfacción de haber trabajado juntos. Las calles, iluminadas por los primeros faroles, recobraban vida mientras los habitantes se preparaban para la cuarta noche de novenas, esta vez en casa de Hernando.
Amelia caminaba al lado de VictorIA, sosteniendo a Shirley con un cuidado casi reverencial.
Amelia
¡Oh, Dama Victoria! ¿Podríais ayudarme a peinar a Shirley antes de partir?
Su voz vibraba con entusiasmo infantil.
Amelia
Quiero que luzca tan hermosa como una estrella esta noche, cuando cante el villancico que mi querido padre me enseñó.
Comments
★✯Manzanita Dulce🍎✯
Menudo misterio guardaba esa muñequita
2024-12-03
28