Una nueva vida

Sadek detuvo la marcha y ordenó a los demás dividirse un grupo avanzaría hacia el campamento de Ocre y otro más reducido escoltaria a los príncipes a la escuela de Ezila donde eran adiestrados niños de todas las edades con características especiales en las diferentes artes, marciales, mágicas curativas, las mentes más brillantes del continente y muchas de las islas aledañas habían salido de allí.Una vez estuvo todo dispuesto le dijo a Adelaida:

- Ven conmigo - y se adentraron en el bosque llegados a un claro el se volvió a ella - te escucho.

- Lo siento muchísimo - dijo bajando la mirada con una nota de desesperación en su voz.

- No- dijo tomando su carita entre sus manos y acariciando sus mejillas para secar las lágrimas mientras clavaba su mirada profunda en los bellos ojos de la niña- conmigo no hay disculpa porque no hay agravio. Eres mi adoración niña mía, no hay nada que puedas hacer o decir que consiga enojarme.

- No es tu enojo lo que temo, es el daño que te infligí con mi conducta- dijo ella entre sollozos Tenía un humor de perros y la pagué contigo. Lo siento.

- Es que yo en serio no entiendo de qué hablas. Qué dijiste, qué ocurrió? No se, no me importa, ya se fue, de tu mano no me duele nada.- ella rompió en llanto y el la abrazó- ya por favor esto si no puedo soportarlo, cuando lloras no se qué hacer- ella se calmó y lo miró a los ojos, el le secó las lágrimas y la abrazó una vez más, mientras metía la nariz entre sus cabellos y besaba su frente blanquísima, entonces ella le sonrió y el le devolvió un esbozo de sonrisa, jamás lo había visto sonreír, esa sería su disculpa, lo haría reír, le pintaría un poco de alegría a aquellos ojos tan tristes. - Volvamos al camino estoy impaciente por llegar a Ezila deseo ver a Néstor, ese viejo loco me tiene en ascuas, hace meses le pedí algo y aún sigo esperando.

- Me llevas en tu caballo aunque no esté bien visto- dijo Adelaida mientras le pasaba la mano por la cintura y el sobre los hombros.

- Por supuesto Princesa estoy aquí para servirle.

Unos pasos antes de llegar con el resto del grupo se volvió a ella y le dijo:

- Hay algo que creo que debe ser tu primera lección de gobierno y la más importante, aunque nada que venga de ti sería un agravio, debes saber que llevarás una corona, no puedes gobernar de acuerdo a como este tu humor serás la responsable de miles de hombres mujeres y niños que te jurarán respeto y lealtad que tú debes de retribuir con justicia y bienestar para ellos.

- Nunca se me ocurriría pensar en tomar una desición política al calor de...

- Eres fuerte, valiente, pero muy joven aún.

- Miren al señor adulto- dijo Adelaida con mofa.

- No heches mi advertencia en saco roto, ahora vamos- dijo cubriendo el tramo qué faltaba, ya Zonia estaba montada en un corcel manso de largas crines y pelaje oscuro como casi todos los animales de la zona- Traigan a Savag- el caballo de Sadek era oriundo de Valsang una isla que se dedicaba al contrabando, el pillaje y la cría de corceles soberbios como aquel animal de tamaño tan imponente como su dueño y de color negro como el ébano más puro.- Arriba - dijo Sadek subiendo a Adelaida como si de una hoja se tratase.

- Uyy esto está muy alto. - dijo Adelaida con miedo

- Tranquila - dijo Sadek tomando la mano de e Adelaida para que acariciara el animal - ves le gustas. Todas las fieras se pueden calmar, casi todas- dijo con amargura, Adelaida lo miró con pesar había escuchado historias de lo que le ocurría a su primo en luna llena.

- Ya estoy lista- dijo Adelaida con más confianza- Sé que esa fiera no me dañaría.

Sadek la miro y espoleó al animal que emprendió la marcha a buen paso a pesar de ser cuesta arriba, pronto estuvieron frente a una escuela de grandes dimensiones en principio parecía un castillo antiguo o un complejo militar pero dentro se escuchaba la risa de niños y las campanas que llamaban a clases.

Llamaron a la puerta y una voz estridente que los hizo estremecer preguntó

- Quienes son y a quién buscan.

- Soy Sadek príncipe de Trodon y me acompaña la princesa Adelaida de Valtran con su dama Zonia.- dijo mientras desmontaban

La puerta se abrió con estrépito de cadenas y un pequeño enano asomó y dijo con su gran vozarrón :

- Sean bienvenidos a Ezila, su nueva vida las aguarda niñas.

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