Código Cuántico De La Navidad
Capítulo 17: Puntadas del Tiempo
El segundo día de la novena comenzó con los primeros rayos del sol. VictorIA y la pequeña Amelia se preparaban para una nueva aventura. La niña, con ojos brillantes de emoción, se acercó a la misteriosa visitante.
Amelia
¡Oh, dama Victoria! ¿Tendríais a bien acompañarme a la morada de doña Berenice? Preciso de su auxilio para engalanar la casa de muñecas de mi querida Shirley.
Su voz estaba llena de entusiasmo. VictorIA, siempre dispuesta a aprender más sobre este mundo al que había llegado, respondió con su acostumbrada precisión.
VictorIA
Afirmativo. Acompañaré.
Juntas, se dirigieron hacia la casa de Berenice, la reconocida costurera del pueblo. En el camino, se escuchaban villancicos entonados por grupos de vecinos, acompañados por el sonido de guitarras, tiples y maracas. Al llegar, encontraron a Berenice en su taller, rodeada de telas coloridas y carretes de hilo que brillaban bajo la luz de la mañana. La anciana las recibió con una sonrisa cálida.
Berenice
¡Bien venidas seáis a mi humilde morada, mis niñas! ¿Qué os trae por estos lares en tan hermosa mañana?
Dejó a un lado su bordado mientras Amelia, sin poder contener su alegría, comenzaba a explicar su proyecto.
Amelia
Doña Berenice, hemos menester de vuestra sapiencia para confeccionar cortinajes, colchas y otros primores para la casa de muñecas de mi Shirley. ¿Tendríais a bien instruirnos en tan noble arte?
Berenice
Por supuesto, mi niña. Será un placer compartir mis conocimientos con vosotras. Mis aprendices se ocuparán de los encargos mientras os atiendo.
VictorIA observaba en silencio. Sus sensores captaban cada detalle del taller.
VictorIA
Creación textil. Requiere habilidad manual. Conocimiento técnico considerable.
Mientras trabajaban en las diminutas cortinas, la puerta del taller se abrió repentinamente. Benjamín entró con una expresión de arrepentimiento en su rostro.
Benjamín
Doña Berenice, vengo a confesar una falta que pesa sobre mi conciencia. Fui yo quien hurtó una de vuestras hermosas rosas del jardín no ha mucho.
La costurera arqueó una ceja, una sonrisa juguetona en sus labios.
Berenice
Ah, Benjamín, siempre supe que fuisteis vos. ¿Y para quién era esa rosa, si se me permite la indiscreción?
Benjamín, con una sonrisa pícara, miró de reojo a VictorIA antes de responder.
Benjamín
Era... era para la dama Daniela. Quise auxiliar al señor Francisco con una audiencia, mas las cosas no discurrieron como esperaba.
Berenice soltó una alegre carcajada.
Berenice
¡Ay, el amor juvenil! Siempre tan enrevesado. No os inquietéis, Benjamín. Dadle mis condolencias a Francisco, lleva años intentando.
Benjamín, incapazde refutar lo dicho por Berenice, sacó de su bolsillo un pequeño objeto.
Benjamín
Como muestra de mi arrepentimiento y en retribución por la rosa, os traigo este dedal de madera que tomé del taller del señor Francisco con su venia. Es una pieza única que, espero, sea de vuestro agrado.
Los ojos de Berenice se iluminaron al ver el delicado dedal.
Berenice
¡Oh, qué maravilla! Es una obra de arte, sin duda. Agradezco vuestro gesto Benjamín. Quedáis perdonado con creces.
Mientras Benjamín se retiraba, Berenice volvió su atención a las pequeñas cortinas. Con paciencia, guió las manos de Amelia, enseñándole a hacer diminutas puntadas. VictorIA observaba atentamente.
VictorIA
Precisión admirable. En mi... lugar de origen, fabricación textil automatizada. Experiencia artesanal enriquecedora.
A medida que avanzaba la mañana, la casa de muñecas de Shirley cobraba vida con minúsculos cortinajes de encaje, colchas coloridas y pequeñas alfombras tejidas. Amelia estaba encantada, sus ojos brillando de alegría con cada nuevo detalle. VictorIA experimentaba algo nuevo. Aunque no podía sentir la textura de las telas, había algo en el proceso de creación que resonaba en sus circuitos de una manera inesperada.
VictorIA
Anomalía en procesos cognitivos. Desarrollo apreciación por estética y proceso creativo. Más allá de programación original.
Berenice sonrió con sabiduría.
Berenice
Eso, querida, se llama inspiración. Es lo que nos hace humanos. Aunque vuestras palabras suenan extrañas, percibo que comprendéis la esencia de nuestro arte.
Al terminar los últimos detalles, VictorIA guardó cada momento en su memoria. Estos instantes eran cruciales para comprender el enigma temporal que enfrentaba.
Comments
★✯Manzanita Dulce🍎✯
Amo imaginar las escenas de esta fantástica historia... la pequeña Amelia me recuerda a mi yo pequeña y mi amor por confeccionar ropa para mis muñecas.
2024-11-06
34
✶Vivas
Entre más leo la historia, más me devuelvo en el tiempo, mi imaginación vuela en retroceso e imagino todo el cuadro narrativo. Super genial está historia. Quedó ansioso por un capítulo más.
2024-10-22
38