El Palacio de Invierno

Habían pasado tres años desde su llegada a Ezila, sus vidas habían transcurrido con relativa monotonía, pero la rutina les había hecho bien, Zonia y Adelaida habían forjado una amistad inquebrantable, si una pensaba algo, la otra lo sabía de antemano era como si sus mentes estuvieran conectadas, el padre de Adelaida escribía con frecuencia, la había visitado en numerosas ocasiones, incluso se disculpó por mandarle lejos y le ofreció regresar a Valtran pero ella se negó, algo en su interior se resistía a volver a sus orígenes, quizás la certeza de no encontrar a su madre.

Era sencilla la vida en la escuela, le costó muchísimo adaptarse, pero se ganó el cariño de Néstor y el respeto de sus compañeros, era en extremo estudiosa, la disciplina que imperaba había sido acogida con gusto por la princesa, de la niña caprichosa no quedaba ni siquiera el rastro. También su cuerpo había cambiado, era alta y aún continuaba creciendo, tenía una piel sin mácula, el cabello que le fue cortado al ingresar a la escuela le había crecido, existía armonía y gracia en cada movimiento, sin embargo su cuerpo se había convertido en una máquina letal. Fue entrenada en las más arduas áreas del combate, peleaba cuerpo a cuerpo, era temible con la espada, manejaba con maestría el arco, sin embargo aún no lograba subirse a un caballo sin temblar.Tambien Zonia se había convertido en una mujer muy bella, tenía una cabello dorado y unos ojos verdes que habían flechado a más de un chico, sin embargo, tenía un carácter de acero, veía a Adelaida como su única familia y le guardaba cada secreto con fidelidad y celo. Sadek las había visitado esporádicamente, el muchacho cada vez era más osco, a veces incluso cortante sin llegar a ser descortés, jamás había vuelto a decirle ni por asomo que la quería, era como si se estuviera encerrando en sí mismo y ya no pudiera llegar a el, esa distancia ese muro, no podía entenderlo y aunque ansiaba ver a su padre siempre, no había logrado arrancar a Sadek de su cabeza y no se imaginaba cuán dentro de su corazón estaba.

- Princesa felicidades - dijo Néstor - hoy es tu cumpleaños número quince.

- Y Sadek vendrá a verme - dijo Adelaida emocionada.

- Yo no estaría tan seguro de eso - contestó el anciano compungido tendiendole una carta - esto llegó en la mañana desde el campamento de Ocre.

Castillo de Dark Capital de Valtran

Querido sobrino:

He sabido por terceros que te encuentras en una delicada situación, los oscuros han atacado con furia y el invierno no fue amable con Trodon, se que hay hambre y que tu padre en medio de esta caótica situación planea pasarte la corona, adjunto a esta carta envío un cargamento de granos y carnes saladas, también un poco de vino, y para los bravos soldados trodanos envío similar cantidad de alimentos pieles y algunas chicas bien dispuestas a alegrar un poco la soledad del campamento. De ser necesario también enviaré hombres y armas. Dejando a un lado nuestra alianza táctica también a llegado a mis oídos que te has peleado cuerpo a cuerpo con un gigante y se que sufriste heridas graves, no has podido levantarte en la última semana. Hijo a qué juegas? tienes responsabilidades y personas que se preocupan por ti, por favor permite que el viejo loco te cure y déjame saber cómo estás. Con preocupación sincera tú tío:

Voldrek R

Adelaida se quedó muda, el corazón le latía a prisa y se le llenaba de terror, porque esa carta estaba allí?

- Maestro esta carta iba dirigida a Sadek, porque me la entregas?

- El mensajero no encontró al príncipe, pensó que tu sabrias su paradero.

- Qué ocurre- preguntó Zonia que acababa de entrar con unos libros en la mano. Adelaida le tendió la carta y está la leyó rápidamente- Esto es grave, qué piensas hacer?

- No lo sé,- dijo desesperada- no conozco sus hábitos, sus amigos, los lugares donde pueda esconderse. Quizá esté en Trodon con su padre? - preguntó mirando a Néstor.

- Mi niña lo único que puedo asegurarte es que Sadek nunca iría a buscar ayuda o consuelo con el viejo lobo, nunca he conocido hombre que despreciase tanto a su hijo cómo ese. Nunca supe el porqué, pero me consta su crueldad, le negó a Sadek todo lo que hubiese podido mejorarlo, de niño lo obligaba a presenciar las ejecuciones. Solo hay un lugar al que creo que le gusta ir de vez en cuando y es al Palacio de Invierno de los Lefein. Está a dos horas de aquí, era un lugar muy frecuentado por su madre y la tuya.

- Puedes explicarme cómo llegar? - preguntó Adelaida

- Adelaida debes ser muy cuidadosa, enviaré dos guardias contigo todos conocen el lugar.

- Yo también voy - exclamó Zonia preparando su morral- es muy arriesgado que vayas sola. La luna llena está muy cerca y el príncipe pudiese estar de mal humor.

- Te daré un poco de láudano y apaxote, además coloca vinagre con sal y hielo sobre los hematomas haz qué ingiera alimentos antes de administrar el láudano. El príncipe lo bebe desde hace casi tres años cada luna llena.

Adelaida se quedó perpleja ante esta revelación, pero aún así se mantuvo firme.

Emprendieron el camino, guiadas por dos guardias y el enano de la puerta, al cabo de casi dos horas estuvieron frente a un terreno vallado. Al entrar se apreciaba un pequeño lago con un cenador en el medio y una estructura tallada en la roca sólida con tres altas torres se alzaba dominando el terreno.

- Hemos llegado niñas- dijo el enano- eh aquí el Palacio de Invierno.

- Solo espero que estés aquí Sadek y qué no sea demasiado tarde- murmuró Adelaida.

Se adentraron en el pequeño Palacio, todo parecía deshabitado, el piso era de mármol rojo, al igual que las paredes con enchapes de rosas de plata y lobos no se escuchaba un sonido y el ambiente era helado.

- Adelaida? - preguntó una voz conocida

- Sadek, donde estás?

- Aquí junto al fuego, - una luz mortecina brillaba al final de una sala espaciosa y tendido en el suelo se encontraba el príncipe.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***